La inversión en las empresas de abastecimiento de agua y en otras compañías de infraestructuras y tratamiento del agua forma parte de una gran tendencia a largo plazo de los gobiernos para aumentar la inversión destinada a infraestructuras y volver a priorizar el gasto en este ámbito, más allá de la actual volatilidad de los mercados, destacan desde BNP Paribas AM.
En un reciente pódcast, Justin Winter y Harry Boyle, gestores del fondo BNP Paribas Aqua, abordan esta cuestión, y su relación con la escasez de agua y el cambio climático, así como sobre la creciente necesidad de agua ultrapura de los semiconductores y los sistemas de refrigeración de los centros de datos.
Seis factores clave
Los expertos destacan seis factores clave que impulsan el crecimiento del sector:
- La escasez de agua
- El cambio climático
- La contaminación del agua
- La urbanización
- La agenda de infraestructuras
- La aparición de nuevas industrias y de nueva demanda de agua
Las recientes sequías que afectan a distintas partes del mundo ponen de relieve “el elevado grado de estrés hídrico al que están sometidas ciertas grandes economías, como China, Taiwán o California, que constituyen áreas muy productivas de la comunidad mundial”, señala Boyle.
En lo que se refiere al cambio climático, hemos asistido a numerosos incidentes de fuertes precipitaciones en los últimos cinco años, fenómeno que continuará afectando al mundo occidental, si bien su impacto económico es mucho mayor entre los países de la zona ecuatorial. Y en el terreno de la contaminación, se espera una próxima regulación de las sustancias poli y perfluoroalquiladas (PFAS), que tendrá un enorme impacto en la percepción de los consumidores sobre la importancia del agua limpia.
“No cabe duda de que el problema de contaminación del agua se ha intensificado en los últimos dos años y de que va a continuar a lo largo de los próximos cinco a diez años”, añade, y explica que las PFAS son un grupo de unas 80 sustancias químicas a las que se conoce como “sustancias químicas eternas”. Se trata de impermeabilizantes de ropa o utensilios de cocina que al ser “eternos” están en nuestra red hidráulica y, por tanto, en el agua potable que consumimos.
El tema de la urbanización está especialmente presente en ciertos países, como la India, donde a diferencia del mundo occidental, donde entre el 75% y el 80% de la población tiende a vivir en ciudades o grandes poblaciones, este porcentaje está entre el 55% y el 60%. Así que el futuro traslado de más personas a las urbes ejercerá presión sobre la red hidráulica.
“A su vez, el deterioro de las infraestructuras, que sería nuestro quinto factor, está atrayendo un especial interés, sobre todo en el Reino Unido y Europa continental, ya que los gobiernos están poniendo en marcha paquetes de medidas que permitirán a las empresas de suministros públicos aumentar el gasto destinado a reparar las infraestructuras obsoletas y a construir nuevas instalaciones de tratamiento del agua”, señala Boyle.
Por último está la cadena de valor de los semiconductores, que necesitan una gran cantidad de agua ultrapura, al igual que los centros de datos, que precisan de sistemas de refrigeración para sus servidores.
¿Cómo afectan las recientes elecciones en EEUU y en Alemania al tema del agua?
En Estados Unidos existe una mayor incertidumbre en cuestiones relacionadas con la política comercial y la normativa, indica por su parte Justin Winter.
“Lo bueno que tiene el agua es que está presente en toda la economía. En Estados Unidos, el impacto en términos de inversión está más relacionado con la trayectoria de crecimiento. Ahora parece haber más dudas sobre el ritmo de crecimiento de la economía estadounidense o sobre la posibilidad de que el país entre en recesión a corto plazo, lo que se refleja en nuestras perspectivas de valoración de las posiciones subyacentes”, explica.
Y recuerda que el agua no es algo que afecte a un único partido político: “El agua está menos expuesta a grandes cambios que otras áreas relacionadas con la sostenibilidad, lo que va a impulsar el sector durante décadas”.
En Europa, la situación varía en función del país, indica: “Tras las elecciones alemanas, se ha iniciado una tendencia destinada a aumentar la inversión en infraestructuras, lo que incluye las infraestructuras hídricas. En términos generales, el mayor crecimiento en Europa se traduce en una mayor demanda de soluciones relacionadas con el agua. Todo ello se refleja en lo que llevamos viendo en las últimas décadas: la demanda de soluciones continúa creciendo a un ritmo más rápido que el crecimiento económico”.
Innovación tecnológica en el sector
Boyle subraya asimismo lo puntera que es la innovación en la temática, contrariamente a lo que algunos podrían pensar. Por una parte todo lo relacionado a la medición inteligente, que consiste básicamente en medir el consumo, lo que permite limitar cuándo se consume el agua y en qué cantidad. La segunda área se refiere a la detección de fugas de tuberías, sobre todo en ciudades más antiguas como Roma, París, Londres y Nueva York.
Por último, la desalinización sigue siendo una tecnología muy importante, sobre todo en los países más cálidos del mundo, y es una tecnología que está viviendo un nuevo auge.
Winter añade que a ello se suma un entorno económico en el que quizás hasta hace unos tres meses, el mayor crecimiento en Estados Unidos venía acompañado de unas valoraciones más altas que en Europa.
El año pasado, la rentabilidad de los índices vino principalmente impulsada por las grandes tecnológicas, y la del sector del agua quedó muy por detrás de la de los índices globales. “En lo que llevamos de año, -dice Winter- la rentabilidad del sector ha repuntado y las empresas tecnológicas han caído, lo que también está relacionado con las salidas de capital desde Estados Unidos hacia Europa en busca de oportunidades de valor. Las perspectivas de crecimiento del sector del agua siguen siendo tan sólidas como siempre”.
“Llevamos más de 15 años gestionando una estrategia especializada en el sector del agua, y nunca habíamos visto unas valoraciones relativas tan bajas como a finales de 2024. Por lo tanto, en lo que se refiere a las oportunidades que ofrece el sector en los próximos tres a cinco años, pensamos que hay razones para el optimismo”, destaca.
Desde BNP Paribas AM creen que la tendencia ya se ha iniciado en 2025 y son optimistas en lo que se refiere a las perspectivas a medio y largo plazo del sector del agua. “El agua no es algo que vaya a desaparecer, se necesita para todo”, concluye Winter.
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