Los analistas de la gestora argentina Consultario Fiancial Services consideran imposible que el país atienda los pagos de la deuda en los próximos años y aseguran que un canje es inevitable. Así, José M. Echagüe, estratega, y Francisto Mattig y Federico Bruno, analistas, firman un provocativo informe titulado: “Canje de bonos: elige tu propia aventura”.
“Con precios de bonos en dólares que -salvo excepciones puntuales- cotizan en el orden de los 50 dólares, lo que se está descontando en los hechos es un default más o menos generalizado donde no hay diferencias por plazos o cupones, y en menor medida, por legislación”, señalan desde la firma.
“Entendemos que un default de estas características no tiene sentido para Argentina dada la estructura y composición de su deuda: con solo un 40% del total de la deuda pública en manos de acreedores privados, cualquier quita factible sobre la porción reestructurable tiene un efecto bajo. Por otra parte, las condiciones financieras actuales de la deuda en títulos públicos tampoco dejan demasiado margen: 8,6 años de vida promedio y 5,24% de cupón para la parte de títulos públicos en dólares”, afirma el informe.
El candidato favortido para ganar las elecciones argentinas, Alberto Fernández, aseguró que “la Argentina no tiene posibilidad de caer en default si yo soy presidente”.
“Importante de destacar: los precios de los bonos prácticamente no se movieron con esas declaraciones. Este no es un dato menor, pues pone de manifiesto una fragilidad central para pensar cualquier ejercicio exitoso de reestructuración. La credibilidad que el mercado le asigna a sus declaraciones es (hoy) muy baja”, destaca Constultatio.
Los tres escenarios y conclusiones del análisis de las opciones de canje
Los analistas de Consultatio modelaron las tres posibilidades de modificación de las condiciones financieras de los bonos que pueden estar presentes en un canje: extensión de plazos de 10 y 20 años, quita de 10% de capital (el impacto de otros valores resulta proporcional) y quita de 25% de los intereses (el impacto de otro escenario resulta prácticamente proporcional).
Sus conclusiones son las siguientes:
. Los bonos más cortos son más afectados en un canje que extienda plazos, mientras que los bonos más largos sufren más si el escenario es el de quita de intereses. El impacto de una quita de capital es parejo entre bonos.
. La pendiente de la curva actual refleja que el canje más esperado es el de extensión de plazos.
. Los precios de mercado están descontando un escenario de canje bastante más agresivo del que, entendemos, Argentina tiene posibilidades de ofrecer. Los riesgos de que una propuesta agresiva sea rechazada son más altos que los beneficios que el país puede obtener.
. Los escenarios analizados muestran que los precios actuales resisten bastante bien propuestas de canje con parámetros razonables.
. En los precios de mercado actuales prácticamente no hay distinciones por plazos ni cupones de los bonos. El análisis de los resultados muestra que hay valor en los bonos con cupones más altos y plazos más extendidos.
. A estos niveles de precio, la ventaja que ofrece el bono Par vs el resto en términos de paridad no se justifica en un escenario de no default.
. La falta de credibilidad que el mercado le atribuye a las declaraciones de voluntad de pago de los candidatos es un elemento clave que puede complicar significativamente cualquier propuesta de reestructuración. . En otras palabras: sin credibilidad no hay ejercicio de reestructuración financiera que pueda resultar exitoso.
. Con estas restricciones, entendemos que una posibilidad consiste en que Argentina realice una oferta de canje para los bonos con vencimiento en los próximos 10 años que consista en una extensión de plazos, sin quita de cupón ni de capital. Los bonos más atractivos en este caso, son: AY24; DICY y AA46.