La apuesta por los mercados emergentes va a seguir siendo protagonista en las carteras de los inversores, sobre todo de aquellos que buscan añadir algo más de riesgo y, por ende, de rentabilidad en los albores de la normalización monetaria. Eso sí, con el permiso de Venezuela que tras varios años coqueteando con el “defaut”, anuncia una reestructuración de la deuda tras retrasarse el pago de los cupones de la petrolera estatal PDVSA.
Un anuncio que, a juicio de Claudia Calich, gestora del M&G Emerging Markets Bond Fund, genera más preguntas que respuestas sobre esta nueva crisis de deuda. “No está claro si Maduro busca reestructurar tanto los bonos soberanos como los de PDVSA o sólo uno de los dos. Debido a sus diferentes estructuras legales, la reestructuración de PDVSA es mucho más compleja que la soberana”.
En su opinión, tampoco está claro cómo podría negociarse con los tenedores de bonos estadounidenses cuando la persona designada por Maduro para liderar las negociaciones, el vicepresidente Tareck el Aissami, está sancionado por EE.UU. Para Calich, “este anuncio ha llegado antes de lo esperado, pero se trata de un accidente de tren a cámara lenta desde hace varios años” que no debe contagiarse a otros activos en mercados emergentes.
El fondo que gestiona Calich, con un volumen de 665 millones de dólares, mantiene la misma exposición neutral a Venezuela desde hace seis meses, concentrada en bonos a largo plazo ya que estos descontaban la posibilidad de impago en sus valoraciones. También cuenta con exposición a la compañía petrolera PVDSA, también a largo plazo y por las mismas razones.“Si comprara bonos a corto o muy corto plazo, que no tengo ninguno, sí se podría esperar que se rembolsaran, pero también sería una estrategia arriesgada porque los bonos que podrían comprarse no son más de setenta u ochenta”, explica durante una entrevista a Funds Society.
La experta descarta que esta situación pueda suponer una oportunidad para aumentar su exposición al país porque “nada ha cambiado en política económica, la oposición no ha sido capaz de capitalizar nada y parece que Maduro seguirá en el poder al menos durante los próximos dos años. Con las actuales políticas económicas, el riesgo de default a largo plazo es más alto”
Visión macroeconómica
Para Calich, defender la apuesta por los mercados emergentes gira entorno a las perspectivas macroeconómicas a nivel global. “Hay unas mejores expectativas de crecimiento global no sólo para los mercados desarrollados sino también para los emergentes. La calidad de la renta fija emergente y su crecimiento económico es ahora muy estrecha”. Como se observa en el gráfico la quiebra de Lehman Brothers tuvo un impacto muy negativo sobre la calidad de los bonos emergentes, pero “ahora el crecimiento está mejorando, las divisas se han estabilizado y la inflación se ha reducido en muchos países lo que ha estrechado el diferencial”.
Calich destaca como elementos que benefician a estos mercados desde el buen momento del ciclo económico, hasta los precios de las materias primas pasando por la nueva era de las políticas monetarias globales, particularmente la de la Fed estadounidense. “Nada sugiere que la Reserva Federal vaya a mantenerse a la espera, dado que la inflación actual sigue estando en niveles relativamente bajos en el mundo desarrollado. Esto es positivo también para esta clase de activo”, asegura.
Un escenario que ha motivado, explica, que “desde hace un año estén volviendo los flujos de capital a los mercados emergentes tras, básicamente entre dos y tres años de salidas entre 2013 y 2016”.
¿Qué ha sido del efecto Trump en los mercados emergentes?
Un año después de la victoria de Donald Trump, la preocupación inicial sobre los efectos que sus políticas pudieran tener sobre los mercados emergentes parecen haberse diluido. El país que sigue estando en el ojo del huracán es México a propósito de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) cuyas negociaciones se alargarán hasta 2018.
Para Calich, el escenario base es que EE.UU. no expulsará a México del NAFTA “esto es, por supuesto, pensando en términos económicos racionales. Si México sale del NAFTA, automáticamente su divisa se depreciaría entre un 10% y un 15% así que cualquier beneficio en términos fiscales desaparecería por esa depreciación. No es tan obvio que la competitividad de EE.UU. fuera a aumentar porque otros países, como China entre otros, podrían ocupar el lugar de México”.
En su opinión, hasta el momento las políticas no han sido tan aterradoras. “Hubo mucho miedo al principio, pero en la práctica ni ha sucedido nada bueno ni tampoco ha pasado nada desastroso”.
Deuda soberana: aumenta la exposición a moneda local
En deuda soberana, Calich identifica dos tendencias. Por un lado, el aumento de la exposición a deuda en moneda local durante los últimos 12 meses (30-35% de media en el fondo que gestiona). Según la gestora no se esperan grandes depreciaciones por varias razones: “las divisas se han abaratado, además la fuerte depreciación que han registrado algunas de las divisas emergentes ha permitido a estos mercados ajustarse (por ejemplo, reducir el déficit por cuenta corriente). Por último, algunos de estos bonos denominados en divisa local reflejan una visión alcista sobre los tipos de interés de los mercados emergentes. Así que la inflación ha disminuido mucho en varios países. El mayor ejemplo es Brasil que ha pasado de una inflación por encima del 10% al 3%, pero este mismo escenario lo hemos visto en Rusia o Colombia”.
En cuanto a la deuda soberana en dólares, Calich matiza que “hay que analizar cada país de forma individual”. En su caso, sobrepondera Argentina (combinación en euros y dólares), algunos países de Centroamérica o África subsahariana, como Ruanda o Tanzania, y mantiene una exposición reducida al mercado asiático.
El M&G Emerging Markets Bond Fund mantiene actualmente más de un 40% de la cartera en deuda soberana emergente en divisa fuerte y un 32% en moneda local. En bonos corporativos, sin embargo, la preferencia por las emisiones en “hard currency” es evidente con un 23,5% de la cartera frente a sólo un 2,5% en moneda local. Con una duración total de 6 años, el fondo tiene su mayor exposición (37,4%) a Latinoamérica, un 19,4% a Europa Central y Europa del Este y un 16,4% al mercado asiático.