Los inversores ‘value’ han atravesado un camino difícil en los últimos 18 meses, pero la tendencia puede estar cambiando por completo ahora debido a cinco catalizadores principales, explica Mark Donovan, co- portfolio manager del fondo Robeco Boston Partners US Large Cap Equities.
En medio de los temores sobre la economía mundial, desde finales de 2014, las acciones defensivas caras y las de un crecimiento glamuroso han sido las favoritas de los inversores, ya sea por seguridad percibida o por los mayores ingresos. El «punto dulce», es decir las acciones value -aquellas empresas cuya cotización no refleja plenamente su potencial-, se ha dejado bastante de lado.
Sin embargo, cree Donovan, podrían estar por llegar mejores tiempos, sobre todo para las grandes empresas, ya establecidas, que probablemente generarán un crecimiento en sus ganancias en los próximos meses y años.
Como inversor bottom-up value desde hace mucho tiempo, Donovan sigue la filosofía de ‘los tres círculos’ de Robeco Boston Partners que implica solamente la compra de acciones que tengan un elemento de valor fundamental, junto con fuertes fundamentos de negocio y momentum.
Comportamiento del mercado
«El estrecho mercado, dirigido por las cifras de crecimiento durante los últimos 18 meses ha sido hostil a nuestro estilo de inversión», dice Donovan, que gestiona el fondo de empresas estadounidense de gran capitalización junto con su colega David Pyle. «Esto es un comportamiento típico de un mercado situado en la parte tardía del ciclo, que a menudo crea condiciones para una fuerte cambio de tendencia, sobre todo en las partes menos favorecidas por el mercado. Sin embargo, ahora hay varios catalizadores que pueden precipitar este giro del mercado».
Donovan ve cinco catalizadores importantes que podrían situar las oportunidades en el lado ‘value’:
- Si el petróleo toca fondo: Esto ha impactado con fuerza en el sector energético de Estados Unidos. Se avecinan quiebras, recortes en la partida de gastos de capital y despidos como consecuencia del desplome del petróleo desde un máximo de 130 dólares por barril, en los que cotizaba en 2014, hasta un mínimo de 26 dólares, un nivel visto en los últimos meses. Sin embargo, de cara al futuro Donovan cree que habrá recortes en el suministro de la OPEP y otros países que no pertenecen al organismo para hacer subir los precios.
- Una menguante fortaleza del dólar: Un dólar fuerte perjudica a los exportadores y en 2015 costó a las empresas que cotizan en el S&P 500 unos 9 dólares en beneficios por acción frente a una cifra de 118 dólares aproximadamente, según Fundstrat. Conforme se desvanezca la fortaleza del dólar, lo que era un obstáculo para las compañías con crecimiento de los ingresos se convertirá en un factor a favor.
- Diferenciales ‘value’: Los diferenciales valor/crecimiento han registrado aproximadamente entre 1,5 y 2 puntos de desviación estándar de la media, según los datos de Empirical Research Partners, y no son sostenibles. Esto se puede ver claramente en los diferenciales de valoración de varias compañías de gran capitalización como Facebook, Amazon, Netflix y Salesforce.com que cotizaban en 3,3x el mercado al final de 2015. Una «reversión a la media” ayuda a las acciones value.
- Sorpresas en los beneficios de las empresas estadounidenses: La verdadera esencia del value investing es escoger aquellas empresas cuyas ganancias son superiores a lo que descuenta su acción. Muchas compañías value que no tiene el favor del mercado terminan por sorprender al alza y produciendo una prima para el fondo. Si el crecimiento económico consigue recuperarse de los bajos niveles registrados el primer trimestre de 2016, habrá un considerable apalancamiento operativo que podría impulsar los beneficios en muchas industrias.
- El tiempo que la Fed retrase la subida de tipos: Habitualmente, los mercados suben después de un período de adaptación que dura tres meses tras un cambio de política monetaria. Dado que la Reserva Federal aumentó los tipos de interés en diciembre de 2015 por primera vez en casi una década, esto sugiere que el período de ajuste finalizará en torno a marzo o abril (ver tabla abajo).
Confianza presente y futura
El impacto de un cambio en la confianza podría ser considerable, especialmente dado que muchos de los vaivenes del mercado han sido provocados por temores exagerados sobre una desaceleración del crecimiento en China, una recesión en Estados Unidos, e incluso otra crisis financiera”, dice Donovan. «Aunque las expectativas de crecimiento, sin duda se han reducido, rara vez se materializan los peores temores y hay argumentos en contra para muchos de ellos. Los bajos precios del petróleo, por ejemplo, tiene beneficios, pero también inconvenientes», dice.
«Como suele ser el caso, lo que pasa a corto plazo en el mercado suele dirigir la confianza, que ahora mismo, está respondiendo de forma muy negativa a las preocupaciones de una desaceleración del crecimiento mundial y a la posibilidad de una crisis económica. Sin embargo, ciertos segmentos del mercado de Estados Unidos, como los bancos, las materias primas y las empresas industriales están registrando una valoración como si fuera a haber una recesión significativa. Esto está creando los «tres círculos» de oportunidades en el sector financiero, industrial y de energía que Robeco Boston Partners persigue selectivamente».