China parece dispuesta a todo para reactivar su economía y sus mercados de valores. Para el primer objetivo, acaba de devaluar el renminbi casi un 2%, llevando su divisa al punto más bajo en casi tres años. Pero además, el gobierno podría haber gastado hasta 900.000 millones de yuanes -lo que equivaldría a 145.000 millones de dólares– en los dos últimos meses para sujetar los precios de su mercado de valores, según estimaciones de Goldman Sachs. Y todavía dispone de más de 1 billón de yuanes –alrededor de 160.000 millones de dólares- adicionales por si fuera necesario realizar nuevas intervenciones, según los estrategas.
“Estos fondos son suficientes para suavizar la caída del mercado de renta variable cuando se acerquen las últimas etapas del desapalancamiento del consumo”, decía el equipo de estrategia de la firma liderado por Chenjie Liu en un informe publicado el pasado 5 de agosto, y recogido por Bloomberg.
La inyección de capital de estos últimos 60 días representa aproximadamente el 2,2% de la capitalización bursátil disponible para negociación, indica Liu en su escrito. En menos de dos meses, la capitalización de la bolsa de valores china ha perdido 3.400 billones de dólares y el índice Shanghai Composite ha caído un 30% en medio de una huida generalizada de inversores y la preocupación de que las valoraciones hubieran alcanzado precios excesivos, después de un larguísimo periodo de tiempo –que ha supuesto un récord- de mercado alcista. La respuesta del legislador fue la de poner en marcha de una serie de medidas de apoyo sin precedentes, incluyendo adquisición directa de acciones por parte de agencias estatales y compañías públicas.
Según los estrategas de Goldman, el Shanghai Composite podría oscilar entre los 3.000 y los 4.500 puntos en el corto plazo, sujeto por las órdenes gubernamentales y capado por las ventas de otros inversores.