El próximo domingo, la Generalitat ha convocado a los catalanes a opinar sobre sus deseos de independencia, en un referéndum que el Estado español considera ilegal y trata de paralizar a toda costa. La tensión se ha agudizado en los últimos días, con detenciones, movilizaciones de las fuerzas de seguridad y manifestaciones en la región. “Estamos muy preocupados por la situación en Cataluña y en España. Creo que se está produciendo un ataque en toda regla a los derechos fundamentales de las personas, lo que acarrea una pérdida de libertades en España. Es muy grave la situación y no sé cuál va a ser la deriva que tome”, comenta una fuente del sector que prefiere no ser citada.
Los expertos de la gestión de activos dudan sobre su celebración y son cautos sobre las consecuencias que podría haber en los mercados: quizá volatilidad a corto plazo, sobre todo en la deuda y la bolsa española –como de hecho viene ocurriendo en los últimos días, con caídas en el Ibex-, pero un escenario que pasará y que, en cualquier caso, dejará al margen a los mercados internacionales.
“Hay una ironía en el referéndum sobre la independencia catalana: si hubiera un referéndum dentro del marco legal el 1 de octubre, las encuestas de expectativas de voto sugieren que la mayoría de los votantes catalanes rechazaría la llamada a la independencia. Sin embargo, el referéndum anunciado ha sido declarado ilegal al no atenerse a la legalidad constitucional vigente. Por ejemplo, el ayuntamiento de Barcelona no implicará a su personal en la votación debido a los riesgos legales que asumirían. En cualquier caso, el referéndum parece estar abocado a ser un fiasco”, comenta el economista jefe de la gestora holandesa Robeco, Léon Cornelissen.
Para el experto, aunque “en estas condiciones podría resultar fácilmente en una mayoría que favorezca la secesión, ya que, la gran parte de votantes en contra de la secesión preferirán no participar –y teniendo en cuenta que no existirá un requisito mínimo de participación para que el resultado sea vinculante y que el parlamento catalán ha afirmado que realizará su declaración de independencia dentro de las 48 horas posteriores a la votación, si se produce un voto afirmativo a sus tesis-, los tribunales dictaminarán que el voto no tiene base legal y las dudas sobre la legitimidad de la votación serán obvias”.
Por todo eso cree que “la posibilidad de un divorcio, al estilo de la República Checa y Eslovaquia, todavía está muy lejos”.
¿Consecuencias obvias?
Pero las consecuencias no serán tan obvias, defienden los gestores. “Tras el 1 de octubre (1-O), llegará el 2 y estaremos más cerca de unas elecciones autonómicas que supondrán un punto y seguido para un entuerto sin solución. Sin embargo, en la medida que un desenlace con consecuencias económicas es imposible -tiene las mismas probabilidades de que Grecia decidiera salirse del euro en su momento-, no tiene mayor impacto en el mercado como tampoco lo tuvo el simulacro de 9 de noviembre”, dice José Ramón Iturriaga, gestor de Okavango Delta, Kalahari y Spanish Opportunities en la gestora de Abante. “Como decía aquel, se asemeja a una enfermedad crónica con fases más o menos agudas pero que también terminan pasando y con la que el mercado se ha acostumbrado a convivir”, explica en su última carta a los inversores.
En Robeco recuerdan que el diferencial de la rentabilidad a diez años entre España y Alemania se ha ampliado escasamente como consecuencia del reciente aumento de la turbulencia política, alrededor de 100 a 120 puntos básicos. “Con un crecimiento económico estable que esta en torno al 3%, no hay mucho que preocuparse por la sostenibilidad de la deuda española, a pesar de que la deuda pública bruta esta relativamente alta, cercana al 100% del PIB”, dice su economista jefe, que defiende que España está en la senda correcta para reducir su déficit público del 4,5% en 2016 al 3,1% en 2017, alcanzando finalmente el umbral europeo del 3%. Sin embargo, y teniendo en cuenta que el mercado de bonos ha permanecido hasta ahora poco impresionado por la escalada de la crisis constitucional española, éste podría ser un argumento “de cierta precaución”, señala.
“Los bonos soberanos españoles han registrado una buena evolución durante los últimos 18 meses, obteniendo mejores rentabilidades que otros países periféricos como Italia por un margen significativo. Una parte de esto se debe al hecho de que España ha abordado sus problemas bancarios antes que Italia, pero también se debe al hecho de que España ha experimentado una fuerte recuperación económica durante ese periodo, haciéndolo mejor que muchos otros países del sur de Europa”. En este punto, dice Hartwig kos, co CIO y co responsable de Multiactivos de SYZ AM, “existe claramente el riesgo de que el escenario económico bastante positivo ya haya sido descontado en los rendimientos de los bonos soberanos españoles, y una retirada de los estímulos por parte del BCE podría socavar las valoraciones a partir de ahora”. Pero niega que haya desequilibrios por Cataluña.
“Ha habido referéndums de independencia en el pasado que mostraron una gran mayoría por la independencia, pero con una participación muy baja. Existe una buena probabilidad de que se materialice un resultado similar en este referéndum también. Independientemente del resultado del mismo, la independencia no se contempla y los catalanes lo saben. Para ellos es más probable que se trate de forzar a España a que les dé más autonomía sobre fiscalidad, etc. En resumen, se trata de una cuestión doméstica, no de una crisis paneuropea. Esta es probablemente la razón por la que los mercados de bonos no han reflejado esto todavía, podría haber un poco de volatilidad de los bonos según se acerque la fecha prevista para el referéndum, pero no mucho más que eso”.
«Es probable que veamos un escenario de volatilidad durante unos días antes del 1 de octubre, pero las aguas volverán a su cauce por lo que debemos tomarnos la situación con tranquilidad. No pensamos que haya que tomar ninguna medida adicional o sacar capital de entidades financieras catalanas, aunque no invertiríamos en acciones de bancos. Si el Ibex baja, será una oportunidad para comprar”, dice David Levy, fundador de la EAFI DiverInvest, con sede en Barcelona. Y añade: “Los eventos políticos o geopolíticos suelen acaparar mucha atención. Pero al final, la economía marca el rumbo de los mercados. ¡Ni Trump, ni Puigdemont, ni Kim Jong-un, ni Rajoy, ni nadie, frenará la tan anhelada recuperación económica mundial!”
Tampoco en Goldman Sachs esperan que el referéndum tenga un impacto significativo en la renta variable española por tres razones: en primer lugar, el gobierno central ya ha dicho que no reconocerá el resultado, al considerar la consulta inconstitucional; en segundo lugar, mirando a otros eventos del pasado relacionados con Cataluña, “encontramos que el Ibex no reaccionó a un aumento del apoyo por la independencia; su rentabilidad relativa a Europa ha sido palana en el día del evento, y una semana y un mes después, así que no hemos encontrado reacciones claras o consistentes de la renta variable”, dicen los expertos. En tercer lugar, desde Goldman Sachs explican que las acciones españolas lo han hecho peor que otros mercados: “Desde el anuncio del referéndum a principios de junio, el mercado español ha caído un 6%, siendo el segundo peor país, tras Luxemburgo, del área euro”. En su opinión, la solución pasa por una mayor autonomía para Cataluña y los riesgos para logarlo son una escalada de las tensiones que complique esta solución.
Daño económico
Por su parte, la agencia de calificación Moody’s cree que las tensiones seguirán creciendo y alerta del daño económico para España que supondría una eventual independencia de la región.
El desafío independentista de Cataluña no arreciará con las prohibiciones del Tribunal Constitucional y supondrá más roces a largo plazo con el Gobierno Central, según un análisis de la agencia. «Pese a que le ley que permite organizar el referéndum de independencia en Cataluña ha sido prohibida por el Tribunal Constitucional», señala Moody’s, los acontecimientos de esta última semana «intensificarán a largo plazo la escalada de tensiones entre el Gobierno de Cataluña y el Gobierno central», señala el informe. Moody’s avisa de que la eventual independencia de Cataluña generaría limitaciones de acceso al crédito para España dada su envergadura territorial y el peso que tiene en la economía nacional.
«La región supone un 19% del PIB español y aglutina al 16% de la población del país», apunta Moody’s, «con un PIB per cápita por encima de la media nacional», con lo que si los planes de independencia se llevaran a cabo harían debilitarse a toda la economía de territorio nacional», lo que supondría una bajada del rating para el país, advierte. Pese a todo, en este escenario, Moody’s prevé que Cataluña siga formando parte de España.
Aunque un escenario de Catalexit tendría un impacto disruptivo para la economía española y la integridad institucional (Cataluña representa el 16% de la población española, Cataluña representa el 20% de la economía española y el 21% de los impuestos nacionales en 2016), otra agencia de calificación, Scope considera que un escenario de independencia es improbable a medio plazo. “Aunque monitorizamos la situación que se está produciendo, no esperamos que la cuestión de Cataluña altere la calificación /perspectiva de España de A /Estable a Largo Plazo”, dice Giacomo Barisone, Managing Director y responsable de ratings soberanos de Scope.
«El escenario base es que el proceso separatista no tendrá éxito y Cataluña seguirá perteneciendo a España. Existen numerosos obstáculos a la independencia catalana, como las salvaguardas constitucionales de España o el hecho de que los movimientos secesionistas no cuentan con una mayoría abrumadora. Además de estos obstáculos jurídicos e institucionales, Scope considera que el fuerte crecimiento económico de España y la rápida reducción del desempleo, tanto en España como en Cataluña, probablemente reducirán el apoyo a la independencia. Además, el nuevo sistema de financiación regional español, en discusión desde 2014, podría mitigar parte del apoyo político regional a la independencia en Cataluña en el futuro”, explican desde la entidad. Scope anticipa que el resultado más probable se traducirá en concesiones del gobierno central que proporcionen un mayor grado de autonomía fiscal y política a Cataluña a largo plazo.