China consume una parte importante de los recursos naturales a escala mundial dedicados a la industria, cuenta con unas reservas de divisas considerables y está transformando su economía rápidamente de un centro de producción mundial a una potencia impulsada por el consumo.
Como resultado, a los inversores de todo el mundo les interesa mucho que el país implante dicha transformación con éxito a la vez que mantiene su elevado crecimiento general.
Desde mediados de 2014, las noticias han sido ampliamente positivas. Las condiciones empresariales generales de China siguen mostrando una tendencia al alza y sólo se ha registrado un mes de contracción (julio de 2015) en los dos últimos años. Más allá de la expansión: una política económica específicamente dirigida al crecimiento, junto con un elevado gasto público en infraestructuras a todos los niveles gubernamentales, así como incentivos ajustados para que los particulares sigan invirtiendo en viviendas.
Ese programa de política presupuestaria orientado al crecimiento hace que China sea una de las dos grandes economías que está abordando el problema del crecimiento mediante el incremento del gasto público. La otra es Japón, que tiene motivos diferentes para aplicar medidas de estímulo, como una población envejecida y una escasez general de mano de obra.
En China, la postura partidaria de aplicar medidas orientadas al crecimiento también se ha materializado abordando los problemas de su propio sistema financiero, como la adopción de una infraestructura financiera basada en el mercado para asegurar la solidez de las instituciones financieras, así como la adecuada regulación del universo de la inversión particular, en constante evolución.
Todo ello pone de relieve el motivo por el que los inversores deberían enfocar el crecimiento mundial, y la inversión internacional, no sólo desde el punto de vista de los riesgos, sino también desde las oportunidades.
El gráfico muestra el índice, el Overall Business Conditions Index, de condiciones empresariales generales de China, elaborado mensualmente, del 30 de junio de 2014 al 31 de julio de 2016. El índice se compone de tal modo que los valores por encima de 50 indican expansión y mejora en las condiciones empresariales generales, mientras que aquellos por debajo de 50 sugieren una contracción o deterioro.