Tras la ralentización experimentada en 2016, el crecimiento mundial debería acelerarse el próximo año, según las perspectivas de Candriam Investors Group. La firma espera que en la zona euro el crecimiento sea moderado, mientras que en Estados Unidos podría acelerarse considerablemente gracias a una política presupuestaria expansionista.
En cuanto a las economías emergentes, prevé que, por primera vez desde 2010 y a pesar de la continuidad de la ralentización de la economía china, la actividad progresará a un ritmo ligeramente superior. “No obstante, el mantenimiento de estas tendencias no está garantizado. Los vestigios de la gran recesión en todo el mundo están lejos de desaparecer y existen numerosas incertidumbres políticas”, explicn los expertos de la gestora en su informe de cara a 2017.
Países emergentes: tímida recuperación a la vista
La heterogeneidad es la clave de las economías emergentes. “En China, la ralentización continúa de forma relativamente ordenada. La implantación de un conjunto de políticas favorable (relajación de las políticas monetarias y aumento del déficit presupuestario) permitirá a las autoridades alcanzar su objetivo de crecimiento del 6,5 % este año”, señala la firma.
Un comportamiento que ha contribuido a la estabilización de los precios de las materias primas, mejorando la situación de numerosos países emergentes exportadores de materias primas. “Tras una marcada recesión, Rusia y Brasil volverán a recuperar el crecimiento de cara a 2017: la inflación parece estar de nuevo bajo control y sus bancos centrales deberían poder acompañar esta recuperación con una relajación de su política monetaria”, añade Candriam.
Estados Unidos: en un punto de inflexión
La economía estadounidense se encuentra en su octavo año de expansión, pero la debilidad de su crecimiento (1,5 % en 2016) podría motivar temores sobre un estancamiento de la actividad. No obstante, a juicio de Candriam, “este riesgo tan comúnmente evocado parece improbable”.
“La fase de expansión actual no está acompañada por ningún desequilibrio macroeconómico: no existe ni un exceso de endeudamiento de los hogares ni una inversión excesiva en el segmento inmobiliario residencial; el aumento en la inversión de las empresas se ha mantenido en niveles moderados y los salarios aumentan de forma progresiva”, detalla en sus perspectivas. En este sentido, señalan que la Reserva Federal cuenta con pocos motivos para adelantar la normalización de su política monetaria.
Candriam destaca que lo que sí puede cambiar las cosas es la presidencia de Donald Trump. Las bajadas de impuestos y el aumento del gasto en infraestructuras que se incluyen en su programa, incluso si solo se aplican parcialmente, apuntalarán la actividad. “Si bien la envergadura y el momento en que se implantarán estas medidas siguen siendo una incógnita, sus efectos serán más perceptibles a partir de 2017 y, sobre todo, en 2018 cuando el crecimiento podría superar el 3 % y el déficit público podría duplicar sus niveles actuales”, indica Anton Brender, economista jefe en Candriam. La Reserva Federal, incluso si deseara mantener su política acomodaticia, se vería obligada a endurecer con mayor celeridad su política monetaria y subir sus tipos dos o tres veces en 2017.
Zona euro: crecimiento lento, pero sostenido
En Europa, a pesar de las numerosas sorpresas políticas de este año (votación a favor del Brexit, dificultad a la hora de formar gobierno en España, referéndum constitucional en Italia, etc.), el crecimiento ha demostrado su resistencia: en Reino Unido, el crecimiento económico se espera que alcance el 2% en 2016, mientras que la zona euro seguiría registrando un crecimiento superior al 1,5%.
A día de hoy, la economía de la zona euro parece haber retomado la senda del crecimiento autosostenido: la reactivación de la actividad ha favorecido un repunte en la creación de empleo, el aumento de la renta disponible ha apuntalado el consumo y la mejora de las perspectivas de la demanda, por su parte, ha impulsado la inversión de las empresas.
“No obstante, los riesgos políticos siguen siendo elevados de cara a 2017: existen varias citas electorales a la vista (elecciones en los Países Bajos, después en Francia y, por último, en Alemania) y, con el auge de los populismos, las fuerzas centrífugas hasta ahora inactivas siguen suponiendo una amenaza para la zona euro”, afirma Florence Pisani, directora de análisis económico en Candriam. En este contexto, el BCE seguirá haciendo todo lo que esté en su mano para evitar un endurecimiento de las condiciones financieras en la región.