Hace algunos años no se podría imaginar un mundo tan dominado por la política como el actual. Para los inversores esto se ha convertido en un reto, aunque no exento de oportunidades, según apunta Jean Médecin, miembro asesor del comité de Inversiones de Carmignac. En una revista realizada a principios de abril en Miami, Médecin compartió su visión de mercado con Funds Society: “Existen fuerzas contrapuestas: la economía va relativamente bien, pero hay muchos miedos sobre qué pasará en el plano político. En mi opinión, hay una oportunidad para que los inversores miren más allá de la política y se fijen más en el entorno económico”.
Adiós a la globalización, hola a la inflación
Se está alcanzando un doble pico: por un lado, asistimos a máximos de liquidez –los bancos centrales están normalizando la política monetaria- y por otro, probablemente se atraviesa un momento álgido de globalización –las políticas proteccionistas de Trump, el Brexit, etc. hacen poco previsible la firma de ningún acuerdo comercial global-.
“En todo caso, lo que parece seguro es que la inflación volverá, y hay que saber cómo manejarla”.
Para afrontar esta nueva realidad Médecin recomienda estudiar oportunidades en aquellos países que tengan un mejor posicionamiento para navegar este escenario.
“Los mercados emergentes no están mal posicionados, a pesar de lo que pueda pensarse. El déficit comercial de Estados Unidos con Alemania es igual o mayor que con México”, apunta.
Médecin reitera que no se puede perder el foco. Aunque por su volatilidad la renta variable parezca menos atractiva que la renta fija, el análisis de lo que ha ocurrido en los últimos 120 años pone los datos en perspectiva. En términos nominales, durante este periodo de la historia se ha asistido a dos décadas de retornos negativos para la renta variable y ninguna para los bonos. Sin embargo, si se introduce el efecto de la inflación y se mira esta estadística en términos reales, los bonos presentan cinco décadas de retornos negativos, frente a solo tres para la renta variable. “Esto ilustra la necesidad de considerar la renta variable en los portafolios de inversión. Es necesario salir fuera de tu zona de confort”, señala aludiendo a la inversión en renta fija.
Médecin defiende que no se atraviesa tanto en un ciclo expansivo provocado por las promesas de la administración Trump –lo que se denomina Trumpinflation-, sino que realmente se está experimentando una aceleración del ciclo económico que empezó antes de que Trump ganara las elecciones y que ha coincidido con su investidura.
“La mejoría económica es mucho más amplia y no está solo centrada en Estados Unidos, sino que por primera vez en muchos años se está produciendo de forma global y, por lo tanto, es mucho más robusta”, asegura.
En este contexto, remarca el experto, “posiblemente es el momento de ser muy selectivo y además partir de un universo de inversión totalmente global”.
Un universo global amplía las posibilidades
Médecin pone como ejemplo el sector financiero. “Es tan importante saber qué quieres tener en cartera, como sobre todo, lo que quieres evitar”. En este sector los bancos que cotizan a ratios más baratos estarían en Europa y en Japón. La incertidumbre política que puede presentar Europa en estos momentos hace que los bancos japoneses salgan favorecidos de este análisis comparativo. “Me quedo con los bancos japoneses: en términos de valoración están igual que los europeos, pero no hay incertidumbre política”.
Se pueden buscar otros ejemplos en sectores muy pro-cíclicos como el de la industria automotriz, que debería verse impulsado por la reactivación económica, pero que en Estados Unidos tiene claramente un riesgo regulatorio en estos momentos ante la posible introducción de tarifas de bienes importados desde Canadá y México. “Un inversor global puede buscar oportunidades en otros sectores cíclicos, como el sector retail, pero evitamos empresas norteamericanas con producción masiva en México, y miramos a empresas como Inditex, la matriz de Zara, que tiene un modelo de negocio en el que prima la producción local, por lo que es mucho menos vulnerable a la imposición de tarifas proteccionistas”.
Evitar la concentración
El entorno de tasas de interés es alcista, evidentemente en Estados Unidos, pero también poco a poco en Europa. Este contexto también representa un riesgo para los inversores en renta fija, una clase de activo particularmente “traicionera” en estos momentos, según apunta Médecin.
Sin embargo, fuera de estas dos áreas geográficas Médecin señala que hay oportunidades en renta fija, especialmente en algunos mercados latinoamericanos como Brasil, donde hay tasas de interés reales muy altas e inflación a la baja, que poco a poco propiciará un entorno a la baja en las tasas de interés. “Brasil está a las puertas de un círculo virtuoso en el que las tasas de interés irán reduciéndose permitiendo al estado rebajar su coste del servicio de la deuda”, reitera.
Sin embargo, Médecin apunta que los inversores latinoamericanos deben evitar la sobreconcetración en renta fija de sus mercados locales. “Siempre existen factores de incertidumbre –políticos, ecológicos, económicos- que no te permiten actuar si estás demasiado concentrado. Recomiendo ampliar el espectro. Un error muy común es sobreponderar lo nuestro, porque es lo que se conoce y en lo que se confía”.
“A la hora de diversificar, creo que se debe invertir en aquellas clases de activos que nos generen una convicción igual de fuerte”. Así, Médecin explica que un buen proxy para la renta fija latinoamericana puede ser la inversión en bolsa, en sectores que tienden a comportarse de forma similar a un bono, como el de distribución de electricidad en Brasil. De igual manera, un inversor latinoamericano puede diversificar su cartera de bonos locales sin abandonar la región, aunque a través de acciones de renta variable con altas perspectivas de crecimiento como el líder en comercio electrónico regional Mercado Libre, que es una de las posiciones más sobreponderadas que alberga la estrategia de renta variable global de Carmignac.
Al igual que para la renta variable, en renta fija Médecin señala dos aspectos clave para invertir en este entorno. “En primer lugar manejar activamente el riesgo, siendo capaz de cambiar la exposición según vayan apareciendo oportunidades o riesgos, y en segundo lugar tener un universo de inversión muy global para poder acceder a todas las oportunidades que se presentan”.
Algunos consejos sobre gestión del riesgo
Médecin no reniega de ningún activo en particular. Tiene claro que es muy difícil anticipar desastres como el de Lehman Brothers en 2008. Sin embargo cree que es fundamental tener la flexibilidad para reaccionar y deshacer con rapidez las posiciones de los activos que se tuercen. Carmignac ha sabido reaccionar muy bien ante momentos de shock en los mercados. “Al final del día, nuestro mandato es proteger y hacer crecer el patrimonio de nuestros clientes”, señala.
Para minimizar el riesgo, el experto señala que es importante tener una construcción adecuada de los portafolios. “Que no sean unidireccionales en su construcción”. Por ejemplo, en su estrategia de renta variable global mezclan un portafolio cíclico, con uno de crecimiento. “Mantenemos en cartera valores tecnológicos, como por ejemplo Facebook, que atenúan la volatilidad de otros sectores más cíclicos. En Europa, con las elecciones en curso, no queremos estar sobreexpuestos a acciones que puedan responder con mucha direccionalidad al resultado de estas elecciones, sea el que sea”.
Carmignac también utiliza las divisas como amortiguador de estos vaivenes externos. En ocasiones, la gestora toma posiciones en divisas por el convencimiento de que generarán valor. Empezaron el año con relativo optimismo en el euro frente al dólar, porque creían que el consenso a favor de la fortaleza del dólar era extremo y falto de fundamento.
Para concluir, Médecin reitera su advertencia: “debemos ser muy prudentes con la renta fija, gubernamental y de crédito. No ofrece suficiente remuneración para el riesgo que comporta, especialmente en high yield”. Respecto a la renta variable, repite que la selección de valores es fundamental puesto que el comportamiento positivo de los valores dependerá de su capacidad de acelerar el crecimiento de los resultados empresariales.
“2017 puede ser, en este sentido, el año en el que la gestión activa tenga su regreso. Los managers activos suelen tener muchos mejores resultados una vez que los bancos centrales abandonan la escena”, concluye Médecin.