Hay una serie de verdades incuestionables que marcarán la próxima década para los inversores. «Hemos identificado una serie de verdades incuestionables, que incluyen factores económicos y fuerzas disruptivas, que creemos darán forma al panorama inversor de los próximos años. Hablamos de la demografía, los factores políticos, el cambio climático y la disrupción tecnológica, que crearán tanto riesgos como oportunidades de inversión en los próximos diez años», ha afirmado Charles Prideaux, responsable global de inversiones de Schroders, durante el International Media Conference 2019 que ha tenido lugar en Londres.
Prideaux ha advertido de que la demografía ha tenido un impacto desproporcionado en la economía, fundamentalmente por el crecimiento de la fuerza laboral y de la productividad. «El crecimiento de la fuerza laboral empuja el crecimiento económico, pero la fuerza laboral crecerá más lentamente en la próxima década en todas las grandes economías y regiones. En la eurozona, Japón y China habrá un descenso en el número de trabajadores como resultado de la caída de la tasa de fertilidad», señala.
Esta desaceleración irá de la mano del envejecimiento de la población, como consecuencia del aumento de la longevidad. «La mayor esperanza de vida presionará las finanzas públicas y agravará el efecto de una desaceleración en el crecimiento de la población activa. Esto debilitará el consumo y la inversión per cápita y, por lo tanto, el crecimiento general», sostiene este experto.
Estos factores se combinan para dar una perspectiva de crecimiento relativamente lento del PIB para la economía mundial en línea con la demografía. Se espera que cada una de las principales regiones experimente un crecimiento más débil en los próximos 10 años que el promedio logrado desde 1996.
La inflación también será limitada y dependerá del aumento de la oferta en relación con la demanda a nivel mundial. «Es probable que el gasto disminuya en línea con un crecimiento de la fuerza laboral más débil y un envejecimiento de la población. Los altos niveles de deuda y una banca más reguladad limitará, además, la disposición y la capacidad de familias y empresas a adquirir más crédito.
En cuanto a los tipos de interés, Prideaux destaca que los tipos de interés serán más altos que actualmente, pero todavía es probable que sean relativamente bajos respecto al nivel precrisis. «A largo plazo el nivel de tipos de interés sería similar al promedio de entre 1900 y 1981, aproximadamente entre un 1% y un 3% por debajo de los niveles previos a la crisis», explica.
Este escenario tiene como implicaciones para los inversores un mayor enfoque en los beneficios empresariales a medida que aumenta la volatilidad. «A medida que los tipos de interés suban, los inversores estarán menos dispuestos a pagar valoraciones altas en bolsa y la rentabilidad dependerá más del aumento de los beneficios», añade. El resultado será un menor rendimiento de los índices en comparación con el pasado reciente. «Nuestras expectativas de retorno para los próximos diez años muestran que, con la excepción de mercados emergentes, se espera que todas las regiones de renta variable ofrezcan rendimientos más bajos en los próximos diez años que en la última década.»
Unido a esta menor expectativa de rentabilidad, el estudio global de inversores realizado por Schroders en 2017 revela que el inversor típico espera una rentabilidad anual media del 10,2% en los próximos cinco años.