Hasta ahora, la narrativa acerca de China se centraba en los aranceles que la administración Trump apruebe y el impacto que estos tengan, y en un esperado segundo paquete de medidas de estímulos y reformas por parte del gobierno chino. Sin embargo, el éxito de DeepSeek y su impacto en el mercado y en los grandes nombres tecnológicos ha desviado esta narrativa. Con la IA como bandera comienza el gigante asiático su nuevo año, el Año de la Serpiente.
“En el pasado, este signo del zodiaco no ha sido un buen augurio para los mercados bursátiles. Por ejemplo, el crack bursátil de 1929, que pasó a la historia como el Viernes Negro, se produjo bajo este signo. En un análisis realizado con motivo del 55º aniversario del barómetro bursátil, el proveedor del índice bursátil Hang Seng de Hong Kong concluyó que el índice perdió una media del 14% en los años serpiente durante este periodo, lo que sitúa al signo del reptil al final de los doce signos del zodiaco”, advierte Ivy Ng, Chief Investment Officer (CIO) para la región Asia-Pacífico (APAC) de DWS.
La experta, sin embargo, recuerda que las serpientes también están asociadas a la sabiduría, la adaptabilidad y el pensamiento estratégico en la astrología china. “Son conocidas por su capacidad para moverse con paciencia y precisión por terrenos complejos, características especialmente relevantes cuando analizamos las perspectivas económicas y del mercado de capitales para China en 2025”, afirma.
Partiendo del escenario incierto actual, repleto de dudas y complejos factores, se desdibujan las nubes negras que azotaron al país asiático durante 2024 para marcar nuevos horizontes. Con una previsión estable y un viento a favor, se espera que China experimente la estabilidad que lleva anhelando los últimos años. Stephen Li Jen, CEO de Eurizon Capital SLJ, En conjunto, percibe un escenario optimista para este 2025 con un crecimiento real de la economía china que rondará el 4,5-5%. Y matiza que si su economía mejora y el mercado inmobiliario se estabiliza, los grandes sectores de crecimiento de primer orden, podrían obtener mejores resultados a medida que se recupere el sentimiento de riesgo y mejoren las expectativas.
En general, el Año de la Serpiente traerá consigo numerosos retos, desde tensiones geopolíticas hasta una débil demanda interna y posibles devaluaciones monetarias. “Pero las características de este signo del zodiaco nos recuerdan que la resistencia y el pensamiento estratégico pueden convertir los retos en oportunidades. Tenemos que abrazar este espíritu en lo que promete ser un año crucial para la economía y los mercados de capitales chinos”, afirmó Ivy Ng.
¿Un nuevo amanecer?
Una de las primeras reflexiones que lanzan las gestoras sobre China es que las opiniones sobre el país suelen simplificarse en posturas optimistas o pesimistas, pero advierten que la visión debe ser más amplía. Para Ng,
Desde Amundi reconocen que China tiene una clara intención de cambio de política por parte del liderazgo, pero son escépticos sobre su eficacia.
“A diferencia de hace un año, cuando describíamos la postura política como pasivamente complaciente, el liderazgo chino ahora ha eliminado toda ambigüedad. Está abogando explícitamente por políticas no convencionales que incluyen una flexibilización monetaria y una política fiscal más expansiva. Este cambio probablemente se debe a una crisis sistémica atípica, donde los gobiernos locales estaban escasos de dinero, luchando por pagar a empresas, bancos y funcionarios públicos. Además, la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos refuerza aún más la necesidad de este cambio”, explican desde Amundi.
En este contexto, Amundi espera una serie de medidas destinadas a estabilizar la economía, entre las que se incluyen: un total de 50 puntos básicos de recortes en las tasas de política monetaria durante el primer semestre de 2025; y una política fiscal expansiva con un déficit fiscal adicional del 2 %, elevando el déficit total al 10 % del PIB en 2025.
“En caso de que la administración de Trump implemente políticas agresivas de proteccionismo comercial y controles de exportación, es probable que China mantenga esta postura fiscal expansiva durante más tiempo del actualmente previsto. Entre 2025 y 2027, podemos esperar una relajación generalizada, similar a las primeras y segundas ‘flechas’ del ex primer ministro japonés Shinzo Abe a partir de 2012. En ese caso, es probable que se retrase la consolidación fiscal, manteniéndose el déficit en el 10 % también durante 2026-2027”, explica Amundi en su último informe.
Renta variable china
Ya que hablamos de Trump, los expertos consideran que en 2025 los mercados de renta variable chinos seguirán bajo la influencia de algunos factores clave, como los riesgos arancelarios de Trump 2.0 y la respuesta política de China en un contexto aún débil e incierto de debilidad de la demanda interna y una prolongada desaceleración del sector inmobiliario.
“Contrariamente a lo que piensan algunos inversores, la historia sugiere que la narrativa de ‘Trump es malo para China’ ya no basta forzosamente para impulsar la rentabilidad de la renta variable a largo plazo. Consideramos que las cuestiones internas son el motor más importante para la bolsa china”, explica Nick Yeo, Head of China/Hong Kong Equities Team de abrdn.
Según el análisis del experto de abrdn, el impacto directo de los aranceles fue relativamente efímero, durante la primera Guerra Comercial. “Tras la primera presidencia de Trump, las empresas chinas han desarrollado diversas rutas comerciales alternativas y fomentado nuevos destinos para sus mercancías. En consecuencia, creemos que estas acciones suavizarían aún más el impacto de los aranceles previstos”, añade.
Yeo considera que, en cuanto a la respuesta política de China, es probable que veamos medidas de estímulo más agresivas en 2025. “La necesidad de apoyar el crecimiento es cada vez más evidente, sobre todo de cara a la segunda vuelta de Trump. Desde la reorientación de la política en septiembre, ya hemos visto un cambio radical en el nivel de las medidas políticas, con un apoyo fiscal significativo, acompañado de estímulos monetarios, y se espera que sigan más”, afirma.
Por su parte, Ng espera que las bolsas chinas coticen inicialmente en un rango estrecho. Un avance en las relaciones entre EE.UU. y China a finales de este año podría proporcionar cierto alivio, pero hasta entonces, las incertidumbres en torno a los aranceles, las tensiones geopolíticas y la debilidad de la demanda interna seguirán manteniendo cautelosos a los inversores. “El principal motor del sentimiento de los mercados será la evolución de los beneficios empresariales”, señala Ng.
Sobre renta fija
Respecto a la renta fija, el CEO de Eurizon Capital SLJ señala que, como esperaban hace un año, los mercados emergentes han generado rendimientos positivos en renta fija. “Aunque teníamos el punto de mira apuntando a las políticas de la Fed, consideramos que la clave reside en el exhaustivo control de capital, que ha provocado que los mercados de renta variable se desplazasen a la renta fija ocasionando a su vez un repunte en el mercado de bonos”, comenta Jen.
Según su análisis, tras haber analizado el rendimiento experimentado por los bonos chinos denominados en renminbi (RMB), se puede observar que generaron grandes rentabilidades durante el 2024. “Desde el verano de 2021, cuando Pekín adoptó una postura regulatoria marcadamente restrictiva, los bonos en RMB se han revalorizado un 22 % acumulado (rendimiento total). El seguimiento que hemos realizado a una amplia gama de estrategias en diversos escenarios negativos confirma que éstos han logrado configurarse como el mejor activo refugio a nivel global en las últimas dos décadas”, concluye.
Desde DWS consideran que, en contraste con la renta variable, los mercados de renta fija chinos deberían ofrecer una relativa estabilidad a pesar de los crecientes desafíos. Según explican, la ralentización del crecimiento económico y el aumento de la deuda nacional debido a las medidas de estímulo económico han presionado la calificación crediticia del país asiático. Tanto Moody’s como Fitch ya han revisado a la baja sus perspectivas para China. Un mayor deterioro de las condiciones macroeconómicas podría aumentar el riesgo de rebajas. “
Sin embargo, no es probable que una posible rebaja de la calificación tenga un impacto significativo en los diferenciales de crédito debido al fuerte apoyo de los inversores locales. Además, se espera que la calificación de China se mantenga dentro de la categoría «A simple», lo que proporcionaría un colchón frente a perturbaciones importantes”, explica Ng.
En su opinión, los emisores cuasi soberanos, como los vehículos de financiación de las administraciones locales, afrontan riesgos de refinanciación limitados gracias al fuerte apoyo de los inversores nacionales y a medidas gubernamentales como el aumento de las cuotas de bonos específicos de las administraciones locales. Al mismo tiempo, la demanda de bonos chinos seguirá siendo fuerte, ya que los bancos nacionales invierten el exceso de liquidez en monedas extranjeras con bonos expresados en dólares. Es probable que la atención siga centrada en los títulos A simples de tres a cinco años.