Culminar el Brexit el 31 de octubre con o sin acuerdo es una de las promesas que ha hecho Boris Johnson, que acaba de ser elegido primer ministro del Reino Unido y líder del Partido Conservador, tras la renuncia de Theresa May. Cambia el interlocutor con la Unión Europea pero, según el análisis que hacen las gestoras, las opción del país británico siguen siendo muy similares.
“Con Boris Johnson como primer ministro, las opciones que maneja el Reino Unido son esencialmente las mismas: un acuerdo de salida similar al presentado por Theresa May, unas elecciones generales con una mayoría más clara del Partido Conservador o un nuevo referéndum. El resultado dependerá de la confianza que Boris Johnson sienta en su propio capital político”, explica Leigh Himsworth, gestor de renta variable británica en Fidelity International.
Misma visión comparte David Lafferty, estratega en Jefe Natixis IM: “Mientras que los nombres cambian, el cálculo no se ha movido mucho desde los intentos fallidos de Theresa May para sacar al Reino Unido de la Unión Europea. Un Brexit sin acuerdo no cuenta con un apoyo Amplio en Westminster y hay muy pocos incentivos para alterar la postura que llega desde Bruselas. En términos más simples, aún hay un cierto empalme entre lo que ofrece la Unión Europea y lo que pudiera ser aceptable para el Reino Unido”.
Según Dennis Shen, analista de Scope Ratings, en teoría, Boris Johnson tiene la oportunidad de salir del punto muerto en el que se encuentra el Brexit y, al hacerlo, también puede eliminar parte de la incertidumbre que ha pesado sobre la economía, enturbiando las perspectivas de inversión. «Solo con su influencia con elementos del campo pro-Brexit del Partido Conservador podría proporcionarle el favor de ciertos diputados de pro-Brexit que han votado en contra del acuerdo de Theresa May hasta la fecha. Si bien Johnson ha sonado decidido en su campaña para liderar el Partido Conservador, hay pocos indicios de que pueda darse un avance inmediato en las conversaciones para la ejecución del Brexit, al menos en términos de un acuerdo que pueda ser aceptable simultáneamente tanto para la UE como para el Parlamento del Reino Unido», explica Shen.
Para Lafferty, el escenario más probable aún parece ser un estancamiento, seguido de elecciones generales. “Todo esto demostrará ser demasiada pérdida de tiempo para cumplir con la fecha límite del 31 de octubre para la salida del Reino Unido, por lo que es probable que surjan más extensiones de tiempo. Entre tanto, las condiciones del sector empresarial británico continuarán deteriorándose gradualmente bajo el peso de la incertidumbre por el Brexit”, matiza.
La pregunta más urgente que rodea a Johnson es qué significa su nombramiento para el Brexit. «Johnson se ha comprometido a materializar el Brexit el 31 de octubre, a hacer o morir, pase lo que pase, a lograr un acuerdo sin necesidad de activar la salvaguarda de la frontera irlandesa y a admitir también que es una posibilidad, una entre un millón, la de dejar la UE sin ningún acuerdo. Esto parece inconsistente en sus propios términos. También es inconsistente en cuanto a lo que parece ser una buena posición de negociación ahora, tanto con la UE como para maniobrar para que el Parlamento acepte un acuerdo; algo que no se verá tan bien a finales de octubre. Nuestra convicción es que la saga Brexit persistirá más allá del 31 de octubre, ante una mayor posibilidad de que Johnson busque más tiempo para proseguir las negociaciones fructíferas con la UE, o el Parlamento forzará un retraso. Ambas opciones incluyen la posibilidad de que el Reino Unido amplíe el calendario para permitir un proceso democrático, probablemente una elección general o incluso un segundo referéndum. Un resultado de no acuerdo es ciertamente un riesgo. Sin embargo, no consideramos que un resultado de no acuerdo sea un escenario central», explica David Page, economista senior de AXA Investment Managers.
Es cierto que Johnson ha dicho que intentará renegociar el acuerdo de salida, especialmente la referida a la frontera con Irlanda, pero Europa se ha mantenido firme en todos los aspectos del acuerdo de retirada. «En cualquier caso, dudamos mucho de que Johnson consiga cambios significativos en el tiempo que tiene. Tanto el Parlamento como gran parte de Europa están a punto de interrumpir la actividad por las vacaciones de verano, a las que seguirá la temporada de conferencias del partido en septiembre. En realidad, el equipo de Johnson sólo dispone de unas pocas semanas para completar las negociaciones antes de la fecha límite del Brexit de 31 de octubre», sostiene Azad Zangana, economista jefe europeo de Schroders.
¿Y el mercado?
Los analistas de mercado vigilan la evolución de la libra esterlina que ha caído con fuerza respecto al dólar y el euro. “Entretanto, y ahora que los valores británicos están baratos frente a sus homólogos, este periodo podría ser una de las mejores oportunidades que hemos visto para invertir en la bolsa británica”, añade Himsworth.
En opinión Paul O’Connor, responsable de inversiones multiactivo en Janus Henderson Investors, la respuesta del mercado ha sido bastante silenciosa hasta el momento, lo cual no es sorprendente, ya que el mercado había anticipa este resultado. “La incertidumbre generalizada que rodea al Brexit ya ha cobrado su peaje en los activos del Reino Unido y ahora tiene un precio algo mayor. Las acciones del Reino Unido han visto considerables salidas de inversores globales desde la votación del referéndum en 2016 y el posicionamiento especulativo en libras esterlinas es muy negativo”, apunta O’Connor.
Desde Deutsche Bank coinciden con el aumento de incertidumbre que señala O’Connor. “La victoria de Johnson ha incrementado el riesgo de que no se alcance un acuerdo sobre el Brexit. Pero muchos de los escenarios se mantendrán sobre la mesa hasta la fecha límite, el 31 de octubre. Los elevados niveles de incertidumbre del Brexit podrían lastrar aún más los activos financieros de Reino Unido los próximos meses. Hay que ser cautos”, indica la entidad financiera alemana en su último análisis.
Las gestoras también sostienen que, a partir de ahora, el mercado podría registrar más volatilidad si la Unión Europea se niega a renegociar el acuerdo existente. «En cuanto a la divisa, hay margen para que la libra se deprecie más, pese a que ya ha perdido bastante valor en las últimas semanas. También podría volver a los niveles mínimos que marcó justo después del referéndum de 2016 si ninguna de las partes cambia de postura con respecto a la negociación del acuerdo de salida», afirma Howard Cunningham, gestor de carteras de renta fija en Newton, parte de BNY Mellon Investment Management.
A pesar de estas perspectivas, Cunningham cree que la reciente caída que han experimentado las tires de los gilts no responde tanto a la incertidumbre sobre el brexit como a otras tendencias de la economía nacional y mundial. «Las tires de los gilts han seguido una trayectoria bajista en los últimos meses, en línea con los treasuries estadounidenses, y las tires de los bunds también se han reducido significativamente en el mismo periodo. Aunque es posible que el brexit haya influido un poco en la caída de las tires de los gilts, sobre todo la perspectiva de que el Reino Unido abandone la UE sin ningún tipo de acuerdo, los principales motores de esta tendencia son la situación económica, la desaceleración del crecimiento mundial, la baja inflación y una política monetaria más acomodaticia por parte de los principales bancos centrales», afirma Cunningham.
Pese a que no haya habido sorpresas, las gestoras si han detectado que la probabilidad de una elección general en 2019 ha crecido en los últimos meses, destacando otra capa de incertidumbre en torno a la perspectiva del Reino Unido y otra razón más para que los inversores globales se mantengan alejados.
Aunque se puede afirmar con facilidad que la bolsa británica está muy barata frente a sus homólogas, esta afirmación es especialmente cierta en el caso de que se rubrique un acuerdo o se celebre un nuevo referéndum. Todavía no es posible afirmar que no habrá acuerdo, ya que eso supondría adentrarse demasiado en lo desconocido. Dentro de unos años, podríamos volver la vista atrás y darnos cuenta de que este periodo ha sido lisa y llanamente una de las mejores oportunidades que hemos visto para invertir en la bolsa británica”, concluye Himsworth.
Otros escenarios
Desde M&G no se limitan a valorar lo que puede significar nueva posición de Johnson del cara al Brexit, sino que van un paso más allá y señalan que el enfoque de Johnson respecto de los estímulos presupuestarios y los impuestos podría resultar más interesante. «Basándonos en la escasa información que proporcionó durante su campaña, cabe la posibilidad de que Johnson trate de concebir un paquete de estímulos económicos financiado a través de un mayor endeudamiento del Gobierno y de una reducción impositiva. Así, con o sin brexit, la perspectiva plurianual para los gilts resulta poco halagüeña en la coyuntura actual de rendimientos sumamente reducidos, incluso si el Banco de Inglaterra recorta los tipos de interés y reanuda el programa de expansión cuantitativa. Los recortes de impuestos y el aumento del gasto presupuestario se traducen en ganancias continuadas para el mercado bursátil, pero la evolución de la libra y los acontecimientos relacionados con el brexit resultarán factores igual de importantes», argumenta Tristan Hanson, gestor del equipo de Multiactivos de M&G.