Es posible que los intereses de los bonos no hayan tocado fondo aún, y el hecho de que sean negativos no es necesariamente malo para determinados inversores, apunta el responsable de inversión en activos múltiples de Robeco, Lukas Daalder.
En este contexto, el experto de la firma cita cinco razones principales por las que los intereses negativos pueden seguir atrayendo a los inversores:
- El QE de los bancos centrales: Los precios de los bonos son sencillamente el resultado de la relación entre oferta y demanda, por lo que los programas de compra de bonos a gran escala seguirán impulsando la demanda.
- Deflación: Invertir en bonos aún con rentabilidad negativa tiene mucho sentido si se prevé que los precios vayan a seguir cayendo. Podemos perder en términos nominales, pero en términos reales aún obtendremos un resultado bueno.
- Plusvalías previstas: Aunque la curva de rentabilidad sea negativa, todavía es posible obtener beneficio de las variaciones positivas de los precios, sobre todo si los inversores siguen yendo más abajo en dicha curva.
- Previsiones relacionadas con divisas: Una variación positiva de los tipos de cambio puede conllevar un beneficio, como ha sucedido con los inversores que compraron deuda suiza con interés negativo y después salieron beneficiados cuando se revalorizó el franco suizo.
- Tipos para depósitos negativos: La decisión del BCE de bajar los tipos para depósitos al menos 0,2% supone que, para un banco, invertir en bonos con interés negativo puede ser una opción mejor que consignar en depósitos sus excedentes de liquidez.