Dado el tamaño de su economía, para los expertos de Columbia Threadneedle no cabe duda de que China supone el mayor riesgo para los mercados mundiales y ha sido un factor determinante de la volatilidad en los últimos años.
Aunque el crecimiento económico de la región se mantiene constante (a un ritmo más lento y más sostenible), explican, la renta disponible avanza hasta situarse en el nivel más alto de los dos últimos años (por lo que el consumo se ha convertido en el principal componente del crecimiento del PIB), los beneficios industriales chinos crecen con firmeza y las salidas de capitales de inversión se han frenado al tomar el relevo los inversores nacionales.
“China y sus inversores parecen haber aceptado la necesidad del país de reajustar su economía. No obstante, el futuro no estará exento de altibajos. Cabe destacar, por ejemplo, que, si bien las cifras generales de las exportaciones e importaciones están repuntando con fuerza, el superávit por cuenta corriente está desvaneciéndose”, dice la gestora en su último análisis de mercado.
Threadneedle recuerda además, que China lleva algún tiempo lidiando con la paradoja de perseguir al mismo tiempo el control de los tipos de cambio, el libre movimiento de capitales y una política monetaria autónoma: su «trilema». Por eso, el equipo de renta variable de la firma cree que existen claros sobresaltos que podrían llevar esto a un primer plano en los cinco próximos años, aunque no cree que se trate de un riesgo a corto plazo.
Así que dado que no se avistan ni un endurecimiento monetario ni cambios fiscales a gran escala en el horizonte, Asia, Japón y Europa parecen ser actualmente para la firma las mejores regiones para adoptar exposición cíclica al crecimiento mundial.
“No obstante, a corto plazo sí existen riesgos geopolíticos y económicos, por lo que en 2018 será necesaria la destreza de los gestores activos para gestionar las carteras con prudencia e identificar oportunidades de inversión que arrojen una rentabilidad constante de la inversión”, conlcuyen.