En un movimiento anticipado por el mercado, el Banco Central de Brasil ha recortado los tipos de interés en 25 puntos básicos por decisión unánime, dejando la tasa Selic anual en un 14% y decepcionando a algunos economistas que esperaban un recorte más amplio de 50 puntos básicos. Aunque el comunicado que acompañó la decisión deja la puerta abierta a un nuevo recorte y un mayor relajamiento en el próximo mes.
Este recorte es el primero que se realiza sobre la tasa Selic en cuatro años, después de un ciclo de ajuste monetario destinado a contener la inflación.
“El recorte en la tasa llega después de que los recientes datos sobre la actividad económica de Brasil hayan decepcionado y la inflación se haya comenzado a moderar. Más allá de los datos macroeconómicos, hemos visto también un desarrollo político positivo hacia la solución de los problemas fiscales que enfrenta Brasil”, comenta Craig Botham, economista jefe de mercados emergentes en Schroders.
“Estas premisas habrían ayudado a defender una política de relajamiento, entonces, ¿por qué no llevarlas a cabo de un modo más agresivo? En su comunicado, el banco central mencionó la incertidumbre que rodea a las necesarias reformas, es decir, esos positivos desarrollos políticos necesitan materializarse en algo concreto; y las preocupaciones en torno a la persistencia relativa de la inflación”.
Según Schroders, si finalmente se aprueba la reforma para establecer un límite al gasto público y continúa el apoyo para la reforma fiscal, el banco central recompensará a las autoridades políticas con un mayor relajamiento y el alcance de ese relajamiento dependerá de los datos macroeconómicos.
El recorte en la tasa de interés es un impulso bien recibido por la economía brasileña, en particular para los consumidores que se enfrentan a altos costes de sus préstamos y deudas. Todavía, después de un largo ciclo de crédito, el apalancamiento es alto y los hogares buscarán probablemente desendeudarse más, antes de considerar nuevos préstamos.
Sin embargo, un ciclo de relajamiento reducirá el arrastre que para la economía supone la carga de la deuda existente, y debería soportar una incipiente recuperación de la inversión. “Esperamos al menos un recorte de otros 50 puntos básicos en este año”, concluye Botham.
En la opinión de Kevin Daly, gestor de inversiones senior para Aberdeen Asset Management, el mercado estaba algo dividido en torno al recorte en la tasa de interés brasileña, las estimaciones se situaban entre los 25 y los 50 puntos básicos. “Tal vez, la mayor sorpresa fuera el duro tono del COPOM (Comité de Política Monetaria), que ajustó su orientación futura (forward guidance), anunciando que la convergencia de la inflación con el objetivo en 2017 y 2018 es compatible con un relajamiento gradual de las condiciones monetarias, para garantizar la convergencia al objetivo del 4,5%. Las expectativas de inflación de 2017 permanecieron bastante planas en relación de la anterior reunión del COMPOM, situándose en un 4,3% y en un 3,9% para 2018”.
“La reacción del mercado fue mixta, con el rendimiento de los bonos nominales de Brasil a corto plazo ampliándose entre 10 y 20 puntos básicos, mientras que los bonos con mayor vencimiento permanecieron bastante planos. Esperamos que el COPOM recorte de nuevo la tasa Selic en noviembre, pero la incertidumbre está en si esta subida superará los 50 puntos básicos”, comenta Daly.
Por último, en cuanto al posicionamiento de las tasas de interés de la deuda brasileña con respecto a otros mercados emergentes, Daly añade: “A pesar de la fuerte caída de las tasas en Brasil durante el 2016, los rendimientos siguen siendo atractivos si se comparan con otros mercados como Rusia, India, Turquía o Sudáfrica. De media, las tasas brasileñas recogen unos 200 o 400 puntos básicos más que sus comparables. Esperaría que las tasas de Brasil continúen convergiendo apoyados en una caída de la inflación y futuros recortes en las tasas de interés”.