Después del aumento a un ritmo sin precedentes de los tipos de interés en el último año, podría estar más cerca el momento en el que los bancos centrales frenen el endurecimiento de la política monetaria. Olivier De Larouzière, director de renta fija global en BNP Paribas AM, comenta en un reciente pódcast las oportunidades que surgen para la renta fija en este nuevo contexto, tanto para los fondos del mercado monetario como la deuda corporativa de grado de inversión (IG).
“El mundo ha cambiado dentro de la renta fija. Los rendimientos vuelven a ser positivos, y muy positivos en Europa. Son bastante altos en comparación con los niveles históricos en los Estados Unidos. Se trata de un proceso de normalización. ¿Qué cambia para los inversores en renta fija? Todo. Y no me refiero sólo a los mercados monetarios, sino también a los de mayor duración”, señala De Larouzière.
En su opinión como inversor activo, los clientes entienden perfectamente la transformación en el panorama mundial de la renta fija y hay una necesidad urgente de captar este nivel de rendimientos, porque si el ciclo de subidas acaba generando una recesión, en algún momento comenzará un nuevo ciclo de flexibilización.
Evolución de la inflación
El endurecimiento monetario ha sido una respuesta a la inflación, pero no ha sido la política de expansión cuantitativa la que ha generado la subida de precios, por lo que confiar en que la subida de tipos por sí sola hará que baje rápidamente no es tener en cuenta los datos, asegura el experto.
“Nosotros hemos tenido una opinión diferente desde el principio. Sabíamos que esto llevaría más tiempo. Empezó con los precios de las materias primas. La crisis de Covid-19 tuvo importantes consecuencias para las cadenas de suministro. Ahora no se trata solo de los precios de las materias primas, sino también de los servicios”, explica.
Aunque la inflación general haya empezado a bajar del 10% a un 7%, la que persiste es la de servicios y bienes básicos, “una inflación mucho más complicada”. “Para mí, el debate no es a qué velocidad está bajando la inflación, sino dónde y cuándo bajará. La pregunta más importante para los bancos centrales es: ¿hacia dónde se dirige? No vamos a alcanzar el 2% a corto plazo. Podría ser a finales de 2024, probablemente más tarde. Así que tenemos que gestionar 2023 y 2024 -y este ciclo- con cifras de inflación mucho más altas”, afirma.
En Europa parece que la inflación sea incluso “más pegajosa”, pero en cualquier caso tanto la Fed como el Banco Central Europeo preferirán llegar hasta el final del endurecimiento y obtener pruebas completas de cómo ha afectado a la inflación en lugar de verse empujados a relajar la política a corto plazo por los mercados financieros, especialmente desde el lado de la renta variable, añade De Larouzière.
Si finalmente la inflación se sitúa en el 3% en lugar del 2%, eso indicaría que se trata de un problema más estructural y quizás sería el momento de contemplar un cambio completo de política sobre la inflación a largo plazo. “No doy a los bancos centrales plena credibilidad en cuanto a cambios importantes a corto plazo en la inflación”, indica.
Oportunidades de inversión
“Estamos asesorando a una serie de grandes instituciones que están dispuestas a comprar duración. Tenemos una estrategia de duración a medio y largo plazo, pero en nuestros fondos nos centramos más en el corto plazo. La prioridad número uno es captar los rendimientos”, explica De Larouzière, que observa oportunidades en los mercados monetarios y el crédito corporativo IG.
“Los tipos del mercado monetario han vuelto y ofrecen un riesgo muy bajo. En las últimas semanas, cuando algunos bancos y algunas partes del sector financiero sufrieron una gran tensión, no vimos absolutamente ninguna tensión en los mercados monetarios. Con rendimientos del 3% o del 3,5% próximamente, y del 5% y más en los tipos del mercado monetario del euro y de EE.UU., es una clara oportunidad para invertir”, añade, y subraya que los inversores minoristas necesitarán volver a aprender cómo se comporta la renta fija.
Si se busca una oportunidad con mayor duración están los productos de vencimiento fijo, una forma pasiva de captar rendimientos. “Empezamos a fijarnos en las empresas y, especialmente en la zona euro o Estados Unidos, en el grado de inversión. El alto rendimiento está ofreciendo una prima, pero en el contexto de una posible recesión -que no es nuestro escenario de referencia, pero sí uno con riesgos de recesión-, nunca querrás tener una gran exposición a empresas de alto rendimiento. Así que yo me quedaría con el grado de inversión”.
Con las tasas de impago muy contenidas, el aumento medio de la rentabilidad es de alrededor del 1,3% en la categoría de inversión en euros frente a los soberanos en euros. “Es una prima bastante buena comparada con los niveles históricos”, concluye el experto.