Las estrategias centradas en dividendos han ganado atractivo ante un entorno de mercado volátil y marcado por la alta inflación. Según los gestores de BNY Mellon IM, los dividendos ofrecen una buena protección contra la inflación, además de ayudar a diversificar las fuentes de rentabilidad de las carteras. Una idea de inversión a tener en cuenta, si recordamos el escenario macro del que partimos y al que caminamos.
En opinión de Lale Akoner, senior Market Strategist de BNY Mellon Investment Management, los bancos centrales y su acción para frenar la inflación son el mayor factor que están moviendo el mercado. “Considero que la inflación ha llegado a su pico en Estados Unidos, y, por tanto, también lo ha hecho el tapering de la Fed, mientras que en Europa esto aún no ha ocurrido, aunque llegará con posterioridad. Mientras, veremos como los tipos de interés siguen subiendo hasta que lleguen a una fase de estabilización”, señala.
Por ello, y de cara a la inversión, considera fundamental entender hasta dónde y en qué punto los bancos centrales dejarán los tipos de interés. El motivo es sencillo: esto nos llevará hacia un nuevo régimen de tipos de interés e inflación más altos. “Es probable que las acciones de dividendos y valoraciones atractivas sean menos vulnerables a la inflación, debido a la estrecha correlación entre la inflación y el aumento de los pagos de los dividendos”, afirma.
En este contexto, Jon Bell, Head of Equity Income en Newton, parte de BNY Mellon IM, sostiene que los inversores de renta variable tienen que diversificar sus carteras y una forma de hacerlo es incluyendo estrategias de dividendos, que son menos volátiles que el retorno de capital. Eso sí, advierte de que habrá que abordar estas estrategias buscando calidad y siendo selectivos. “Ha llegado el momento de hacer algo diferente con el asset allocation en renta variable”, matiza.
Según la experiencia de la gestora, una estrategia de dividendos tiene más probabilidad de impulsar la rentabilidad total en un entorno más reacio a asumir riesgos. “Los dividendos son importantes porque fomentan una férrea disciplina de capital por parte de la dirección de las compañías y, por tanto, a la generación de flujo de caja y al aumento de los beneficios; además son empresas que no destruyen valor. Esto nos lleva a veces a invertir en empresas que son aparentemente aburridas y tienen retornos aburridos, pero la realidad es que se convierten en una buena fuente de rendimiento para las carteras”, afirma.
Es más, Bell argumenta que el propio entorno macro al que vamos favorecerá los dividendos, ya que a medida que los bancos centrales comienzan a reducir gradualmente sus programas de compra de deuda y a subir sus tipos de interés, las acciones de reparto con menores valoraciones serán probablemente menos vulnerables a la inflación. Los dividendos globales repuntaron hasta los niveles prepandemia en 2021, y en Newton anticipan un crecimiento continuado de las distribuciones en 2022, si bien a menor ritmo que el año previo. “Los dividendos se están recuperando y ofrecen un diferencial atractivo respecto a las TIR de activos de renta fija como la deuda soberana, el crédito y los bonos high yield, y nos anima mucho la evolución superior mostrada por las acciones de reparto desde comienzos de diciembre”, afirma el equipo.
Para Bell, una de las claves para aprovechar y acertar en estas estrategias de dividendos es no caer en una trampa de valor, por lo que considera apropiado apostar por la gestión activa. Según explica, las acciones con dividendo parecen baratas comparadas con el mercado en general y con las acciones growth, pese al fuerte repunte de los dividendos visto en 2021. Para Bell, unas valoraciones elevadas y expectativas de beneficio más normalizadas deberían llevar a los inversores a concentrarse nuevamente en el dividendo.
En este contexto, el equipo de Newton cree que un mayor porcentaje de la rentabilidad total podría proceder de los dividendos en 2022; una visión que ha reflejado en sus fondos BNY Mellon Global Equity Income y BNY Mellon U.S. Equity Income Fund. El primero de ellos, tiene como objetivo generar distribuciones anuales y lograr el crecimiento del capital a largo plazo, invirtiendo predominantemente en valores de renta variable y relacionados con la renta variable mundial; mientras que el segundo, persigue maximizar el rendimiento total de los ingresos y el crecimiento del capital pero centrándose en la renta variable estadounidense.
Según Bell, en estas estrategias de dividendos las disciplina de inversión es fundamental. “Es importante tener un proceso muy disciplinado, en cuanto a las empresas en que invertimos y la valoración a la que compramos y vendemos. Para buscar diversificación, dividimos el universo de inversión en temáticas que recogen cambios estructurales claves y aceleradores del cambio, y que además están empujando el mercado; como por ejemplo, tecnología, energía o demografía. Además, conjugamos estas tendencias de mercado con un enfoque ESG”, concluye Bell.