Carlos Cerezo, director de Inversiones de Belgravia Capital en Singular Asset Managment, hace balance del primer trimestre del año en los mercados financieros, pero, de cara al corto plazo, ve perspectivas inciertas ante las dudas respecto a la economía estadounidense. El experto añadiría activos monetarios a una estrategia 60/40 y ve atrctivo en los activos alternativos. Además, no descarta que la gestión pasava vuelva a ganar la partida este año, auque confía en EE.UU. y en sectores defensivos para plantar cara.
El cierre del primer trimestre del año está a la vuelta de la esquina. ¿Qué balance haría de estos tres primeros meses del año en los mercados?
Los mercados de renta variable han tenido muy buen comportamiento en el primer trimestre de 2023, especialmente la Eurozona. La principal razón ha sido la mejora de las perspectivas de crecimiento económico, esquivando de momento Europa la recesión, cuyo inicio se esperaba para el cuarto trimestre de 2022, y retrasándose la hipotética recesión de EE.UU. hasta no antes del segundo semestre de 2023. Ello ha permitido la revalorización de los índices de renta variable vía reducción de la prima de riesgo, ya que las estimaciones de beneficios 2023 apenas han variado desde el inicio del año, y las TIRes reales a 10 años de EE.UU. y de Alemania, aunque volátiles, han cerrado el trimestre a niveles similares a los del inicio.
¿Qué perspectivas tiene para el segundo trimestre, teniendo en cuenta la fuerte subida de las bolsas y la situación de la renta fija gubernamental? ¿Habrá volatilidad en los mercados?
El segundo trimestre tiene perspectivas inciertas, y en consecuencia volátiles, tanto para la renta variable como para la renta fija. Respecto a la segunda, las expectativas del mercado sobre la evolución de la inflación siguen oscilando, lo cual aporta volatilidad a los mercados de renta fija. Respecto a la renta variable, tras la fuerte recuperación iniciada en el cuarto trimestre de 2022, el tiempo corre en su contra, pues es muy probable que la recesión económica en EE.UU. se manifieste no más tarde del segundo semestre de 2023. Tal escenario favorece la deuda pública soberana frente a la renta variable, dado que la recesión alivia las presiones inflacionistas, al tiempo que conlleva revisiones de beneficios empresariales a la baja, lo cual perjudica a la renta variable.
¿La estrategia 60/40 es válida para el contexto actual de mercado?
La estrategia 60/40 nunca ha dejado de ser válida, en cuanto a que aporta diversificación o reducción de riesgo. Pero sí es cierto que la aportación de diversificación ha sido, desde el inicio de 2022, muy inferior a la histórica. En el contexto actual sigue siendo válida, aunque en menor medida que antes de 2022. Si acaso, la subida de tipos a corto hace ahora más atractiva la inclusión de activos monetarios en el reparto.
¿Qué importancia tienen los activos ilíquidos en el momento actual? ¿Qué porcentaje debe representar en las carteras de inversión?
Los activos ilíquidos siguen cobrando importancia, en particular el private equity. El porcentaje apropiado de inversión en private equity depende principalmente del horizonte de inversión y necesidades de liquidez del inversor. Ello explica que los endowments estadounidenses destinen cerca del 30% al private equity, dado su muy largo horizonte de inversión. Para una cartera de banca privada, el porcentaje debería ser menor.
¿Será un año de gestión activa o de gestión pasiva? ¿Por qué?
En 2022, la gestión pasiva ganó claramente a la activa, que es lo que suele pasar en la fase tardía de los ciclos alcistas y en buena parte de los ciclos bajistas, incluyendo su inicio. Por el contrario, la gestión activa luce más en las fases finales de los ciclos bajistas y en el inicio y buena parte del ciclo alcista. Por ello, es probable que en 2023 la gestión pasiva vuelva a batir a la gestión activa, en general.
¿Qué le piden los clientes?
Los clientes piden ganar y no perder, pero ganar exige asumir riesgos, lo cual implica estar dispuesto a perder. Lo importante es alinear las expectativas del cliente respecto a su cartera con las del asesor/gestor, y que éstas sean realistas para que se cumplan o mejoren en casi todos los escenarios.
La ESG sigue fuerte, aunque ya estamos viendo algunas reticencias: el gigante Vanguard se ha retirado de la iniciativa Net Zero Asset Managers, lanzada en 2020. ¿Cómo ve la inversión en ESG? ¿Debe formar parte de la cartera? ¿Será una inversión que vaya a más en los años venideros?
La inversión con consideraciones ESG está no sólo para quedarse sino para seguir ganando importancia. Para el gestor de carteras debe ser relevante en cuanto a que afecta al coste de capital de las empresas en las que invierte, y de ahí a su precio, por lo que debe tener en cuenta el ESG. Para la alta dirección de la empresa, es cuestión de ponderar las ventajas de políticas ESG (mayores ventas, menor coste de capital) con las desventajas (mayores costes operativos necesarios para cumplirlas), con el objetivo de optimizar el valor de la empresa, que es su obligación principal.
El sector tecnológico pinchó con fuerza el año pasado. Tras los altibajos de estos meses, ¿llegará la estabilidad en lo que queda de 2023?
La estabilidad del sector tecnológico irá a más en la medida que se cumplan dos condiciones: que dejen de subir los tipos reales de la deuda pública a largo plazo estadounidense, y que el sector supere del todo la resaca post-COVID en demanda de sus productos y servicios, que ha seguido al boom que tuvieron durante la era COVID caracterizada por restricciones de movilidad y confinamiento. La primera condición se está empezando a cumplir ya, y la segunda se cumplirá en el cuarto trimestre de 2023.
¿Qué sectores podrían ir bien en bolsa este año?
El sector de consumo defensivo, ya que es de los menos sensibles a una desaceleración/recesión económica, y es el mayor beneficiario de la caída en curso de los precios se sus costes input (energía, commodities, transporte, etc.)
¿Qué zona presenta mejores oportunidades de inversión?
En renta fija, la deuda pública estadounidense, tanto la nominal como la real, y especialmente la de largo plazo, por sus atractivos precios en términos históricos y por la fase del ciclo en la que nos encontramos. En renta variable, Asia, por el menor endeudamiento externo de sus economías, y por el impulso económico derivado de la reapertura china.