El comienzo del nuevo año trajo consigo una dinámica muy distinta en lo que respecta a la performance de la deuda argentina, señala en un informe la firma argentina Consultatio Financial Services que revisa las perspectivas de la industria financiera.
“El año pasado el tipo de cambio subió más de 100%, los bonos argentinos en dólares tuvieron un retorno negativo de 20% en promedio y el Merval medido en pesos se mantuvo prácticamente estable (perdiendo casi 50% en términos reales). Sin embargo, en 2019 la tendencia de los activos locales se revirtió: el tipo de cambio se apreció 1,9 %, los rendimientos de los bonos en dólares comprimieron 150 puntos básicos (pbs) y el Merval subió casi 13% en pesos”, señala el documento.
Consultatio añade que “El contexto internacional ayudó con una fuerte normalización tras un diciembre fatídico en el cual el apetito por el riesgo se desplomó, la tasa del Treasury a 10 años se hundió 60 pbs y las acciones americanas sufrieron el peor diciembre desde (nada más y nada menos que) 1931. Junto con el cambio de año, también vino un mayor optimismo en torno a las negociaciones comerciales entre China y EE.UU, así como también comentarios de Powell indicando que la Fed será “paciente” con la suba de tasas”.
“Las acciones americanas acumulan una suba de entre 2,6% y 3,4% (dependiendo del índice) en lo que va del año, mientras que la tasa del Treasury a 10 años subió unos pocos pbs hasta niveles de 2,70%. Un combo muy bueno para los mercados emergentes que, de hecho, supieron aprovecharlo: el EMBI+ subió XX pbs y el MSCI EM subió 4,8%. Argentina reaccionó más que proporcionalmente, reflejando su alto grado de riesgo (beta)”, señala el texto.
Para los analistas de Consultatio, el gobierno argentino “también hizo su parte aportando buenos datos en lo que hace al financiamiento de la economía. Primero, presentó el programa financiero para 2019 y 2020, que resulta clave para ir despejando dudas. Luego, el secretario de finanzas Santiago Bausili dió una entrevista a un medio local en el cual se explayó un poco más al respecto, indicando que, a partir de abril, el Tesoro saldrá a vender el exceso de dólares, que estima entre 6.000 y 11.000 millones de dólares. En tercer lugar, la licitación de Letras en dólares fue exitosa, habiéndose renovado el 100% de los vencimientos en lo que fue la primera licitación del año. Si bien hay que destacar que el vencimiento de dichas Letras es a unos pocos días de las PASO, no deja de ser una buena señal”.
Consultatio presenta algunas conclusiones sobre el programa financiero 2019 y 2020 presentado por el gobierno argentino:
• El Gobierno arranca 2019 con una posición inicial de caja muy abultada, contando con depósitos por 10.900 millones de dólares, de los cuales 6.400 millones son en dólares y el remanente en pesos. Esta holgada posición de caja le permitió al Gobierno reducir la tasa de renovación de Letes requerida para cerrar el programa en 2019, cayendo la misma desde un 60% hasta un 46%. Para poner en perspectiva, en el peor momento de la crisis cambiaria del año pasado, la licitación de Letes tuvo una tasa de renovación del 50%. Si bien habrá que esperar a las licitaciones cuyo vencimiento sea post octubre o incluso en 2020, el dato mencionado no deja de ser un dato que brinda alivio en el margen.
• En términos de moneda, se puede observar que al país le “sobrarán” alrededor de 9.000 millones de dólares, que deberán financiar necesidades en pesos. El corolario de esto es que el Gobierno tendrá la necesidad de vender los dólares. Según el acuerdo con el Fondo Monetario, y en línea por los dichos de Bausili a la prensa, la idea del Gobierno es volcar esa oferta de dólares al mercado, lo cual se traducirá en un flujo importante presionando hacia la apreciación del peso. Lo que se quiere evitar al volcar las ventas al mercado es no generarle un costo al BCRA en términos de esterilización de una eventual compra de divisas al Tesoro, que fue un error en los dos primeros años y terminó deviniendo en la “bola de nieve de las Lebac”.
• Es muy útil observar la distribución temporal de las necesidades de venta de dólares del Gobierno. Si bien el programa financiero oficial presenta la información en formato anual, bien podemos recurrir al programa financiero presentado por el FMI en diciembre, que está armado en formato mensual/trimestral. Aunque existen algunas diferencias entre ambos programas, el ejercicio que hicimos es, partiendo de la caja inicial en ARS y USD presentada por el Gobierno, y con las necesidades y fuentes presentadas por el FMI por moneda, llegar a cuál es la caja final para cada período y, por lo tanto, deducir la “necesidad de venta de dólares” del Gobierno. Como puede observarse en el gráfico de abajo, el Gobierno puede transitar el 1T19 sin necesidad de vender dólares, aunque a partir de abril deberá empezar a comprar pesos en el mercado. Este “timing” coincide con la estacionalidad de la liquidación de la cosecha gruesa en Argentina, con lo cual esperamos un doble flujo que presione al alza a la cotización del peso en el segundo trimestre. El riesgo de la corrida del año pasado parecería ser muy bajo.
• El gobierno argentino enfrentará vencimientos de deuda por alrededor de 10.000 millones de dólares, explicados principalmente por las amortizaciones de AA19, AY24, ARGDUO19 y BOGATO19, concentrándose mayoritariamente en el 2T19. Si bien esto no impacta en la dinámica del tipo de cambio (pues, el que cobra una amortización del AY24, continúa teniendo una posición dolarizada), sí esperamos una mejora en la posición técnica y, por lo tanto, un flujo de compra en la curva de bonos en dólares por la reinversión. El dato de que esto vaya a tener lugar antes de las elecciones también es un factor positivo a tener en cuenta.
Los analistas de Consultatio destacan que las elecciones presidenciales serán un evento clave y destacan algunas cuestiones del programa financiero del 2020, que es ante el cual se enfrentará el próximo presidente y que, en definitiva, también termina influyendo en la dinámica de la deuda argentina.
• Un punto que nos llamó la atención es que el Gobierno sumó como fuentes de financiamiento de parte del FMI los 2.000 millones de dólares correspondientes a los desembolsos de 2021. Hasta donde hay información, no ha habido comunicación oficial respecto de alguna adenda al último acuerdo firmado con el FMI. Por ello, estimamos que las emisiones netas en el mercado requeridas para cerrar el programa en 2020, en realidad, son de 6.700 millones de dólares (en vez de los 4.700 millones).
• La menor tasa de renovación de Letes requerida para cerrar el programa financiero 2019 tiene su correlato en que, dependiendo cuál sea efectivamente la tasa de renovación que se dé, el Gobierno podrá comenzar 2020 con una posición de caja más abultada. Bajo los supuestos que usa el propio Gobierno, con una renovación del 46% en Letes en ARS y USD, un roll-over del repo con bancos de 50% y ninguna emisión (ni bruta ni neta) en los mercados en 2019, la caja inicial de 2020 sería de 900 millones de dólares y las emisiones netas requeridas serían de 6.700 millones. Sin embargo, si la renovación en 2019 fuese del 80%, entonces en 2020 no habría necesidad de emisiones netas.
• Uno de los supuestos más debatibles del programa financiero del 2020 es el superávit primario de 1% del PBI, ya que el equilibrio fiscal de 2019 es una meta exigente, a la cual se llegará bajando gasto, pero también con suba de impuestos. En otros términos, al equilibrio fiscal se llegaría con medidas de emergencia y no vemos, hoy por hoy, un superávit fiscal primario factible si no se realizan medidas estructurales (fundamentalmente, reforma previsional). En este contexto, si suponemos equilibrio primario en 2020, las emisiones netas ascienden de 6.700 millones de dólares a 11.900 millones (asumiendo roll-over de 46% en 2019).