Los equipos de inversión de BNP Paribas AM debatieron sobre las cuestiones macroeconómicas que podrían configurar los mercados en 2023, e identificaron cinco temas principales a seguir este año: la inflación, el crecimiento, la geopolítica, el dólar y China. En su opinión, el gigante asiático plantea incógnitas, pero sigue ofreciendo oportunidades en tendencias seculares como la tecnología, el consumo y la innovación.
En primer término, el panel estimó que es de prever que la inflación se estabilice. Aunque es probable que los precios de la energía se mantengan en niveles elevados y volátiles, los efectos de base se dejarán sentir, lo que contribuirá a reducirla en los mercados desarrollados. Además, se han resuelto los cuellos de botella en las cadenas de suministro, se ha frenado el crecimiento económico y comienza ya a sentirse en la economía el efecto retardado del endurecimiento de la política monetaria.
En este contexto no es de esperar que los gobiernos aprueben estímulos fiscales del alcance de los de 2022. Uno de los principales riesgos está en la inflación salarial en Europa, que habrá que seguir con atención.
“La reducción de la inflación favorece un entorno más atractivo para la renta fija –escriben desde BNP Paribas AM-. El rendimiento real a largo plazo en ciertas partes del mercado de renta fija resulta ahora atractivo, mientras que las subidas de tipos podrían haber restaurado las características de cobertura de la renta fija en relación con los activos de mayor riesgo”.
En lo que respecta al crecimiento, los miembros del panel estimaron que habrá una recesión suave en Europa y Estados Unidos en 2023, aunque se mostraron divididos en cuanto a si los mercados están siendo demasiado optimistas o no. Como elemento positivo, los balances de las empresas están saneados, pero históricamente los ciclos de subidas tan agresivas de tipos de interés han llevado a una recesión.
“En lo que respecta a la relación entre China y Estados Unidos, nuestros especialistas en la región prevén que se mantenga la inestabilidad en torno al Estrecho de Taiwán. Sin embargo, parece que ambos países entienden las líneas rojas sobre Taiwán, y la reunión entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping en Bali supuso un cierto alivio”, señalan desde la gestora.
También esperan que pueda producirse una reducción de las tensiones en el conflicto en Ucrania si Estados Unidos y Europa llegan a algún tipo de acuerdo con Rusia, si bien “aún no está claro en qué términos”. La resolución de la guerra de Ucrania resultaría muy favorable para la región europea.
Sobre el dólar estadounidense, el panel consideró que “ahora que la volatilidad está disminuyendo en las distintas clases de activo y los bancos centrales parecen haber superado el punto más álgido de su ciclo de endurecimiento monetario, la tendencia alcista del dólar parece también haber quedado atrás”. Sin embargo, una recesión en la segunda mitad del año podría favorecer su repunte.
El papel de China
La reapertura de China, ya en marcha, plantea algunos de los principales interrogantes para este año. En un artículo que aborda en detalle la situación, Chi Lo, estratega senior de mercado para Asia Pacífico en BNP Paribas AM, analiza que “tras más de 40 años de reformas económicas, es posible que China esté pasando de una era de oportunidades de crecimiento a otra en la que experimente dificultades, caracterizada por la pérdida de impulso de las reformas, la resistencia al cambio y el descenso de las rentabilidades para los inversores”.
En su opinión, el primer factor que tiene una gran influencia sobre el desarrollo futuro es que “el país está país está pagando por los excesos cometidos en la era del hipercrecimiento”. Consciente de la “bomba de relojería” que implicaba el fuerte endeudamiento en el país, que generaba una burbuja, en 2017 el presidente Xi Jinping puso en marcha una campaña para reducir la deuda y evitar así un estancamiento como el de Japón.
A la vez, Xi estableció un cambio ideológico y estructural, con el poder centralizado y un capitalismo estatal en vez de impulsado por el sector privado. “Su autoritaria política exterior ha provocado conflictos con Estados Unidos en materia comercial y tecnológica, ha acercado el país a Rusia y ha aumentado la inquietud con respecto a Taiwán. La consiguiente intensificación de las tensiones geopolíticas ha generado una desglobalización aún mayor. Estas tensiones pueden acabar con algunos de los beneficios del crecimiento obtenidos por China”, escribe Chi Lo.
Los intentos del presidente chino por subsanar los problemas con más reformas han generado mucha resistencia de los poderes afectados y reducido las rentabilidades de la inversión en esta economía.
Dificultades y riesgos
Esta situación plantea un desafío macroeconómico crucial que exige atención política inmediata. Pero la restructuración de la dirección que se produjo en el 20º Congreso del Partido Comunista Chino en octubre de 2022 ha incrementado las preocupaciones por que un mayor control estatal pueda dejar a China acorralada en la trampa de la renta media.
Una política industrial concebida para dominar todos los sectores importantes podría llevar aparejados ciertos éxitos, aunque a un coste elevado, pero también fracasos, por una distribución inadecuada de los recursos, considera Chi Lo.
Por otra parte, puesto que China adopta estándares distintos a los países occidentales en materia industrial y de alta tecnología, necesita hacerse rápidamente con el dominio del sistema mundial. De lo contrario, podría quedar aislada, al igual que le ocurrió a Japón con sus actividades en el sector de la tecnología móvil en los primeros años de desarrollo de esta rama de producción que ahora dominan Samsung y Apple.
En este marco el país se ha centrado en dejar atrás las exportaciones como motor del crecimiento económico, que ahora es la demanda interna, un giro fundamental.
“Para ser justos, durante los veinte años previos a su mandato, los esfuerzos de descentralización de Pekín generaron importantes riesgos morales y problemas de corrupción. De hecho, algunos dirigentes locales con poder desafiaron las reformas del Gobierno central”, añade el experto. “Desde la perspectiva de Xi Jinping, la única manera de terminar con la inercia es volver a centralizar el poder –indica-. Las democracias occidentales, por su parte, consideran que esa centralización constituye una apropiación de poder y un importante retroceso en el gobierno de China. El tiempo dirá quién lleva razón”.
Oportunidades de inversión
Pese a estos riesgos, desde la gestora ven oportunidades en el sector de internet y el comercio electrónico, donde el posicionamiento y las valoraciones podrían haber alcanzado su nivel más bajo. El fondo BNP Paribas China Equity abarca el universo All China, es decir mercados de renta variable continental (acciones A) y offshore (Hong Kong, ADR y Taiwán). Además, un amplio espectro de empresas, muchas de ellas beneficiarias de las tendencias a largo plazo como tecnología e innovación.
Los ajustes de las políticas de Pekín a finales de 2022 en cuanto a la apertura y la intervención en el mercado inmobiliario deberían atenuar los mayores riesgos para el crecimiento del país. Las valoraciones de la renta variable china se han mantenido asimismo razonables frente a su nivel histórico y otros mercados, a pesar del reciente repunte.
“Somos estructuralmente constructivos con respecto a la renta variable china a medio y largo plazo, a pesar de la volatilidad a corto plazo. Sin embargo, esperamos que el mercado en su conjunto experimente muchos movimientos en forma de ‘W’ en una tendencia alcista gradual, en lugar de un repunte fuerte y sostenido en forma de ‘V’”, considera el equipo gestor del fondo, que mantuvo una rentabilidad muy superior al índice de referencia a lo largo de distintos ciclos de mercado en los últimos cinco años.
En opinión de los gestores, los factores de crecimiento estructural deberían tomar el relevo a medida que se atenúe el ciclo de regulación, y el fondo está bien posicionado para aprovechar las oportunidades de la reapertura de China y beneficiarse de tendencias a largo plazo como la innovación tecnológica y ecológica; la mejora del consumo y la consolidación de la industria.
Puede leer los artículos de BNP Paribas AM sobre las principales cuestiones macroeconómicas para 2003 en este enlace, y aquí sobre crecimiento, dificultades y riesgos en China.