Por primera vez en más de 10 años, el Banco Central de Brasil ha decidido reducir el objetivo de inflación. La fuerte crisis, no sólo política sino también económica por la que atraviesa el país ha mantenido los precios bajo control durante los últimos años.
Sin embargo el Consejo Monetario Nacional –formado por que integran los ministerios de Hacienda y Planificación, junto con el Banco Central–ha fijado su meta en el 4,25% en 2019 y 4% en 2020.
El objetivo anterior se situaba en el 4,5%, una cifra vigente desde 2005, decidió el jueves el Consejo Monetario Nacional. El margen de tolerancia se mantuvo en 1,5 puntos porcentuales.
“Estamos comenzando gradualmente un proceso de convergencia hacia los estándares internacionales”, declaró a medios locales el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, al anunciar los nuevos objetivos. Meirelles ya había avisado ayer de que es probable que el crecimiento anual quede por debajo del 0,5%.
La tasa de inflación de referencia de Brasil cayó en abril por debajo de la meta oficial por primera vez desde 2010 después que la economía más grande de América Latina sufriera la recesión más profunda de la que se tenga registro, explicó Bloomberg.
El gigante latinoamericano atraviesa una grave crisis institucional después de que el fiscal general de Brasil pidiera el pasado martes el procesamiento por corrupción del presidente Michel Temer.
Es la primera vez que un presidente de Brasil es denunciado formalmente ante la justicia, fuera del marco de un proceso parlamentario de destitución. El Congreso brasileño se verá ahora obligado a votar si aparta al mandatario del cargo durante seis meses.