En un planeta con un 71% de su superficie cubierta por agua, cabe pensar que la seguridad hídrica no debería ser un problema. Sin embargo, apenas un 1% de dicha agua es potable y accesible1, y la seguridad de nuestro suministro de agua se ha convertido en una cuestión esencial, señalan desde BNP Paribas AM en un informe sobre la inversión temática en agua, apostando por soluciones para combatir su escasez.
Una cadena de suministro de agua más sólida requerirá mejoras de infraestructura y avances en el tratamiento de aguas. Estos desarrollos ofrecerán nuevas oportunidades a los inversores que sepan dónde buscar, indican desde la gestora.
Mejora del acceso
En el texto se subraya que la escasez de agua pone en peligro nuestro bienestar en muchos ámbitos. Ante todo es esencial para la vida, a través de su consumo directo y su papel integral en la producción de alimentos, y no hay que olvidar que el agua de mala calidad puede causar enfermedades como el cólera. También es un importante motor económico, pues muchos sectores de actividad requieren grandes volúmenes de agua. El Banco Mundial estima que, de cara a 2050, la escasez de agua podría costar un 6% del producto interior bruto (PIB) en ciertas regiones2.
El acceso a agua es esencial para mantener la seguridad hídrica, pero se ve amenazado por el crecimiento de la población y por el cambio climático, y obstaculizado por una mala gestión e infraestructura inadecuada. Aunque este reto es especialmente grave en el África subsahariana, donde la mitad de la población carece de acceso a agua potable3, la escasez de este recurso también afecta a los países más ricos. En Estados Unidos, partes de California se ven frecuentemente afectadas por sequías, y en Arizona, la ciudad de Phoenix experimenta a menudo problemas de suministro.
Para asegurar que todo el mundo tiene acceso a un suministro fiable y seguro de agua saludable, los sistemas hídricos deben modernizarse. Esto implicará un aumento significativo del gasto de capital a nivel global y creará oportunidades de inversión en empresas que implementan sistemas de riego inteligentes, productores de ductos y tuberías, y compañías que monitorizan la calidad, el tratamiento, el consumo y las fugas de agua.
Modernización de la infraestructura
El primer paso para mejorar la seguridad del acceso a agua es la renovación y sustitución de la infraestructura hídrica y de aguas residuales anticuada. En 2020, la ONU estimó que se necesitará un gasto anual adicional de unos 260.000 millones de dólares en infraestructura relacionada con el agua para cumplir sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de aquí a 20304.
Gran parte de este gasto irá a parar al mundo en vías de desarrollo, donde el rápido crecimiento de las ciudades suele rebasar al de la infraestructura, dejando a millones de personas sin servicios básicos de agua y salubridad. No obstante, la infraestructura hídrica en el mundo desarrollado se construyó en su mayor parte a finales del siglo XIX y comienzos del XX, y necesita desesperadamente modernizarse. Se estima que los escapes y roturas de tuberías en Estados Unidos representan una pérdida diaria de 27.000 megalitros de agua tratada, un volumen suficiente para llenar más de 9000 piscinas olímpicas5.
Más allá de la inversión gubernamental (la Ley bipartidista de infraestructura de 2021 asignó 55.000 millones de dólares a la mejora de infraestructura hídrica), una proporción elevada de los fondos necesarios para llevar a cabo estas mejoras procederá del consumidor a través de subidas de la factura del agua. No obstante, en un mundo en que los hogares ya se enfrentan a mayores costes de la energía y la alimentación, el coste creciente del agua presentará un reto financiero adicional.
La necesidad de modernizar infraestructura anticuada y construir nuevas instalaciones de suministro de agua está creando oportunidades de inversión a largo plazo en toda la cadena de valor del segmento, desde las compañías que gestionan la infraestructura de suministro hasta los proveedores de productos y servicios que facilitan la eficiencia y el ahorro de agua, destacan desde BNP Paribas AM.
Mejora de la calidad del agua
Además del estrés hídrico, la calidad del agua se está convirtiendo en un tema cada vez más importante. El acceso a agua limpia y segura debería darse por sentado, pero este no siempre es el caso. En 2022, como mínimo 1.700 millones de personas en todo el mundo usaron fuentes de agua potable contaminada con heces6. De nuevo, el deterioro de la calidad del agua no es únicamente un problema para las naciones en desarrollo: las fuentes de agua dulce de todo el mundo se están viendo afectadas de manera creciente por una serie de contaminantes.
Aunque parte del descenso de la calidad del agua puede atribuirse a acontecimientos meteorológicos extremos (tanto sequías como inundaciones son perjudiciales a este respecto), también están llegando sustancias contaminantes artificiales a nuestros canales y vías fluviales. Esta polución abarca desde contaminantes agrícolas y urbanos hasta microplásticos, metales, hormonas y fármacos. En particular, las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, conocidas asimismo como “contaminantes eternos”) se detectan de manera creciente en el agua potable y son perjudiciales para la salud de las personas.
Por este motivo, las autoridades de todo el mundo están implementando normas de calidad del agua cada vez más estrictas. En Estados Unidos, la Ley de Agua Salubre (CWA, por sus siglas en inglés) regula el vertido de contaminantes en las vías fluviales, y la Ley del Agua Potable Segura (SDWA) vigila la calidad del agua potable. En la UE, la Directiva de Agua Potable (que entró en vigor en 2021) trata de reforzar los estándares hídricos y abordar la aparición de contaminantes en su origen. El cumplimiento de regulaciones más rigurosas implicará una inversión considerable, respaldando a las empresas que ofrecen soluciones de purificación, tratamiento, análisis y reciclaje de agua.
Nuevas industrias sedientas de agua
Desde la gestora destacan que la escasez de agua no representa solamente un desafío para nuestro bienestar; la industria ha sido desde siempre un consumidor significativo de este recurso, y nuevos sectores intensivos en agua no hacen más que elevar la demanda.
Con el papel crucial que juega el agua en las centrales térmicas de carbón, el vínculo entre la generación de electricidad y el agua no es nada nuevo. No obstante, las formas más limpias de generación de energía y de transporte también están vinculadas de manera indirecta con el elevado consumo industrial de agua. El litio es un elemento clave de los sistemas de energía eólica, fotovoltaica y geotérmica, así como en la producción vehículos eléctricos, pero su extracción y refinado requieren grandes cantidades de agua: la producción de una tonelada de litio consume 1,5 millones de litros de agua. Para poner estas cifras en contexto, un coche Tesla contiene unos 60 kilos de litio, con lo que una tonelada de este metal equivale a tan solo 16 coches7.
De manera similar, la captura y secuestro de carbono (CSC) se considera una tecnología importante para la reducción de las emisiones y la eliminación de CO2 de la atmósfera, pero estas técnicas suelen conllevar un consumo de agua y de energía significativo durante su proceso de captura. En el sector tecnológico, la manufactura de semiconductores es muy intensiva en agua, y la adopción de sistemas de refrigeración líquidos en lugar de con aire en centros de datos (crucial para la IA y tecnologías afines) ejerce más presión si cabe sobre el suministro. En 2022, por ejemplo, el consumo anual de agua de Microsoft superaba los 6.400 millones de litros8.
Las soluciones innovadoras de gestión de agua pueden ayudar a abordar los retos de eficiencia y sostenibilidad asociados con procesos intensivos en agua, y las empresas gravitan de manera creciente hacia sistemas de bucle cerrado que reutilizan y reciclan agua en ámbitos industriales.
Conclusión
La seguridad y la calidad del suministro mundial de agua son de suma importancia. La necesidad de mejorar la infraestructura, el acceso y la calidad (y de satisfacer la demanda creciente), unida a regulaciones cada vez más estrictas, representa un motor de crecimiento a largo plazo para los negocios activos en el sector del agua.
Esto es una buena noticia para los inversores. Las oportunidades en este sector son sorprendentemente diversas y resilientes, al abarcar negocios tanto defensivos como cíclicos y distintas regiones, sectores y mercados finales.
Lo que diferencia verdaderamente al equipo detrás del BNP Paribas Aqua es su profunda comprensión del sector del agua y sus tecnologías. Las diversas perspectivas de nuestros expertos les permiten descubrir áreas de oportunidad que otros pueden pasar por alto a lo largo de la dinámica y creciente cadena de valor del agua, y evitar a las empresas que no cumplen sus responsabilidades medioambientales.
NOTAS
[1] https://education.nationalgeographic.org/resource/earths-fresh-water/.
[2] Why Global Water Security Matters in 2024 | Earth.Org.
[3] Water woes: 13 undeniable facts about Africa’s water scarcity – Greenpeace Africa.
[4] Estimaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), 2020.
[5] Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles (ASCE), 2021: Report Card for America’s Infrastructure.
[6] https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/drinking-water.
[7] https://viewpoint.bnpparibas-am.com/talking-heads-investing-in-water-from-chips-to-lithium-to-pfas/.
[8] How to manage data center water usage sustainably | TechTarget.
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