La inteligencia artificial (IA) está en boga y ha impulsado gran parte de la rentabilidad del mercado de renta variable estadounidense el año pasado. Sin embargo, a la vez preocupa la fuerte demanda de recursos –sobre todo de energía- que plantea, más aún en el marco de los planes de transición energética en los que la economía mundial necesita avanzar.
Ed Lees, codirector del Grupo de Estrategias Medioambientales de BNP Paribas AM, analiza en un pódcast de la gestora los puntos a favor y en contra, así como las perspectivas de las empresas del sector y las dificultades que podrían plantear las elecciones que se celebrarán este mismo año en Europa y Estados Unidos.
La IA tiene el potencial de cambiar muchas industrias, desde la conducción autónoma a la optimización de las baterías, pasando por el análisis de grandes conjuntos de datos, pero a la vez requiere enormes cantidades de datos y energía, recuerda Lees. “Los modelos de IA con transformadores de redes neuronales están aumentando sus necesidades unas 275 veces cada dos años, y los que no tienen transformadores unas ocho veces cada dos años. Esto supera dramáticamente nuestro aumento de potencia. Así que se trata de un problema nada trivial”, explica.
Como respuesta están aumentando las economías de escala, el uso de centros de datos frente a servidores independientes, los diversos componentes clave de hardware que pueden ofrecer una eficiencia energética significativa y también los proveedores que dan servicio y construyen toda esta estructura. “La resiliencia es un tema clave para nosotros”, indica Lees, así como la interconexión: “El Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley cree que sólo en Estados Unidos hay más de dos teravatios de capacidad eléctrica a la espera de interconexión. Esto da una idea de lo importante que es esta tendencia de la IA para nuestro espacio y la cuestión general y las consideraciones en torno a la producción y el almacenamiento de energía, así como la transmisión y distribución”.
Tipos de interés y valoraciones
Tras la reciente temporada de beneficios, Lees destaca en su análisis que los resultados han sido desiguales. Por ejemplo, el hidrógeno se ha mostrado débil y está tardando más tiempo en ser rentable. También han sido retirados algunos proyectos de energía solar a gran escala, en parte debido a la tramitación de permisos. Por otro lado, hay indicios de que la energía solar residencial está tocando fondo y podría recuperarse de cara al tercer trimestre y de una mejora de las perspectivas de la energía eólica marina. “En general, yo diría que las perspectivas son dispares, pero alentadoras, y que estamos saliendo de algunos de los vientos en contra que han prevalecido en los últimos 12 meses. Los tipos y el acceso al capital siguen dominando hasta cierto punto la evolución de los precios. Y las empresas que tienen que reunir capital se ven castigadas. Es un tema recurrente”, comenta.
El alejamiento de las perspectivas de rebaja de tipos de interés provocó una bajada de los principales índices del sector de entre un 15% y un 20% en los dos primeros meses del año. “Tras esa caída, los índices cotizan a 1,2 veces el valor de empresa (VE) respecto a las ventas del año que viene. El mercado general MSCI ACWI cotiza a 2,1 veces, y si nos fijamos en las Siete Magníficas, cotizan a unas 5,5 veces: se ha abierto una gran brecha”, reconoció.
Sin embargo, agrega, al final las rebajas de tipos llegarán, y al ser un año electoral en Estados Unidos, no le sorprendería “ver recortes en noviembre”.
El “superaño” electoral
Se teme que una nueva victoria de Trump acabe con la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) con sus medidas mitigadoras del cambio climático, y en Europa también existe cierto malestar social relacionado con la regulación medioambiental, como se observa con las protestas de los agricultores. “Me gustaría recordar a la gente que hay una diferencia entre lo que la gente promete para las elecciones y lo que realmente ocurre”, responde al respecto el experto de BNP Paribas AM.
En su opinión, hay pocas probabilidades de que se derogue la ley IRA, porque requeriría el control total de ambas cámaras del Parlamento: “Incluso en el caso de una Presidencia republicana en el control del Congreso, dada la cantidad de inversiones que van a parar a los estados republicanos y que la IRA incentiva la fabricación nacional y la creación de empleo, no esperaríamos una derogación total”.
“A su vez, en 2023 se instalaron en Europa 55,9 gigavatios de energía solar en los 27 Estados miembros de la UE, lo que supone un crecimiento del 40% respecto a 2022 y una duplicación del mercado en dos años. Estados Unidos añadió 33 gigavatios de nueva capacidad solar en 2023. Esto supone un aumento del 55% respecto a 2022. Son grandes cifras, aunque en otros mercados se haya producido una ralentización, como puede ser el de los vehículos eléctricos”, indicó.
Lees destaca que ralentizarse no implica dejar de avanzar, y como ejemplo menciona nuevas tecnologías como la presentada por CATL, el principal fabricante chino de baterías, que creó una nueva con una densidad de energía de alrededor de 500 vatios/hora por kilogramo, frente a las actuales de alrededor de 245 vatios/hora por kilogramo del Tesla Model Y.
“Dudo mucho que los vehículos eléctricos estén muertos –destaca-. En realidad, el futuro es muy interesante y, colectivamente, nos hemos dejado llevar demasiado por la negatividad, impulsada más por la macroeconomía y los tipos de interés que por cualquier otra cosa. Pero si miramos bajo el capó, por así decirlo, las perspectivas de crecimiento subyacentes son bastante interesantes”.
Puede escuchar el pódcast en este enlace.