Además del fondo Carmignac Emerging Discovery, Xavier Hovasse ha pasado a gestionar recientemente el fondo insignia en emergentes de la casa (Carmignac Emergents) y también la cartera de bolsa emergente del Carmignac Emerging Patrimoine. En una entrevista con Funds Society en París, el gestor explica su posición optimista con India y pesimista con Brasil, y su mayor sesgo hacia Asia (en países como India, China, Corea o Filipinas –importadores de petróleo-) que en Latinoamérica. Recuerda que tan importante es el análisis macro y político como el análisis fundamental y el stock picking: “Prefiero invertir en una buena compañía en un mal país que lo contrario”, afirma, y asegura que los flujos de los gestores internacionales aún no han vuelto al mundo emergente.
Sobre India, considera que “muchos planetas se han alineado a su favor”, como el bajo precio del petróleo (ante su condición de importador de crudo), lo que aumenta la renta disponible en los hogares y beneficia a su economía y su PIB. En su opinión, este hecho es muy importante, porque mejora el crecimiento del consumo pero también las cuentas del Gobierno, lo que mejora la situación fiscal. “India estaba colapsada hace un año, sin reformas, con un crecimiento a la baja, un déficit por cuenta corriente… pero ahora ese déficit se reduce, la agenda de reformas de Modi implica inversiones en infraestructuras, hay un banco central con políticas más ortodoxas y menos complaciente con la inflación…” En resumen, el crecimiento se acelera, crecen las reservas del país ante los flujos entrantes y esa mejor confianza favorece, según Hovasse, a las empresas más expuestas a la economía doméstica, más resistenes que las exportadoras globales. “Las empresas domésticas lo harán mejor que aquellas con una mayor base exportadora”, afirma.
Al otro lado de la historia emergente está Brasil, donde los planetas se alinean en contra: para el gestor, la política ha funcionado muy mal en los últimos años, el país necesita infraestructuras, no ha crecido apenas en los últimos cuatro años e incluso “este año podría tener un crecimiento negativo. Brasil está sufriendo un hard landing y ha destruido la confianza en la economía”, dice. En su opinión, con manipulación de la divisa, el real está sobrevalorado y el país podría perder el grado de inversión, aunque las posibilidades están en torno al 15%. En positivo valora el perfil del ministro de Finanzas, que ha anunciado recorte de gastos pero el problema es el gran control que ejerce la presidenta y el largo periodo de tiempo que se necesita para arreglar la conomía, que podría no mostrar claras mejoras antes de 2018. “La situación es muy seria”, dice.
Al gestor tampoco le gusta la dependencia del país de factores externos y su falta de recursos como el agua, o incluso la energía, con el caso de corrupción en la petrolera Petrobras, que ha paralizado los canales de oferta del sector. “Infraponderamos mucho el país”, resume. Aunque reconoce que algunos nombres podrán beneficiarse de la depreciación de la divisa, como Embraer, señala que le gusta porque no es una compañía con negocio solo en Brasil sino porque el 80% de su negocio está fuera.
Tampoco le gusta Rusia, porque los flujos que salen de ciertos países tardan mucho o nunca vuelven, y porque conjuga una divisa apreciada y un mercado donde, a parte de exportadores de petróleo, no cree que haya mucho que comprar. “Aunque el petróleo suba –y lo ve en unos 70 dólares en un año y medio- no sería suficiente para estar positivo con Rusia”, dice. “Rusia y Brasil no merecen estar en los BRIC”, añade.
¿Oportunidades en Latinoamérica?
En Latinoamérica, y a pesar de los problemas políticos que ve en la región (sobre todo en países como Venezuela o Argentina) y el problema que supone la condición de exportadores de materias primas en este entorno de bajos precios (Chile y Perú, por ejemplo), sí ve algunas oportunidades en mercados como Colombia o México. En su opinión, la historia positiva de Colombia volverá, aunque ahora sufre también de su condición de exportador de petróleo, que hará que su crecimiento se sitúe en niveles del 2% en lugar del 4,5% previsto. Este hecho, y el incremento impositivo, afectará a los resultados de las empresas. Con respecto a México, las exportaciones de industrias como el automóvil son mayores a las del petróleo, un factor positivo. “México es el único país manufacturero fuera de Asia que es competitivo”, afirma. “Muchos países de Latinoamérica han de reinventar sus modelos económicos, basados en las materias primas o el petróleo. Actualmente, México es el más atractivo”, añade.
¿Los QE son positivos?
En opinión del gestor, los programas de relajación cuantitativa en Europa, Japón o la abundancia de liquidez que propicia el banco central chino son positivos a corto plazo para el mundo emergente pero a largo plazo no lo considera necesario, puesto que no fuerza a los países a reformas necesarias. “Países como Turquía o Brasil casi necesitan una crisis para reequilibrar su economía”, asegura. En su opinión, cuando la Fed empiece a subir tipos los emergentes no sufrirán demasiado.
El gestor no cubre las divisas al invertir puesto que no invierte en mercados donde crea que se van a depreciar y actualmente tiene liquidez en cartera, a la espera de momentos mejores para añadir posiciones. Sus carteras son concentradas y da prioridad a compañías que puedan generar flujos de caja y que tendrán altas rentabilidades por dividendo. La prioridad no es el reparto, pues si la compañía reinvierte bien sus flujos es una señal positiva, pero esas firmas con altas rentabilidades por dividendo tendrán un buen perfil de generación de caja, lo que busca. “En Asia hay cientos de compañías con buenas políticas de asignación de capital, y también en países como Suráfrica o Turquía. No nos gustan las firmas en manos del estado, como algunas petroleras públicas, por su mala asignación de capital”, añade.