El avance de las vacunas y las campañas de vacunación permiten empezar a pensar en una nueva etapa de normalidad, el periodo post COVID-19. En este nuevo contexto, Lars Kalbreier, CIO Global de Banca Privada en Edmond de Rothschild, defiende una estrategia de inversión para este año en la que diferencia entre los sectores económicos que se han quedado relegados y aquellos que participan de las grandes tendencias emergentes. En su opinión, es en estas últimas donde el inversor debe poner el foco.
«El mundo post COVID será un mundo nuevo, una fuente de oportunidades de inversión específicas e innovadoras», afirma Kalbreier. Según defiende el CIO, hay cuatro temáticas de inversión que serán claves durante lo que queda de año y que han surgido a raíz de la pandemia, quedándose con los inversores en un futuro próximo. La primera de estas ideas de inversión es China y el rápido avance que ha logrado durante esta crisis sanitaria. «China ha superado la crisis del COVID-19 mejor que otros países y crecerá más rápido que el resto del mundo, dado que su economía ya se ha reabierto por completo. Esperamos que la economía china crezca un 9,8% en 2021, acortando así rápidamente la distancia con Estados Unidos, que sigue siendo la mayor economía del mundo. Además, las empresas chinas están desafiando cada vez más a sus pares estadounidenses en materia de innovación en áreas tecnológicas avanzadas como la inteligencia artificial, tecnología de la información, vehículos eléctricos o semiconductores, por ejemplo. Por ello, creemos que China ya no debe considerarse un mercado emergente, sino una superpotencia económica y geopolítica capaz de competir con las economías más avanzadas del mundo. Para los inversores globales, una exposición a esta importante región está por tanto justificada en carteras diversificadas», argumenta Kalbreier.
Su segunda idea tiene en el centro a la renta fija. Pese a lo complicado que parece invertir ahora mismo en esta clase de activo, Kalbreier considera que los inversores tendrán que encontrar nuevas fuentes de rendimiento, como el crédito corporativo y la deuda de los mercados emergentes. En este sentido, explica que para invertir en renta fija, el inversor no podrá olvidar que está en un contexto de tipos de interés bajos. «Los gobiernos de los países occidentales han aplicado fuertes medidas de estímulo para proteger sus economías contra la fuerte desaceleración a raíz de la pandemia. Estas medidas de estímulo han incrementado ampliamente la deuda pública, que deberá ser refinanciada a medio y largo plazo. Por lo tanto, es probable que los bancos centrales mantengan los tipos de interés en niveles mínimos para que los gobiernos puedan atender el servicio de esta carga de deuda adicional», añade.
En tercer lugar, 2021 ha acelerado la relevancia de una palabra: digitalización. En esta sentido, apunta: «Es poco probable que la tendencia estructural hacia una sociedad más digital retroceda, incluso una vez que el COVID-19 quede recluido en los libros de historia. Desgraciadamente, una mayor adopción de las herramientas digitales significa también un aumento de los robos de datos y ciberdelincuencia. Por tanto, habrá una mayor necesidad de protección digital, que debería traducirse en mayores inversiones en ciberseguridad».
Su visión se apoya en datos como que, por ejemplo, en Francia el 70% de los mayores de 60 años que utilizan las compras online empezaron a hacerlo durante el confinamiento. Con la telemedicina ocurre algo parecido, ha experimentado un crecimiento de más del 300% en Estados Unidos en comparación con el periodo anterior a la pandemia. Además, cientos de millones de niños y sus padres han aprendido nuevas habilidades, como el dominio del uso de la educación online y las teleconferencias.
Por último, el CIO Global de Banca Privada en Edmond de Rothschild identifica una tendencia más para este 2021: la sostenibilidad. «Muchos gobiernos han puesto en marcha fuertes programas de estímulo para reducir el impacto en sus economías y, la mayoría de esos programas tienen un denominador común: todos incluyen inversiones en tecnologías verdes. Además, Estados Unidos, que ha estado ausente en los debates sobre el cambio climático durante los últimos cuatro años, está volviendo con fuerza. De hecho, el gobierno de Biden ha situado la lucha contra el cambio climático a través de importantes inversiones en sostenibilidad en la primera línea de su agenda política. Por lo tanto, esperamos un aumento de las inversiones mundiales en tecnologías sostenibles y un avance más rápido hacia economías más ecológicas en los próximos años«, concluye Kalbreier.