Momento histórico: últimas semanas del Reino Unido como parte de la Unión Europea. El 31 de diciembre se acerca y el Brexit espera. Según los expertos, tras el avance de la pandemia en el país, la negociación se ha quedado estancada en un último asunto, la pesca.
Según las perspectivas de Lombard Odier, habiendo sufrido la peor caída de todas las economías avanzadas, el Reino Unido puede esperar una recuperación particularmente fuerte en 2021, a medida que la crisis de la COVID-19 se vaya disipando. “Incluso si efectivamente se firma un acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la UE a finales de año, el Brexit pesará sobre la actividad económica, en particular en el importantísimo sector de los servicios. A diferencia del impacto del virus, profundo pero de corta duración, los efectos del Brexit se manifestarán a lo largo del tiempo y persistirán durante más tiempo, lo que dará lugar a un menor crecimiento potencial a medida que se debiliten los lazos del Reino Unido con su mayor y más cercano socio comercial”, explica la firma.
En caso contrario, es decir, si no existe un acuerdo comercial para el momento en que finalice el período de transición a cierre de diciembre, la perturbación resultante resultará sin duda particularmente perjudicial.
Desde Lombard Odier destacan que los incentivos económicos de ambas partes, el margen de compromiso en las áreas clave de la negociación (pesca, ayuda estatal, gobernanza), la propia dinámica política interna del Reino Unido (incluidas las elecciones escocesas de mayo de 2021), así como la reciente victoria de Joe Biden en los Estados Unidos, hacen que sea más probable que se llegue a un acuerdo. De hecho, la firma simplemente espera un acuerdo comercial “flojo”, que aseguraría la ausencia de aranceles en los bienes comercializados entre el Reino Unido y la UE. “No obstante, las barreras no arancelarias tendrían un impacto económico negativo a medida que el Reino Unido abandona el mercado único y la unión aduanera de la UE, especialmente durante las primeras etapas de los ajustes necesarios a los nuevos procesos”, matiza.
Por su parte, Reto Cueni, economista jefe de Vontobel AM, cree que el fin del Brexit es “el momento de la verdad para Europa”. Según explica, la declaración conjunta de los dirigentes de la Unión Europea y el Reino Unido, en la que confirmaron su determinación de encontrar una solución en los próximos días a pesar de que no cumplieron el plazo, es una señal positiva. “Creemos además que el actual entorno económico débil debido a la pandemia del COVID-19 ofrece un claro incentivo para evitar cualquier desastre comercial que resultaría en caso de un Brexit sin acuerdo. En el caso de que se produjera un Brexit sin acuerdo, esperamos que el PIB del Reino Unido se reduzca en un 1%. La actividad económica de la UEM, por otro lado, disminuiría sólo un 0,2% en 2021. Creemos que los mercados tendrán que esperar y ver, ya que no hay ningún otro plazo más allá del período de transición del 31 de diciembre de 2020. Seguimos manteniendo nuestra opinión de que las posibilidades siguen inclinándose hacia un acuerdo transitorio que, al menos temporalmente, tendería un puente por otros tres a seis meses”, señala Cueni.
Por último, Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, insiste en que un acuerdo entre el Reino Unido y la UE sigue siendo el escenario más plausible. “ Los economistas están sujetos a las reglas de su profesión: en última instancia, debemos pensar que los agentes son racionales. Los últimos rumores de la noche del domingo sobre las conversaciones es que, en igualdad de condiciones, la UE estaría dispuesta a tomar represalias contra el Reino Unido en caso de divergencia excesiva en las normas, condicionada a que un organismo independiente determine si la divergencia es lo suficientemente significativa garantizar tasas correctivas, en lugar de que se produzca una decisión unilateral de la Comisión, según su posición inicial”, explica.
En su opinión, el fracaso probablemente se derivaría de que una de las dos partes acabe tensionando los límites, lo cual lleve a que sea demasiado tarde para llegar a un acuerdo a tiempo. “Desde este punto de vista, el hecho de que no se haya marcado un nuevo plazo en la última ronda de conversaciones es positivo en nuestra opinión. Sin embargo, escuchamos que el Parlamento Europeo se está preocupando por el poco tiempo que le quedaría para ejercer un control adecuado sobre un acuerdo. Queda un poco de tiempo, pero no mucho”, concluye Moëc.