El principal desafío del vencedor de la primera vuelta de las elecciones brasileñas, Jair Bolsonaro, será construir una mayoría en el Congreso en caso de ganar la segunda ronda y llegar a la presidencia. Kim Catechis, responsable de mercados emergentes de Martin Currie (filial de renta variable de la gestora de fondos de inversión Legg Mason), considera que el proceso brasileño tendrá tres consecuencias muy claras para los inversores.
1. Los mercados se muestran recelosos, pero creen que Bolsonaro (que ha declarado que dejaría la política económica en manos de su ministro de Economía, Paulo Guedes) emprenderá una reforma de la seguridad social y relanzará los procesos de privatización.
2. En caso de alzarse con la victoria, cabría esperar una drástica recuperación de los activos brasileños (renta variable, renta fija y divisas).
3. Sea quien sea el ganador, tendrá ante sí un reto considerable. El crecimiento es débil y el desempleo está volviendo a aumentar. Si Bolsonaro quiere abordar reformas, procesos de privatización y la corrupción, se enfrentará a una dura oposición. En un país ya de por sí polarizado, los sindicatos se opondrán a las reformas y a las privatizaciones, y toda propuesta encaminada a combatir la corrupción conllevará un periodo de estancamiento político, dado que los burócratas dudarán en darle su visto bueno por si acaban entre rejas. Los mercados de capitales no tienen paciencia para pasar por ese trance.
En la parte positiva, cabe destacar que, aunque la inflación está repuntando, sigue situándose en niveles históricamente reducidos y Brasil no se encuentra en la primera línea de la cada vez más dura guerra comercial entre EE. UU. y China.