Paul O’Connor, director del equipo Multiactivos de Janus Henderson, analiza el enormemente complejo abanico de posibles escenarios del Brexit después de que Theresa May haya sobrevivido como líder de su partido.
Si bien la primera ministra británica puede respirar con alivio sabiendo que no tendrá que hacer frente a otro desafío a su liderazgo durante el próximo año, es improbable que le sirvan de consuelo los acontecimientos de los últimos días o la posición en la que ahora se encuentra.
Sobrevivir a un intento de golpe impulsado por sus propios compañeros difícilmente puede ser causa de celebración, especialmente cuando más de un tercio de los mismos votaron por el cambio.
Además de esto, Theresa May también es consciente de que el reto de conseguir que el Parlamento apruebe su acuerdo para el Brexit, antes de la fecha marcada del 21 de enero, sigue siendo monumental. Tal y como están las cosas, solo puede esperar el apoyo de los 200 diputados que votaron por ella la última vez, lo que significa que más del doble de dicha cifra se oponen al mismo.
Parece más probable que los dirigentes europeos ofrezcan «garantías» en lugar de las modificaciones legalmente vinculantes que pretenden los críticos con el acuerdo. No está en absoluto claro que la May vaya a conseguir concesiones suficientes para cambiar de forma significativa la difícil aritmética parlamentaria a la que debe hacer frente su acuerdo. En líneas generales, la votación ha servido de poco en lo que se refiere a reducir la incertidumbre que rodea al proceso del Brexit. Sigue pareciendo improbable que el Parlamento respalde la propuesta de May en su forma actual y no está en absoluto claro qué ocurriría a continuación si se rechaza su propuesta el año próximo. Para simplificar un abanico de escenarios bastante complicado, Janus Henderson quiere centrarse en los siguientes resultados posibles:
- Theresa May cambia de postura en favor de un Brexit más suave, realizando cambios como un compromiso de participación permanente en una unión aduanera, la preferencia del Partido Laborista. El objetivo sería recabar apoyos entre los diferentes partidos para su acuerdo con el fin de superar la división en el Partido Conservador. El camino hacia este resultado implicaría una turbulencia política significativa y posiblemente un retraso en el proceso del brexit.
- El Partido Laborista propone una moción de censura al Gobierno, con el objetivo de provocar elecciones generales. Si se celebrase ahora, es probable que el Gobierno de Theresa May sobreviviese, pero los márgenes son escasos y las probabilidades cambiarían si la primera ministra sigue perdiendo apoyo político en los próximos meses.
- Aplazamiento del Brexit: si el Parlamento sigue paralizado, es bastante posible que se decidiese aplazarlo, dando lugar a la posibilidad de un segundo referéndum o incluso a un escenario sin Brexit. En la opinión de Janus Henderson, el reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre que Reino Unido puede revocar el artículo 50 de forma unilateral aumentó significativamente las posibilidades de este escenario; una cosa en la que el parlamento parece estar de acuerdo en líneas generales es en evitar un Brexit sin acuerdo.
La última votación no sirvió para aclarar la dirección en la que avanza el proceso. Si bien el abanico de posibles resultados sigue siendo amplio y las predicciones son arriesgadas, los mercados parecen encontrar algún consuelo en la opinión de que la posibilidad de un Brexit sin acuerdo probablemente se ha reducido gracias al fallo del TJUE. Esto explicaría en cierta medida por qué la libra se mostró más sólida de lo que cabría esperar, dado el estado de caos continuo de la política británica.
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