China acapara las miradas de los inversores y analistas esta semana ya que mañana, 22 de mayo, dará comienzo el Congreso Popular Nacional. Tradicionalmente, esta cita anual es relevante porque el país revisa las previsiones sobre su PIB. En esta ocasión, la lista de tareas es largo y los expertos esperan conocer nuevas medidas económicas y estímulos para superarse del impacto de la crisis del coronavirus, así como sus planes para lograr la autosuficiencia tecnológica.
El Congreso Nacional del Pueblo y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo son las reuniones más importantes del país desde el punto de vista de las políticas que defiende. Normalmente se celebran en marzo y duran unas dos semanas, pero este año se han retrasado debido a la pandemia del coronavirus. En opinión de los expertos del banco privado suizo Julius Baer, dadas las tensiones del año pasado, será interesante ver lo que se desprende de estas reuniones en términos de política exterior, política hacia Hong Kong y Taiwán, y política económica para suavizar los golpes de la pandemia de coronavirus.
“Será de particular interés si China asigna un objetivo numérico de crecimiento del PIB para el año en curso, como es tradición en el Congreso Nacional del Pueblo desde 1995. Esto tiene relevancia para todo el mundo, dado que el año pasado China fue responsable de alrededor de un tercio del crecimiento mundial, más del doble que los Estados Unidos. Para cumplir el objetivo de duplicar el PIB de 2010 a 2020, se requiere una tasa de crecimiento del 5,6% para este año. Algo que parece inalcanzable a la luz del coronavirus y la disminución del 6,8% en el primer trimestre”, afirman desde Julius Baer.
Igualmente, será relevante ver si piensa tensar aún más las relaciones con Estados Unidos. Por ejemplo, ayer las bolsas asiáticas registraron ligeras caídas ante el discurso más agresivo de Trump con China. “La nueva normativa en torno a las empresas chinas listadas en Estados Unidos y el tono más beligerante con el país asiático del último discurso de Trump han pesado sobre el ánimo inversor. El CSI 300 cae ahora mismo un 0,53% con el sector de telecomunicaciones como principal detractor del día (-1,98%). Mientras en Hong Kong caídas similares para el Hang Seng (-0,56%)”, apuntan los analistas de BancaMarch.
Según explican desde BancaMarch, con la nueva normativa que ha pasado el senado estadounidense se prohíbe cotizar a empresas bajo el control de un gobierno extranjero o que el organismo de auditoría no pueda comprobar dicho aspecto por tres años consecutivos. “Esto volcará muchas de los nuevas salidas a bolsa de empresas chinas a Hong Kong principal zona financiera para la búsqueda de capital extranjero”, matizan.
La recuperación tras el coronavirus
Por ahora, China lidera la recuperación tras el COVI-19. Su economía parece estar bien encaminada, ya que el gasto de los consumidores, la fabricación y la inversión se han recuperado con fuerza en abril. Por tomar un dato como referencia, por ejemplo, se observa que las ventas inmobiliarias chinas están en alza. “Los datos de la industria muestran que a principios de mayo, las ventas semanales de las 36 ciudades más grandes en volumen estaban volviendo a los niveles anteriores a la COVID 19, mientras que los precios de los inmuebles estaban mostrando una resiliencia notable. En cuanto a los 36 principales promotores inmobiliarios, su crecimiento de preventas se recuperó en una base promedio ponderada a 2% en abril de 2020 frente a abril de 2019”, explica Sabrina Ren, gestora de fondos, JK Capital Management, del Grupo La Française.
Sin embargo, Matthews Asia, gestora especializada en Asia, se pregunta hasta qué punto podemos tener confianza en las cifras que el gobierno chino muestra. Según explica Andy Rothman, estratega de inversión de Matthews Asia, ahora mismo, cuando se piensa en las perspectivas de económicas de China el análisis parte de si el coronavirus permanece bajo control o no. “En este punto, China parece haber luchado con COVID-19 hasta la sumisión. El 14 de mayo, sólo 91 pacientes con coronavirus estaban en el hospital, por debajo del pico del 17 de febrero de 58.016. La tasa de recuperación es ahora del 94% en toda China, un aumento del 12% hace tres meses”, apunta Rothman.
En opinión del experto de Matthews Asia, el gran riesgo al que se enfrenta el país tras esta crisis sanitaria y económica es el desempleo, además de una segunda oleada de este virus. “En el punto álgido del brote de COVID-19, es probable que entre 70 y 80 millones de trabajadores urbanos, especialmente los trabajadores migrantes, hayan perdido sus empleos o no puedan volver a trabajar. Esa cifra probablemente se ha reducido a la mitad, pero aún así indica una tasa de desempleo de entre el 8% y el 10%. La ausencia de malestar social y el repunte del gasto de los consumidores sugieren que el apoyo del gobierno a los trabajadores y las empresas ha proporcionado un colchón para muchos de los que perdieron sus trabajos, sentando las bases para una recuperación económica”, afirma Rothman.
Según su previsión de cara al evento de los dos próximos días, espera un “modesto estímulo” diseñado para ampliar el colchón y acelerar el ritmo de la la recuperación hacia la normalidad.
Razones para invertir en China
Mientras los inversores siguen atentos a las medidas de estímulo y a la recuperación de las economías, muchas de las cuáles han no han visto en la totalidad el impacto del COVID-19, también quieren buscar oportunidades de inversión y China es una opción. Desde UBS AM apuntan cinco razones para invertir en China. En primer lugar porque China “está impulsando la economía mundial” y en segundo lugar, porque constituye uno de los mercados más grandes del mundo.
Para la gestora, China también está ganando peso no solo por su tamaño sino por su mayor apertura a las inversiones extranjeras y porque es capaz de ofrecer un valor añadido. En este sentido, desde UBS AM apuntan tres aspectos para las carteras de los inversores: diversificación a la hora de invertir en mercados globales, un potencial de alta rentabilidad y oportunidades para la gestión activo. Un elemento clave es que los mercados del país se están volviendo más accesibles. “Los programas Stock y Bond Connect han abierto el mercado “onshore”. Gracias a ello, los inversores fuera del país han puesto en torno a 125.400 millones de renminbis trabajar en los mercados de valores de China durante el primer trimestre de 2019”, señalan.
Por último, considera que otra razón para invertir en China es que encaja en la visión estratégica y a largo plazo de las carteras. “La inversión en esta zona geográfi ca potencia una estrategia a futuro, sobre todo, teniendo en cuenta que los nuevos motores de crecimiento de los sectores de la tecnología y el consumo impulsan la economía de China”, concluyen.