Según John Bailer, gestor de renta variable estadounidense de reparto en Newton, el actual entorno de inflación y mayores tipos de interés podría llevar a algunas empresas que han gozado de popularidad entre los inversores en la década pasada a recortar sus estimaciones de beneficio. En su opinión, esto podría arrojar luz sobre otros sectores menos sujetos a los caprichos de la economía.
El gestor afirma que la concentración manifiesta en el crecimiento por parte de la bolsa estadounidense en los últimos diez años ha conducido a un exceso de oferta de servicios digitales en el mercado, creando excesos de capacidad en muchas áreas del sector tecnológico. Una de ellas es el marketing digital, donde anticipa que la evolución esperada de las compañías no será tan buena como en la última década. Esto, añade, podría deberse al menor gasto corporativo en publicidad en el marco de un entorno macroeconómico complicado.
Bailer destaca que grupos tecnológicos como Alphabet (la matriz de Google) y Meta (propietaria de Facebook) se enfrentan al menor gasto de sus clientes. En julio, Alphabet anunció que el crecimiento trimestral de sus ingresos había caído hasta su nivel más bajo de los últimos dos años. De modo similar, los resultados de Meta correspondientes al segundo trimestre (publicados en julio) mostraron un descenso de ingresos mayor de lo esperado, y la compañía anunció planes de reducir el crecimiento de la plantilla el año que viene.
“En ciertas áreas, el capital inversión está exigiendo a las empresas que generen efectivo y recorten costes, y una forma de lograrlo es gastar menos en publicidad digital. Así, estos proveedores de publicidad digital van a estar más expuestos a los caprichos de la economía y sus proyecciones de crecimiento correrán peligro”, explica.
Petróleo e infraestructura
En cambio, Bailer cree que algunas áreas de la “vieja economía” recibirán un impulso de financiación, pues muchos inversores les dieron la espalda en la década pasada. El gasto de capital en activos físicos (como el equipamiento de extracción de crudo, por ejemplo) ha estado cayendo, y el gestor afirma que la dinámica de oferta y demanda es buena para el petróleo en este contexto. “Creemos que los precios del petróleo deberían permanecer más altos durante más tiempo, y que incluso en una recesión, la demanda se mantendrá estable”, añade.
Entretanto, advierte de que la edad media de los activos fijos privados en Estados Unidos ha aumentado, afirma Bailer. En su opinión, la ley de infraestructura de 1 billón de dólares debería abordar parte de la insuficiencia de gasto en la infraestructura cada vez más deteriorada del país, y podría crear oportunidades interesantes. “Se está dando marcha atrás a la globalización, y queremos invertir en empresas beneficiarias de este renacimiento de la demanda de infraestructura”, matiza.
Un segmento de infraestructura que según el gestor podría ofrecer oportunidades es la red eléctrica, como beneficiaria potencial de la actual transición hacia las renovables. Una posible oportunidad son las empresas que venden a proveedores de suministro público, pues estos últimos no son sensibles a la economía, explica el gestor: “Una utility regulada gastará con independencia de la coyuntura económica global, debido a la necesidad de hacer realidad un futuro renovable. Con más y más coches conectándose a la red, junto al desarrollo de la energía eólica y solar, las compañías industriales que venden a los grupos de suministro público se beneficiarán del mayor gasto y no serán cíclicas”.
Defensa
La defensa es otra área en la que Bailer detecta oportunidades, pues la invasión rusa de Ucrania ha llevado a varios países a elevar su gasto en armamento. Poco después de que Rusia lanzara su ofensiva en febrero, Alemania se comprometió a elevar su gasto militar por encima del 2% del PIB, y Polonia elevó el suyo del 2% al 3% del PIB. “Los clientes gastarán en defensa haga lo que haga la economía”, añade.
El gestor afirma que, antes del conflicto en Ucrania, los múltiplos de valoración de las acciones de defensa no eran muy altos, y no se ha producido una revalorización significativa desde entonces.
Por último, también destaca que la escasez de semiconductores en el marco de los problemas en las cadenas de suministro globales ha afectado a las empresas de defensa, pero una ralentización del crecimiento global podría liberar capacidad, al disminuir la demanda de chips procedente de otros sectores. “Al frenarse el crecimiento, habrá muchos semiconductores disponibles para las compañías de defensa, y al mismo tiempo, es poco probable que sus ingresos disminuyan”, afirma.
Por lo demás, Bailer busca empresas con poder de fijación de precios como colchón frente a mayores niveles de inflación, y destaca que ciertas aseguradoras (sobre todo las que operan en el segmento de pólizas de compensación al trabajador) podrían beneficiarse de subidas salariales.