Los rendimientos históricamente bajos y la escasez de ingresos son una cruda y desagradable realidad para los inversores hoy en día, y han sido una de las características que han definido a los mercados desde la crisis financiera mundial de 2008. En estos momentos, en que estamos en medio de una fuerte recuperación económica tras el shock de 2020, ¿cuáles son las mejores ideas de inversión en renta fija?
El mercado de bonos corporativos de alto rendimiento tiende a funcionar bien en un contexto de crecimiento económico y de evolución macroeconómica positiva. “Esta fase del ciclo económico suele ser positiva para la rentabilidad de los bonos de alto rendimiento, dado el crecimiento de los ingresos y los beneficios, así como el desapalancamiento debido a la generación de flujo de caja libre”, explican los analistas de Capital Group.
Según los expertos de la gestora, los fundamentales del crédito han mejorado con el repunte del crecimiento del PIB; la cobertura de intereses se ha beneficiado de este periodo de tipos de interés más bajos, y los emisores de bonos de alto rendimiento han podido refinanciar parte de la deuda que vence a tipos más bajos. Este caldo de cultivo se encuentra en Estados Unidos, ya que el país está saliendo de una profunda recesión.
“Los importantes recortes del impuesto de sociedades de la anterior administración estadounidense han sido otro factor positivo. Además, el efectivo en los balances de las empresas es bastante elevado en estos momentos. La extraordinaria cantidad de estímulos monetarios y fiscales para apoyar a la economía mundial también ha sido un gran apoyo para los mercados de crédito. El telón técnico de fondo del mercado se ha beneficiado de una dinámica favorable de demanda y oferta durante el pasado año, principalmente debido a la intervención de los bancos centrales”, explican desde Capital Group.
Misma opinión comparte Hugo Squire, gestor de renta fija de Schroders, que identifica cinco motivos que explican por qué los bonos corporativos de alto rendimiento están bien posicionados. En primer lugar, el gestor considera que el alto rendimiento europeo sigue siendo una fuente excepcional de ingresos, con un carry atractivo (rendimiento o ingreso por encima de los bonos de menor riesgo), pero con un riesgo de duración relativamente bajo, que es la sensibilidad a las variaciones de los tipos de interés. “El mercado global de alto rendimiento en euros ofrece actualmente un 2,5%. En términos históricos, esto no es especialmente elevado, pero debemos tener en cuenta que alrededor del 20% de los bonos globales tienen un rendimiento por debajo de cero, que el rendimiento agregado de los bonos globales es del 1%, y un poco más del 0% en los bonos soberanos europeos”, explica.
Además de ser un activo que se beneficia de la recuperación económica, Squire afirma que las valoraciones del alto rendimiento parecen favorables, especialmente en comparación con el grado de inversión. “El nivel de equilibrio, es decir, la cantidad que tendrían que subir los rendimientos o los diferenciales para que los inversores sufrieran una pérdida en un periodo de 12 meses, sigue siendo convincente en el contexto de unos fundamentales sólidos y en proceso de mejora”, argumenta.
Por último, el gestor de Schroders señala dos factores más: su nivel de análisis y el apoyo del Banco Central Europeo (BCE). “Creemos que el universo de bonos de alto rendimiento está poco analizado en comparación con el de grado de inversión. Muchos emisores de alto rendimiento son empresas privadas y no cotizan en una bolsa de valores pública. Esto aumenta las posibilidades de que los bonos estén mal valorados y significa que es posible descubrir oportunidades mediante un análisis profundo. El BCE sigue manteniendo los tipos de depósito en niveles negativos y comprando bonos con grado de inversión en el mercado abierto. Al mantener los rendimientos en niveles bajos o casi nulos, se está creando un contexto técnico muy favorable para el alto rendimiento. En esencia, empuja a los inversores hacia zonas en las que se ofrecen más ingresos”.
Para Carlos de Sousa, estratega de mercados emergentes y gestor de carteras de Vontobel AM, los bonos de altos de rendimiento de los mercados emergentes se preparan para un fuerte impulso en esta etapa post pandémica debido a que el G20 y el FMI han prestado un importante apoyo financiero a los países con rentas bajas desde el inicio de la pandemia. Y ahora, es probable que este apoyo aumente en los próximos meses.
“La asignación de 650.000 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (DEG) por parte del FMI es ya una certeza. Esto supondrá un gran impulso para las reservas de divisas de los bonos de alto rendimiento de los mercados emergentes. Además de la asignación de los DEG, el FMI está estudiando la forma de reasignar otros 100.000 millones de dólares en los DEG de los países ricos a los de rentas bajas y medias. Desde el punto de vista de la inversión en renta fija, estas políticas proporcionarán un apoyo adicional al buen comportamiento de los bonos de alto rendimiento de los mercados emergentes en la segunda mitad de 2021”, explica Sousa.
Aunque todavía resulta difícil leer los datos que llegan, dada la perturbación y la recuperación sin precedentes relacionadas con el COVID-19 y el impacto que podría tener las decisiones de los bancos centrales, las gestoras analizan el universo del crédito en busca de oportunidades de inversión. Por ejemplo, Tiffany Wilding, economista de EE.UU. y Andrew Balls, CIO de Renta Fija Global de PIMCO, destacan los valores respaldados por hipotecas de Estados Unidos (MBS).
“Los MBS ofrecen un buen valor frente a los corporativos genéricos, junto con perfiles de riesgo favorables. En cuanto al crédito corporativo, vemos pocas posibilidades de que se produzca un ajuste significativo de los diferenciales. Pero también es probable que haya una fuerte demanda de crédito, incluso con márgenes comprimidos, dados los bajos rendimientos de los activos gubernamentales. La selección activos probablemente seguirá siendo un importante motor de alfa en los mandatos de crédito especializados, con un enfoque seguramente en los sectores financieros, cíclicos, relacionados con la vivienda y las operaciones de recuperación del COVID-19.
La mayoría de las gestoras coinciden en la necesidad de ser selectivos y moverse por convicción. En esta línea, Mondher Bettaieb-Loriot, director de crédito de Vontobel AM, considera que la deuda italiana es una buena opción, ya que está “apoyada” por la figura de “súper Mario”.
Según explica Bettaieb-Loriot, es probable que el programa de estabilidad de Italia de 2021 provoque este verano uno de los repuntes económicos más importantes entre los países europeos. “El país ofrece actualmente atractivas oportunidades de inversión con la posibilidad de obtener buenos ingresos de carry y sólidos cupones. Además, la deuda pública italiana se ha abaratado notablemente en los últimos tiempos, y los bonos bancarios del país ofrecen un valor atractivo, especialmente los AT1 subordinados. Además, la política transalpina ha vivido un gran renacimiento, en mi opinión, e incluso se podría decir que Italia está ahora por encima de su peso en la política europea”, argumenta el director de crédito de Vontobel AM.