El fantasma de una crisis financiera global ha vuelto a sobrevolar los mercados, a raíz de la quiebra del estadounidense SVB y los problemas en Credit Suisse que han llevado a una compra de emergencia por parte de UBS para salvar la situación. Los expertos no dejan de recordar que no podemos equiparar este contexto con la crisis desatada por la caída de Lehman Brothers en 2008, ya que el sistema financiero está más saneado hoy que hace 15 años. Sin embargo, los mercados son soberanos y los fondos e inversión que invierten en el sector afrontan pérdidas y se ven en la necesidad de tomar decisiones para sus carteras. ¿Cómo lo viven y qué están haciendo los gestores de fondos españoles con exposición a acciones del sector financiero europeo?
A raíz de los últimos acontecimientos, algunos profesionales se han lanzado a desmentir que tengan exposición a valores como SVB o Credit Suisse en sus carteras, como han hecho recientemente en Acacia Inversión, o según nos cuentan algunos de los gestores contactados, que también comentan el riesgo de exposición a otros valores financieros ante un posible contagio. «No tenemos ni SVB ni CS», dicen en Bestinver, donde consideran que tanto una entidad como otra «son casos aislados de mala gestión y que no representan al sector en su conjunto. Los bancos europeos están actualmente bien capitalizados (especialmente si comparamos con la gran crisis financiera de 2008-09) y, por tanto, preparados para afrontar las turbulencias que puedan ocurrir», explica Luis Peña, gestor de Bestinver Tordesillas Sicav.
«La situación está afectando a las carteras no tanto por la exposición directa a estos bancos, sino por el efecto contagio que ha sufrido el sector«, reconoce Amelia Benito, gestora de fondos de inversión de Ibercaja Gestión. Obviament
Además, la parte positiva es que la situación les pilló con parte de las carteras cubiertas: «A finales del mes de febrero, ante el buen comportamiento de las bolsas a nivel mundial decidimos cubrir un porcentaje de las carteras de renta variable ya que las valoraciones nos parecían excesivas para el entorno macroeconómico en el que nos encontrábamos. Estas posiciones nos han beneficiado en estos días de elevada volatilidad. En nuestro día a día vemos fundamental tener hechas las coberturas antes de que el evento se produzca porque una vez desencadenado, las coberturas son mucho más caras y en ocasiones ya no merecen la pena», explica.
En cuanto a acciones concretas, añade, «a comienzos de año teníamos una visión claramente positiva sobre el sector financiero, concretamente en bancos europeos. Sin embargo, por el entorno de tipos de interés, preferíamos dejar de lado la banca de inversión. Nuestra visión sobre el sector financiero sigue siendo positiva, pero creemos que las fuertes revisiones de beneficios al alza producidas durante este año se van a moderar. Evitaremos en todo momento la banca de inversión y pondremos el foco en los niveles de liquidez y la diversificación de la base de clientes», afirma.
El equipo de renta variable de BBVA AM tampoco ha hecho muchos cambios para controlar el riesgo, debido a su cauto sistema de inversión: «El equipo de Renta Variable tiene el mandato de gestión sobre estrategias europeas y españolas. En España, nuestro posicionamiento en banca es inferior al de nuestro índice de referencia, el Ibex35, por cuestiones de diversificación sectorial, pero tanto en Europa como en España buscamos exposición al mundo bancario vía nombres de alta calidad, con negocios diversificados con una fuente estable de comisiones, con franquicias líderes en su país, exposición a regiones con alta concentración en el sector y con niveles saludables de ratio de préstamos/depósitos. En cualquiera de nuestras posiciones en banca, nos centramos en los que tienen balances de alta calidad y buscamos ratios de capital sobresalientes, con base de activos resiliente y una buena franquicia de depósitos. En este entorno de subidas de tipos, y con este marco expuesto anteriormente, hemos tratado de aprovechar aquellos bancos que puedan seguir dando sorpresas positivas al repreciar sus activos a las nuevas tasas de interés«.
«Con el estallido de este nuevo foco de incertidumbre bancaria, reforzamos la convicción en nuestro posicionamiento en el sector y no nos hemos visto obligados a realizar cambios para controlar el riesgo, nuestras carteras no tienen posiciones en SVB ni Credit Suisse. Entendemos que el riesgo en SVB y banca regional americana es acotado y específico. En el caso de Credit Suisse, no es nuevo, era relativamente conocido y los principales bancos ya gestionaban los riesgos de contrapartida para contener contagios. Creemos que la principal cadena de transmisión a los fundamentales del sector bancario europeo y español será el coste de fondeo, con lo que hará más atractivo mantener niveles saludables de depósitos estables, y esto puede ser un catalizador para comenzar a remunerar los depósitos a particulares», explican en la gestora del banco BBVA.
«La exposición de los fondos de CaixaBank AM a SVB o CS es irrelevante», dicen en la entidad. «Desde el equipo de arquitectura abierta estamos realizando un seguimiento constante de los fondos de terceros con exposición al sector bancario. Se han realizado reuniones con los gestores responsables, así como análisis de las posiciones en las carteras. Los gestores nos transmiten que no estamos en una situación de riesgo sistémico y destacan que la situación actual de las entidades dista mucho de ser tan vulnerable como en anteriores crisis financieras. Por el momento mantienen su confianza en el sector y creen que la volatilidad actual puede acabar desembocando en una oportunidad de compra interesante, aunque siendo siempre selectivos a nivel de emisores. Las robustez en las actuaciones de las autoridades americanas también suponen una clara intención de evitar un deterioro en el sentimiento de los inversores respecto al sector», explican desde la gestora.
Reduciendo exposición…
En Metagestión comentan que la situación no les está afectando, ya que venían reduciendo su exposición a acciones bancarias: «La única exposición a bancos de toda la cartera era BCP, que precisamente vendimos cuando vimos que hay un riesgo de contagio y que es una situación a gestionar más allá del corto plazo. En la estrategia Iberia sí nos ha cogido con algo más de peso pero estamos infraponderados respecto al Ibex. En términos de gestión, sirva como ejemplo nuestra estrategia en el fondo Internacional. La eclosión de la crisis con la caída de SVB nos coge con una exposición a bancos inexistente y por si fuera poco, a ese hecho le sumamos que estábamos muy altos de liquidez (un 18% del fondo justo antes de las caídas)», explica Alberto Roldán, CEO y director de Inversiones de la gestora.
Por ello, en la entidad no están tomando muchas medidas de gestión, aunque sí están mejorando la comunicación e información. «Estamos tomando pocas medidas más allá de las estrictamente necesarias que tienen que ver con la gestión del miedo que puedan tener nuestros partícipes. Hemos aumentado y mejorado la comunicación con ellos para explicarles la situación y cómo la entendemos. Más allá de eso, estamos reforzando aquellas ideas que se han visto arrastradas en los momentos de volatilidad y con una enorme cantidad de pólvora para disparar si vemos algo interesante», añade Roldán.
Con todo, los accionistas podrían haberse librado de una buena en el caso de Credit Suisse, puesto que los reguladores suizos, en una decisión sin precedentes, han volcado las pérdidas en los tenedores de deuda híbrida, AT1 -segmento de mercado que se enfrenta a un riesgo existencial-, cuando en teoría sus tenedores deberían estar en una mejor situación frente a los accionistas. Pero esto parece que no volverá a suceder, puesto que las autoridades europeas han dejado claro que el modelo de rescate suizo no será trasladable en Europa, pues consideran a los AT1 preferentes a las acciones en caso de quiebras. Por eso, de suceder algo similar en entidades que dependan de las autoridades europeas, los accionistas podrían tener que asumir las principales pérdidas. No obstante, los expertos descartan una crisis financiera en Europa.
Un sistema diferente al de 2008
Y es que los expertos insisten en que la crisis no es extrapolable a la de 2008. «El sistema financiero, los bancos centrales y los reguladores no son los mismos que hace 15 años. Un buen ejemplo de cómo han cambiado los tiempos viene dado por la respuesta pronta de la Reserva Federal y el Banco Central de Suiza ante el serio incidente de SVB y el estallido de los problemas de Credit Suisse: en apenas una semana, se han sentado las bases para resolver el principal problema que se podría generar dentro del sistema bancario, que es la falta de liquidez’’, comenta Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía. En concreto, el experto remarca que “los bancos en general, y, de manera más específica, los bancos españoles, se encuentran en una situación de balance y control incomparablemente más solvente que hace una década y media”.
Pese a ello, del Pozo señala que “noticias de este tipo no podían llegar en peor momento, en plena lucha de los bancos centrales contra la inflación”. Y define dos posibles escenarios: “En un escenario suave, un posible foco de inestabilidad bancaria puede condicionar la agenda de Fed y BCE, contemporizando en cierta medida los ciclos previstos de subida de tipos; en el peor escenario, puede devenir en una incapacidad para subir tipos, en un contexto de inflación persistente. Es decir, estanflación«.
Además de confiar en el mejor estado de la banca con respecto a 15 años atrás, en Bestinver también destacan el mejor estado de la macro: «La macro europea está siendo resiliente y la resolución de SVB y CS, por sí sola, no debería hacer descarrilar la senda de crecimiento económico que el BCE espera para la Eurozona en 2023», comenta Peña.
«Lo sucedido en Credit Suisse demuestra hasta qué punto el sector bancario sigue siendo sensible a la confianza, si bien es improbable que se produzca una crisis bancaria europea generalizada. Los bancos europeos son sólidos, están bien regulados y supervisados y cuentan con fuertes niveles de capital, financiación estable y liquidez», añade Marco Troiano, responsable de ratings de entidades financieras de Scope Ratings. No obstante, espera que la volatilidad siga siendo alta en los próximos meses: «Este es uno de los resultados de la retirada de liquidez por parte de los principales bancos centrales tras una década de dinero gratis. Cuando el dinero es barato, siempre se produce algún error en la asignación del capital. Cuando la liquidez se agota, los errores se hacen evidentes. La actuación rápida y coordinada de los principales bancos centrales para mejorar el acceso a la liquidez en dólares debería contribuir a estabilizar el sector».
En Ibercaja Gestión descartan un riesgo sistémico: «Lo que hemos vivido estas semanas ha sido el efecto de una de las subidas de tipos más rápidas de la historia. Aunque debemos diferenciar lo sucedido en Estados Unidos con lo que hemos vivido en Europa con Credit Suisse. En Estados Unidos ha sido una crisis de liquidez, donde una menor regulación en bancos con una base de clientes poco diversificada generó un aluvión de ventas de valores de renta fija con importantes pérdidas (debidas principalmente al brusco incremento de los tipos de interés). En los días posteriores al anuncio de la quiebra de SVB vimos un efecto contagio en otros bancos de Estados Unidos y también en Europa. No obstante, no creemos que sea un riesgo sistémico. La liquidez seguirá en el foco del mercado, sobre todo en valores con una base de clientes poco diversificada, pero creemos que el sector se encuentra en buen estado de salud, tal y como vimos reflejado en la última publicación de resultados. En Europa, los fundamentales crediticios de los bancos están en niveles nunca vistos, con bajos niveles de morosidad, depósitos estables y elevados colchones de capital. El caso de Credit Suisse parece un tema aislado», comenta Benito, desde Ibercaja Gestión.
«El banco lleva un tiempo con repetidos escándalos y fallos de gobernanza que han resultado en un perfil de negocio débil con la consecuente corrección de más de un 70% de su valor en el último año, registrando pérdidas en prácticamente todas sus líneas de negocio y con una fuerte salida de depósitos y activos tras la pérdida de la confianza de sus clientes. El miedo al contagio derivado de la quiebra de SVB ha sido el detonante final para el banco suizo, que pasará a formar parte de UBS. Por tanto, creemos que los hechos vividos en los últimos días no son un riesgo para el sistema financiero mundial pero ponen de manifiesto los peligros de los bancos que dependen de una base de depósitos frágil y poco diversificada«.
«No podemos hablar de una crisis bancaria. Si pensamos en lo que hemos visto en los últimos días podemos distinguir tres tipos de problemas: Bancos con mala estructura de balance, como SVB, es un problema muy limitado a un número escaso de bancos pequeños en EE.UU.; falta de liquidez en los mercados de activos financieros, como muestra el movimiento de máximo a mínimo en el bono del Tesoro de EE.UU. durante la semana pasada, que duplica el movimiento más extremo conocido en los último 30 años; y problemas para ejecutar planes de negocio diseñados en épocas de abundancia de liquidez y tipos bajos bajo el supuesto de que esas condiciones iban a seguir así. Este ha sido el problema de Credit Suisse», destacan en CaixaBank AM.
Para Miguel Roqueiro, director general y de Inversiones de Acacia, la situación actual es muy diferente a la que existía en 2008 con la caída de Lehman Brothers y su contagio a todo el sistema financiero. «A diferencia de entonces, hoy los reguladores y autoridades saben lo que tienen que hacer, y de hecho, ya han reaccionado rápido y de forma coordinada». No obstante, advierte de que el riesgo de falta de liquidez existe y puede generar problemas.
Sobre los temores de contagio, en Metagestión son más cautos y creen que la historia puede repetirse: «Exageradas fueron las caídas vistas en 2008 en adelante. Los inversores no entendíamos los riesgos porque nadie era capaz de determinar la magnitud de los mismos. Hoy dicen que los bancos están más capitalizados, y es cierto, pero eso solo es un barómetro para medir el impacto potencial de un bank run o de una renovada crisis de liquidez. No me tranquiliza nada saber que los inversores de deuda híbrida o convertible pueden ver sus posiciones reducidas a cero. Tampoco que Biden esté rescatando a todos los ahorradores. Se siguen tomando las decisiones de manual porque no hay capacidad para ir más allá, eso es lo que nos preocupa. El riesgo de contagio es evidente ya que un banco es un banco y la lección de la GCF a los gestores que tenemos experiencia nos sirvió de aprendizaje de que lo peor, efectivamente, puede volver a pasar», explica Roldán.