Occidente está respondiendo al conflicto entre Rusia y Ucrania con severas sanciones económicas, con el objetivo de ahogar la economía rusa y frenar a Putin. La expulsión de algunos bancos rusos del sistema SWIFT, la prohibición a determinadas grandes empresas del país y al gobierno de financiarse en el mercado crediticio occidental, son algunas de ellas.
Con el inicio de la invasión y las primeras sanciones económicas, según recuerda el equipo de Altair Finance, la bolsa rusa cayó hasta un 60%. “Tras la congelación del balance del Banco Central, la salida de Rusia del código SWIFT y otras medidas más graves, las perspectivas para la bolsa empeoraban y caídas de más del 95% eran previsibles (hemos visto algunas caídas de este calado en empresas que cotizan en otros mercados internacionales)”, explican.
Este tipo de situaciones, según advierte el equipo de Altair Finance, ponen en riesgo mucho más que el ahorro de los inversores, hacen tambalearse el sistema financiero entero. “Además, permitir que la cotización de toda una bolsa caiga en esos términos implica abocar a la quiebra a las empresas que cotizan en ella, ya que se perderán toda la confianza inversora (especialmente extranjera en este caso) y la capacidad de financiación”, añaden.
Con el objetivo de evitar una venta masiva que llevase a esa situación se decide cerrar la bolsa rusa, impidiendo la negociación de sus activos y por tanto paralizando todas las inversiones y salvando, temporalmente, al mercado del país. En este contexto de conflicto internacional, además, se consigue forzar al capital extranjero a mantener la inversión en el país.
La bolsa lleva cerrada desde el 5 de marzo y aún no cuenta con una fecha de reapertura. “Es una medida de protección y por tanto hasta que no aminore la tensión del conflicto vemos difícil que Rusia abra de nuevo las puertas de salida y entrada a sus mercados. Aunque hubiera una retirada de tropas o un acercamiento de posturas en la negociación, los inversores seguirán penalizando la inversión en el país, motivo por el cual pensamos que a corto plazo es difícil que se levante esta restricción”, argumenta el equipo de Altair Finance.
¿Qué ocurre cuando un mercado se suspende?
Cuando un mercado se suspende no se pueden negociar los activos. “Sería como intentar vender una acción de Santander un domingo o comprar un boli en una papelería cerrada”, ejemplifica el equipo. Pero advierten de que, generalmente, la suspensión de un mercado es temporal, como vimos durante el COVID-19. “Sin ir más lejos, la Reserva Federal suspendió la cotización de la bolsa americana varias veces en periodos de 20 minutos para frenar y calmar en momentos de ventas en pánico”, apuntan.
También es habitual ver empresas cuya cotización se suspende por movimientos extremos, en general causados por acciones corporativas. Lo que puede variar es el mecanismo en la reapertura. Cuando se suspenden bolsas enteras se suelen reabrir con el último precio previo al cierre, cuando se suspende una acción lo normal es acumular órdenes de los inversores y realizar una subasta, cruzando las órdenes y obteniendo un nuevo precio que se acomode a las noticias. En este caso tan particular es muy difícil saber en qué condiciones se realizará la reapertura, ya que es una situación excepcional y aún pueden surgir medidas nuevas”, explican.
¿Qué pasa con los fondos que invertían en activos rusos?
En estos casos en los que una bolsa o una acción es suspendida de cotización, las opciones son limitadas para una gestora, pero los expertos de Altair Finance advierten que hay que diferenciar entre aquellos cuya posición mayoritaria sea esta o fondos en los que Rusia supusiese un porcentaje relativamente pequeño.
En el primer caso, la única salida es cerrar el fondo hasta que se reanude la cotización, similar a lo que pasaría un festivo en el que la bolsa no abra. “Al no poder comprar ni vender los activos que compra el fondo, este no puede aceptar entradas ni salidas de dinero, por lo que permanecerá cerrado hasta la reapertura del mercado”, aclaran.
En el segundo caso, existe la opción de realizar un “side pocket”. El “side pocket”, según explica el equipo, es una medida que permite escindir una parte de los activos de la cartera, sacándolos del fondo, para que este pueda cotizar y operar con normalidad. “Los clientes que se ven afectados pasan de tener una posición en un fondo a dos posiciones, una en el fondo original que cotiza con normalidad (aunque con la pérdida de los activos escindidos) y otra en el “side pocket”, que sería un fondo ilíquido en el que no puedes comprar ni vender hasta que se normalice el mercado. Con esto se consigue no diluir ni incrementar la participación de los partícipes del fondo en algo cuya exposición no se puede modular”, aclaran.
Consejos para el inversor ante un escenario incierto
Ante la avalancha de noticias negativas y términos que nunca se habían escuchado, la preocupación del inversor ha crecido. Sin embargo, desde Altair Finance aseguran que si el fondo está en manos de buenos gestores estará diversificado y la exposición a Rusia en el peor de los casos, será residual.
“Se trata de un evento exógeno que nadie esperaba y aunque afecte negativamente, los cierres de un mercado sirven para cortar por lo sano en un momento de pánico. Una vez abran puede pasar de todo, y si confiamos en los gestores del fondo seguro que estos son capaces de recuperar la pequeña pérdida asociada a este factor, que además en su gran parte estará descontado en los precios”, tranquilizan.
El equipo recomienda seguir invertidos, salvo casos en los que comprobemos que los gestores tenían más exposición de la cuenta y perdamos la confianza, en cuyo caso, aconsejan cambiar de conductor para invertir nuestro dinero.
“En Altair llevamos 20 años gestionando activos financieros y hemos navegado por entornos de mercado muy adversos y la mejor recomendación que podemos hacer es la de abstraerse del ruido mediático. Históricamente, en estos momentos de tensión es cuando aparecen las verdaderas oportunidades y más cuando el motivo de las caídas es un conflicto bélico. Llevamos ya caídas del -15% en algunos índices y aunque todo parece que va a ir a peor, en nuestra experiencia los mercados anticipan las malas noticias muy rápido. En otros momentos similares como la guerra del golfo o la de Yom Kippur las caídas fueron como las que ya hemos sufrido, así que, con permiso de Putin, podríamos estar más cerca del suelo de mercado de lo que nos pensamos”, apuntan.