Warren Buffett y Charlie Munguer estaban buscando dos clones de ellos mismos cuando encontraron a Ted Weschler y Todd Combs. Los gestores de Berkshire Hathaway vieron en ambos cualidades propias y una filosofía común para sucederles al frente de la compañía cuando llegue el momento. Así que en 2010 se incorporó el primero, mientras que Weschler llegaría un año después.
Ser paciente para esperar las oportunidades y leer a todas horas siempre fueron las virtudes de un buen inversor, pero Buffett y Munguer hicieron de ambas actividades una forma de vida y aunque el talento de Combs y Weschler todavía está por demostrar, al menos cumplen los dos requisitos.
“Llego alrededor de las 7 u 8 de la mañana y leo hasta las 7 u 8 de la noche”, declaró Combs en una entrevista a los cuatro publicada por Yahoo Finance. “Y me voy a casa, veo a mi familia, y luego voy a leer durante otra hora o dos en la cama por la noche. Las llamadas telefónicas se resumen a tres o cuatro durante toda la semana. Así que hay muy, muy pocas interrupciones”.
Pero preguntado sobre la elección de ambos para gestionar los 86.000 millones de dólares de Berkshire cuando Buffett ya no esté, el gurú no se limita a describir las horas que pasan ambos al frente de análisis, balances o informes de compañías.
“Miramos lo que habían hecho, pero también cómo lo habían hecho y que clase de personas podrían ser. Buscaba alguien que me gustara si fuera a casarse con mi hija”.
¿Cómo es gestionar dinero para y con Warren Buffett?
«Es fantástico. En cierta forma, no cambia mucho lo que hacía antes, cuando gestionaba un fondo «, dice Weschler. «Siempre he sido una especie de hombre orquesta, analíticamente. Paso la mayor parte de mi día leyendo. Intento hacer alrededor de la mitad de esa lectura al azar. Cosas como periódicos o publicaciones especializadas”.
El almuerzo con Buffett
Asi que mientras Munguer hacía de enlace entre Weschler y Buffett para su contratación, Todd Combs llegó a pagar más de 5 millones de dólares para conseguir el trabajo.
En 2010, un anónimo pagó 2.626.311 dólares en una subasta de caridad para almorzar con Buffett. Al año siguiente el mismo postor ganó el almuerzo subiendo la oferta en 100 dólares hasta los 2.626.411.
Esa es la forma en que el oráculo de Omaha conoció a Combs y lo que hacía en su hedge fund. Y quedó los suficientemente impresionado como para ofrecerle el puesto.