Según Craig Botham, economista de mercados emergentes de Schroders, no hay grandes cambios en las expectativas de crecimiento en el tercer trimestre del año, las trayectorias domésticas de las economías emergentes se han desarrollado como cabía esperar, a pesar de que la inflación ha traído más sorpresas.
Si bien China obtuvo un mayor rendimiento a lo previsto en el primer semestre del año, esto parece ser solo una consecuencia de un estímulo insostenible y la desaceleración de su economía parece estar en curso. Una inflación más alta de lo esperado ha empezado a retroceder el ciclo de recortes en la tasa de interés de referencia de Rusia y Brasil, pero todavía están pendientes de las actuaciones en política de este año.
También en India parece que pudiera comenzar un ciclo de relajamiento cuantitativo en septiembre, cuando el actual gobernador del banco central Raghuram Rajan renuncie a su puesto, probablemente sustituido por candidato más favorable a una política monetaria expansiva.
En general, Schroders espera un crecimiento más fuerte en 2017, a pesar de la desaceleración vista en China. Mucho de esto viene en parte de la recuperación de la recesión de Rusia y Brasil, a pesar de que India también continúa una recuperación constante, a la vez que el crédito mejora y el impulso de las reformas ayuda a estimular la inversión.
El crecimiento se recupera en Brasil, pero desde un punto de partida muy bajo
Los datos de alta frecuencia sugieren que una especie de recuperación está en camino en Brasil, aunque todavía quedan bastantes trimestres antes de que se pueda ver un crecimiento positivo en el país. Los índices PMIs han mostrado uno de los giros más marcados, gracias a que la producción industrial y las ventas minoristas han revertido sus tendencias de desaceleración. Además, la mejora en las ventas minoritas llegan a pesar de que el mercado laboral sigue reduciendo puestos de trabajo.
Los datos del segundo trimestre del PIB aún no están disponibles, pero el crecimiento del primer trimestre mejoró a costa de un aumento en el gasto público, las exportaciones netas y las inversiones. El gasto por parte del gobierno es poco probable que siga siendo un factor decisivo, dados los planes de austeridad del país. Este impulso en el gasto público refleja, al menos de forma parcial, los intentos de la saliente presidenta Dilma Rousseff por buscar apoyos aplicando una cierta generosidad entre su base. La contribución por parte de las exportaciones netas se impulsó casi en su totalidad por la mejora de los rendimientos de las exportaciones que podrían ser atribuibles a una divisa más débil y unos costes laborales más bajos. Esto podría persistir durante el tercer trimestre, después, puede que el impacto de la divisa comience a desaparecer, particularmente dada la fortaleza que se ha visto en el real brasileño y el consiguiente aumento en los costes unitarios del trabajo. Puede que la partida más interesante sea el rendimiento de la inversión. A pesar de que sigue contrayéndose, lo hace a un ritmo menor que en el cuarto trimestre de 2015.
En Schroders también tienen en cuenta el repunte en la confianza observada en los datos de las encuestas, concluyen que la formación de un nuevo gobierno ha devuelto a la economía la confianza de los inversores. Si este supuesto es correcto, la recuperación es en cierta medida un rehén de los próximos acontecimientos políticos. En este frente, es esperanzador que el proceso de destitución de Dilma Rousseff parece estar encaminado a su ejecución, con una fuerte mayoría respaldando al presidente interino Temer.
Las encuestas de confianza muestran que la recuperación del sentimiento se ha extendido, llegando a niveles que no se veían desde principios de 2014. Esto podría ser un buen augurio para una mayor inversión y un mayor rendimiento industrial, como muestra el mayor interés adoptado por los inversores extranjeros en una variedad de activos en Brasil.
Existen ciertos riesgos, en cualquier caso: Temer y su gobierno han estado vinculados al continúo escándalo de corrupción de la petrolera estatal Petrobras, el cual se ha extendido a Electrobras. Existe una posibilidad de que esto tenga un efecto negativo en el gobierno de Temer del mismo modo que minó el gobierno de Dilma Rousseff, debilitando su capacidad para implementar reformas.
Desde Schroders destacan el hecho de que un elevado número de reformas se han visto diluidas, probablemente por los cálculos electorales, conforme se aproximan las elecciones regionales en octubre. Los inversores deberían seguir muy de cerca el desarrollo de estos eventos, que servirán para señalar el compromiso del gobierno con las futuras reformas.
En términos de política monetaria, el banco central bajo el mandato del nuevo gobernador Ilan Goldfajn, se ha visto forzado a utilizar un discurso más restrictivo antes de asumir su papel. La inflación ha demostrado ser más resistente de lo esperado, provocando que un recorte en la tasa de interés sea difícil de justificar. La testarudez que ha demostrado la inflación este año, hizo que Schroders revisara al alza sus proyecciones. Además, ha provocado una reducción en el ciclo de recortes en la tasa de interés de referencia, con un recorte de 75 puntos básicos estimado como mucho para este año.