Los mercados emergentes han sido los protagonistas de un discurso que alababa la fortaleza de sus fundamentales y el tirón del crecimiento global, restando importancia a los vientos de cara del mercado. Pero en las últimas semanas, esos vientos parecen que pesan más, lo que ha llevado a la gestoras a replantearse la exposición de sus carteras a estos mercados.
Es el caso de Carmignac. Según explica Joseph Mouawad, gestor del Carmignac Portfolio Emerging Patrimoine, la gestora ha reducido la exposición de sus carteras globales casi a cero. “El entorno ha cambiado y nos preparamos para ello buscando posiciones más defensivas en mercados emergentes, con posiciones más cortas en aquellos activos que tienen valor y también reduciendo algo las posiciones a activos de más riesgo”, explica Mouawad refiriéndose a las carteras globales de la firma que siguen una estrategia flexible para poder invertir en cualquier región.
Pese a haber reducido la exposición de las carteras, desde Carmignac reconocen que se puede encontrar valor en los mercados emergentes. En concreto Mouawad señala tres activos: la deuda brasileña y la deuda rusa en divisa local, y la deuda turca en divisa fuerte. En el caso de Brasil considera que un buen momento para entrar será después de las elección, dado el valor de la divisa y las emisiones que si sitúan al 13%gracias a la política de tipos de interés. Este mismo binomio, una divisa más baja y una política monetaria acertada, es lo que argumenta a la hora de señalar a la deuda rusa en divisa local.
Sus argumentos son ligeramente distintos cuando explica por qué la deuda turca en divisa fuerte también es una opción para los inversores. “Subir los tipos ha sido una buena decisión para recuperar la confianza de los inversores, pero no podemos esperar de todas formas que el banco centrar turco se convierta de la noche a la mañana en una institución 100% transparente. Creemos que el banco hará lo correcto y, por lo tanto, seguiremos viendo subidas de tipos para frenar la inflación del país”, añade Mouawad.
Vientos de cara
Para Mouawad estas tres clases de activos son una oportunidad entre tanto viento de cara, que en su opinión hay que tener muy en cuenta y analizar. “En 2018 han pasado varias cosas a la vez y todas muy importante. En primer lugar, se está produciendo un crecimiento divergente entre Estados Unidos y el resto del mundo. Venimos de un 2017 y principios de 2018 donde todos crecían al mismo ritmo, pero las reformas fiscales de Estados Unidos y la desaceleración de China han marcado esa divergencia”, explica.
El segundo de estos vientos de cara es la guerra comercial que considera ha pasado de ser una estrategia de Donald Trump de cara a las próximas elecciones de noviembre a una realidad que “puede atrapar a algunos países emergentes”.
Por último Mouawad apunta a las políticas de los bancos centrales como el tercer elemento que más influencia puede tener en los mercados. “Estamos en un contexto de reducción del balance por parte de los bancos centrales y de subida de tipos. Esto es algo que vamos a ver en todas las regiones, principalmente en Estados Unidos, Japón y Europa. No creemos que sea algo malo para los mercados emergentes ni en general para los activos de riesgos porque este cambio se dará en un entorno de crecimiento global. Lo que tenemos que vigilar es cómo ese horizonte afecta al crecimiento global y a los países que sean más dependientes del dólar, como el caso de Argentina”, concluye el gestor de Carmignac.