Después de meses de campañas y años de debates constitucionales, el electorado chileno rechazó su segundo proyecto de Carta Magna este domingo 17 de diciembre, descartando un documento que el mercado consideraba como más propicio para el crecimiento. Y si bien en el mercado se anticipa un impacto acotado en los activos locales, es posible que la incertidumbre persista en el país y tenga consecuencias sobre el crecimiento.
La opción de rechazar el nuevo borrador constitucional –capitaneado por el Partido Republicano, de extrema derecha– consiguió alrededor de 6,9 millones de preferencias en los comicios, equivalente al 55,8% de los votos, superando por más de diez puntos porcentuales a los partidarios del nuevo texto.
La voz del mercado, por su parte, se sintió este lunes. Mientras que el tipo de cambio se movió escasamente, con una apreciación de sólo 0,4% para el dólar local que lo dejó en torno a 872 pesos, la bolsa –medida través del benchmark S&P IPSA– anotaba una baja de 1,1% a menos de una hora del cierre de la jornada bursátil.
Impacto en los activos
El resultado, según destaca Mauricio Cañas, director de Estrategia de BTG Pactual Wealth Management, se alineó con lo que auguraban las encuestas tradicionales, pero de todos modos prevé que podría haber retrocesos de la bolsa durante la semana. Respecto al tipo de cambio, por su parte, el profesional señala que “los extranjeros pasaron la elección bastante livianos”, después de un desarme de posiciones cortas contra el peso chileno, por lo que se podría ver un alza adicional.
La ventaja con la que ganó la opción de rechazar también es un factor relevante, agrega Felipe Jaque , economista jefe de Grupo Security. “Estimamos que podría llevar a una agenda de reformas más cercana a la idea original del gobierno, con impactos negativos sobre los activos locales a mediano plazo”, comenta.
Eso sí, no todas las visiones son pesimistas. En un comentario de mercado firmado por Nenad Dinic, encargado de Investigación Estratégica de Acciones, el banco de inversiones europeo Julius Baer indicó que hay potencial alcista para las acciones chilenas tras el cierre del proceso. En comparación con el primer ensayo constitucional, que concluyó con el plebiscito de septiembre de 2022, la firma espera que “el rechazo de este año tendrá menos impacto material”.
En esa línea, esperan una reacción neutral o ligeramente positiva para los activos locales, especialmente considerando que el gobierno confirmó que no van a buscar un tercer intento de escribir la Carta Magna. “Tenemos una visión positiva sobre los activos chilenos en 2024, especialmente para las acciones, que todavía se están negociando a niveles muy descontados”, agregaron.
¿Ahora qué?
Si alguien esperaba que esta votación iba a terminar con el protagonismo de la política en el mundo financiero chileno, los actores locales e internacionales tienen malas noticias.
“Consideramos que un estancamiento en la solución a problemas largamente discutidos continuará restando espacio a medidas pro-crecimiento y de impulso de la economía, claves para el mercado, lo que podría ganar terreno en las próximas semanas en las preferencias del gobierno”, comenta Jaque.
En ese sentido, el economista asegura que será clave el nivel de acuerdo político que se consiga para tratar estos temas, “lo que aún es terreno incierto para la economía y los mercados en general”. Esto en un contexto en que quedan pocos meses sin presión electoral para alcanzar acuerdos, acota, “con un calendario cargado para 2024 y 2025”.
Desde Credicorp Capital concuerdan con el diagnóstico. Aunque no ven que haya un “cambio material” en las variables económicas del país austral en el corto plazo, ven como probable que la confianza de consumidores y empresarios siga inclinándose hacia el pesimismo.
“La falta de consenso político sobre reformas estructurales afectará el PIB potencial, la productividad y las perspectivas fiscales”, advirtió la firma en un reporte firmado por el economista jefe Daniel Velandia y el economista jefe para Chile, Samuel Carrasco.
¿Un nuevo intento?
Es más, según advierten desde el mercado, esta votación ni siquiera despeja por completo la incertidumbre constitucional en sí misma, aunque no se vean nuevos procesos en el horizonte.
“El resultado no sería un catalizador relevante para la inversión, ya que la polarización política continuará y las decisiones de capex seguirán operando bajo incertidumbre regulatoria, ya que el riesgo de iniciar una nueva discusión constitucional en los próximos años no es despreciable”, indicaron los economistas de Credicorp.
Esa es una visión común. Desde JPMorgan, el economista jefe para el Cono Sur, Diego Pereira, advirtió en un reporte que “una porción significativa de la población sigue inquieta por los orígenes de la Constitución”, que fue instalada en el país andino durante la dictadura militar que se extendió entre 1973 y 1990.
Además, está el factor de la alternancia en La Moneda, en un contexto en que el gobierno chileno ha pasado de las manos de la izquierda a la derecha cada cuatro años desde que el conservador Sebastián Piñera sucedió a la presidencia de la socialista Michelle Bachelet, en marzo de 2010.
“Si bien una nueva discusión es improbable en esta administración, las posibilidades aumentan bajo un nuevo gobierno, especialmente si hay alternancia política. Así ,sigue siendo plausible una ola constitucional en 2026”, indicaron desde Credicorp.