Los mercados emergentes empiezan, poco a poco, a recuperar el favor de los inversores y ya ha comenzado el debate sobre si es más apropiado volver vía exposición a deuda o acciones. Para Capital Group, la respuesta es clara: lo mejor es apostar por una cartera multiactivo, que permita invertir de forma conjunta tanto en renta fija como variable. Una idea que plantea con su fondo ETOP -Emerging Markets Total Opportunities-. Martyn Hole, especialista de inversiones de la gestora –que lleva invirtiendo en mercados en desarrollo desde 1986, cuando lanzó el primer fondo global de bolsa emergente, e inició su andadura en la renta fija en los años 90-, explica en esta entrevista con Funds Society las tres ventajas de aunar en una sola estrategia activos bursátiles y de deuda.
En primer lugar, la combinación de ambos activos ayuda a reducir la volatilidad. De hecho, el fondo persigue obtener una rentabilidad similar a la de la renta variable pero con la mitad de su volatilidad. “La volatilidad de la renta variable es alta, y en las últimas décadas hemos vivido episodios de fuertes caídas, superiores al 50% con la crisis financiera. Uniendo renta variable y renta fija ésta se reduce”. Como prueba, desde 2008 la bolsa emergente ha tenido una volatilidad anual superior al 20% mientras la del fondo ha sido inferior al 10%. Además, para luchar contra una correlación creciente entre acciones y bonos, lo más efectivo es construir una cartera con una estrategia bottom-up, puesto que “los valores individuales ayudan a mantener bajas las correlaciones” y a obtener verdaderos beneficios de la diversificación.
La segunda razón por la que defiende esta estrategia es que, además de los retornos bursátiles, permite aprovechar grandes oportunidades en el segmento de renta fija, dice Hole, que cita los retornos superiores al 50% que, en lo que va de año, ha ofrecido la deuda brasileña, gracias a la caída de las rentabilidades y a la divisa. Y en tercer lugar, ofrece un gran acceso a los emergentes, incluso en mercados en los que es complicado invertir.
Asset allocation en emergentes
Tener una sola cartera mixta frente a la idea de invertir en dos fondos diferentes (de renta fija y variable), permite además evitar tener que hacer timing de mercado para determinar la exposición a cada fondo en cada momento. “ETOP hace la asignación de activos en estos mercados para nuestros clientes, considerando todo el universo de inversión y escogiendo las mejores oportunidades”, desde deuda pública hasta deuda de empresas y acciones. Aunque es totalmente flexible, en la práctica no puede llegar a tener un 100% de exposición a bolsa ya que tiene como objetivo reducir su volatilidad a la mitad.
Actualmente la posición es de un 41% en renta variable, un 48% en renta fija y un 11% en liquidez. Entre sus apuestas, destacan la renta variable asiática y la deuda latinoamericana. Así, en renta fija destaca la inversión en deuda pública argentina en dólares, pero también en crédito de compañías de países como Argentina, Brasil, México (por ejemplo, Cemex) o Colombia, donde gusta más este activo que las acciones. Siempre, alejándose de compañías que han emitido deuda en dólares –barata en el pasado- y obtienen ingresos en sus divisas locales (firmas orientadas a la economía doméstica, normalmente) y que podrían tener problemas financieros en el futuro debido al fortalecimiento del dólar frente a las divisas locales.
En la gestión del fondo, predomina el análisis bottom-up, aunque la macro también importa y la vigilan de cerca, reconociendo la importancia y los factores de cambio que han supuesto en las inversiones temas como el conflicto en Ucrania, el ascenso de Modi en la India, el avance de la riqueza en China… “Miramos la macro, porque a veces deja a la vista oportunidades, pero no guía las inversiones”, explica Hole. Por ejemplo, la crisis económica ha conducido a una gran inestabilidad política en Brasil, que a su vez ha forzado las reformas, lo que hace augurar mejores tiempos para las empresas. En ese entorno han surgido oportunidades de inversión, sobre todo en negocios más globales, como Valeo.
También en China los indicadores mejoran con respecto a 2015. En la gestora han reducido algo su exposición a la renta variable del país, tras doce meses en los que sus posiciones han subido y se han beneficiado de movimientos de fusiones y adquisiciones. El fondo ha reducido exposición a firmas con participación estatal (financieras, bancos, energéticas…) y ha virado hacia el sector de consumo, salud o compañías que se beneficiarán de las nuevas políticas para reducir la contaminación. Para seleccionar las compañías se fijan en las valoraciones, las perspectivas de negocio (mejores en Asia que en Latinoamérica, debido a que en esta última región muchos negocios están ligados a las materias primas) y en la calidad del equipo de gestión (que suele ser mayor en Asia que en LatAm, donde abundan los casos de corrupción, explica Hole).
En general, en Asia encuentran más oportunidades en el segmento de la renta variable que en renta fija, puesto que los bonos en Asia, en su mayoría, tienen calidad crediticia de grado de inversión y ofrecen muy poco diferencial con respecto a la deuda estadounidense –Filipinas, por ejemplo, un 1% de diferencia-, algo que no les resulta interesante y que podría serlo aún menos si la Fed sube tipos (podría pasar una vez más este año), y que contrasta con oportunidades como el diferencial del 6% que ofrece Brasil.
Pero la Fed, en general, no preocupa: “A lo largo de los últimos 25 años ha habido cuatro ciclos restrictivos, en los que las acciones emergentes y la deuda emergente ganaron, con la excepción de 1994, cuando la Fed subió tipos de forma muy rápida e inesperada. A menos que ahora haga lo mismo, no tenemos miedo: todo está descontado y no habrá sorpresa”, explica Hole. Con todo, reconoce que podría haber problemas en países como China, donde el exceso de endeudamiento es notable, y podría contagiar a otros mercados en un contexto de incremento del comercio entre el mundo emergente.
Con respecto a las divisas, a pesar de la recuperación ya vista en algunas como el real brasileño o el rand surafricano, creen que algunas están aún baratas. En la cartera tienen una fuerte cobertura en sus posiciones en deuda pública india en divisa local, pero en las demás posiciones tienen pocas coberturas.
En los mercados frontera, la exposición es baja, en renta variable sobre todo por temas de liquidez y valoraciones si bien, en compensación, pueden invertir en compañías listadas en mercados desarrollados con negocio en países como Nigeria. En acciones, la exposición está limitada a pequeñas inversiones en empresas de Arabia Saudí u Omán y en renta fija, al continente africano.
Cuatro gestores
Lo que diferencia a este fondo, lanzado en 2008, de otros con carteras similares es su estrategia de gestión. La cartera está dividida en cuatro partes, gestionadas por sendos gestores con estrategias diferenciadas (uno de ellos invierte con una orientación hacia la obtención de rentas; otro con un estilo growth y de alta convicción, otro es más value…), responsables tres de ellos de un 30% de la cartera cada uno y un cuarto del 10% restante (al ser el gestor más reciente). En conjunto, conforman una cartera con unas 100 posiciones en renta variable y unas 60 en deuda, pero de forma que las 20 mayores apuestas ocupan un 40% de la cartera, para conjugar diversificación con convicción.
El fondo está dirigido tanto a clientes institucionales como banqueros privados y desde la entidad hablan de un interés renovado por la estrategia, también en España.