A la hora de enfrentarnos a este segundo trimestre, Ralph Elder, director general para BNY Mellon IM en Iberia y América Latina, pone el foco macroeconómico en tres grandes bloques, cuya dinámica tenemos que entender: el crecimiento, la inflación y los tipos de interés. Estos tres conceptos marcarán, según su forma de ver, los movimientos del mercado y diferenciarán claramente que esperar en EE.UU. y en Europa.
Sobre el crecimiento, Elder reconoce que los datos han sorprendido por su fortaleza, dado el momento del ciclo económico, el nivel de tipos de interés y la evolución de la inflación de los últimos meses y años. “Según muestran los PMIs, vemos que después de una caída fuerte a finales de 2022, están empezando a repuntar en parte por esa sorpresa de fuerte crecimiento, por la reapertura de China y también porque no hemos tenido una gran carga energética este invierno, ya que ha habido temperaturas más suaves”, señala.
Esta sorprendente fortaleza en el crecimiento no quita para que desde BNY Mellon IM consideren que haya que vigilar el efecto que las políticas monetarias de los bancos centrales acaben teniendo en la economía real. “Vemos que hay un retraso de hasta nueve meses entre las medidas monetarias y su efecto en la economía real. Todos nuestros modelos muestran que una gran parte, hasta el 60%-65%, aún se tiene que ver en la economía real”, matiza.
Respecto a la inflación, Elder se muestra positivo, ya que considera que la reapertura de China ha quitado estrés a las cadenas de suministro y el efecto que eso tiene sobre las importaciones desde China. A esto se suma que en algunos países, como en Estados Unidos, comienzan a verse datos positivos. “En este caso, nosotros estamos vigilando lo mismo que la Fed: el mercado laboral, ya que hay 12 millones de trabajos para 6 millones de parados. Esto significa mucho estrés en términos de inflación de sueldos y la apertura de puertos de trabajo por encima de la media, eso hace pensar que va a ser difícil que la inflación vaya a bajar de forma sostenible en EE.UU. hasta el 2%-3% por este motivo”, sostiene.
Por último, defiende que también hay ciertos “puntos positivos” a la hora de valorar los tipos de interés. “A nivel mundial hay más bancos que están bajando tipos que subiendo, así que podríamos decir que ya hemos visto los picos”, destaca. Sin embargo, advierte de que la historia cambia según el país en que nos fijemos. En el caso de EE.UU., explica, la Fed tiene el foco puesto en el mercado laboral y en evitar el problema que tuvieron en los años 70, cuando subieron los tipos para enfrentarse a la inflación, para después bajarlos rápidamente, teniendo que enfrentarse hasta tres veces a la inflación durante la misma década. “Esto nos hace pensar que esta vez la Fed va a subir los tipos por encima de la inflación, manteniéndolos ahí durante más tiempo del que en principio se espera”, señala.
Respecto a Europa, Elder matiza que la narrativa es algo diferente, ya que se enfrenta un problema de inflación energética, que ya ha bajado mucho. En su opinión, “eso deja a Europa más cerca de sus picos y abre la posibilidad de hablar de posibles bajadas antes de que en EE.UU., pero eso está por ver”.
Ahora bien, según su análisis, la política monetaria está “un poco en el aire” a raíz de lo ocurrido con SVB y el sector financiero en general, y lo que está haciendo el mercado de crédito. Según su visión, “no sabemos si esto va a ralentizar las subidas de tipos a corto plazo”.
Frente a este escenario macro, a la hora de elegir una estrategia para el segundo trimestre del año, BNY Mellon IM apuesta por el BNY Mellon Global Equity Income Fund, es decir, un fondo de dividendos. “No ha sido un activo que hayamos mirado los últimos años, pero ahora es un buen momento, ya que los bancos centrales no están estimulando tanto los mercados. Tras estudiar el S&P desde 1900 a 2020, se observa que el componente del dividendo reinvertido siempre ha sido la parte más importante de la rentabilidad de la renta variable, menos en los últimos 10 años con ese estímulo financiero. Lo que ofrecen los dividendos es una forma de diversificar una cartera de renta variable y descorrelacionar esa renta variable, en un mercado que pensamos que va a ser más difícil”, concluye el director general para BNY Mellon IM en Iberia y América Latina.