Los inversores han considerado tradicionalmente a la región de Asia –menos Japón– como un ejemplo de crecimiento por su potencial económico, sus poblaciones jóvenes y en expansión, su cultura de emprendimiento y sus marcos de gobierno relativamente estables. La exposición a ese crecimiento es atractiva, pero Asia ofrece muchas más soluciones desde el punto de vista de la inversión factorial gracias a un amplio conjunto de valores con características genuinamente diversas.
Los diferentes factores de Asia, explica el equipo de Fidelity formado por Riccardo Muscio, Gary Monaghan y Adnan Siddique, ofrecen un abanico de opciones de inversión similar a la gama de factores disponibles en los mercados desarrollados, pero estiman que vale la pena tener en cuenta también algunas de las diferencias.
Riesgos macroeconómicos
Los riesgos dominantes a los que se enfrentan los inversores en Asia, especialmente en los países emergentes de esta región, son la macroeconomía y la política, apuntan desde Fidelity. Estos riesgos pueden adoptar diferentes formas y a menudo conllevan interacciones complejas:
1.- Las cuentas de un país marcan la diferencia. Los déficits dobles (presupuestario y por cuenta corriente) en países como Malasia y Filipinas pueden provocar depreciaciones de las monedas y más inflación, lo que reduce las rentabilidades para los inversores extranjeros.
Además, los países con menores reservas de capital, como Indonesia y Tailandia, tienen menos capacidad para contener las fluctuaciones de las monedas que otros países como China, que cuentan con grandes reservas.
2.- Las fluctuaciones del dólar estadounidense tienen un efecto desproporcionado. A largo plazo, pueden influir en el comercio exterior, pero a corto plazo afectan a los flujos de capitales internacionales más sensibles, lo que podría provocar fugas de capitales de los valores asiáticos.
Solemos presuponer que los precios reflejan los fundamentales, pero si los inversores extranjeros retiran sus capitales, los precios afectan a los fundamentales. Un dólar estadounidense más fuerte también implica que a las entidades y empresas asiáticas les resulta más caro devolver su deuda denominada en dólares.
3.- La volatilidad de mercado suele ser más alta en Asia que en los mercados desarrollados. Ello es debido en parte a que los inversores locales suelen actuar movidos por el momento, acentuando así los ciclos, y los capitales especulativos internacionales pueden retirarse simultáneamente, lo que sincronizaría los ciclos entre países. La mayor volatilidad aumenta la necesidad de distribuir el capital sin perder de vista su preservación.
“La extendida opinión de que Asia es una región política y económicamente más inestable que los mercados desarrollados podría no ser tan cierta como en el pasado. Los riesgos macroeconómicos son un motivo de preocupación cuando se invierte en Asia, pero también afectan a otras regiones. Durante los últimos años, la zona euro se ha enfrentado a las dudas en torno a su supervivencia y los gobiernos populistas están multiplicándose en esta región. EE.UU. presenta un doble déficit y al alza, y el gobierno de Trump está elevando las probabilidades de que se desaten guerras comerciales”, concluyen Muscio, Monaghan y Siddique.