La premisa de buscar ganadores y evitar perdedores ha hecho que la inversión temática se haya asociado sobre todo con la renta variable, pero no se limita solo a esta. Actualmente existen varios fondos temáticos de renta fija o incluso multiactivo, lo cual subraya la idea de que la inversión temática puede transcender las clasificaciones tradicionales de clases de activo, sectores, regiones y estilos, destacan desde BNP Paribas Asset Management.
Los cambios que propiciarán el avance del mundo en el siglo XXI son ineludibles. Las tendencias demográficas responden al envejecimiento de la población, mientras que las actitudes sociales se proponen eliminar la desigualdad y muestran un mayor compromiso con el medioambiente. Al mismo tiempo, la escasez de recursos intensifica los desequilibrios económicos, las transferencias de poder más frecuentes conducen a cambios políticos y regulatorios, y no se puede ignorar el potencial disruptivo de la tecnología.
Ante tal transformación, ¿ha llegado el momento de ampliar nuestros horizontes más allá del marco tradicional de clases de activo, regiones y sectores de actividad? Incorporar un elemento temático a la asignación estratégica de activos podría ser una manera efectiva de sacar partido a algunas de las megatendencias que están reconfigurando a la economía y la sociedad, y sobre todo, impulsando a los mercados financieros, señala la gestora.
¿Qué es la inversión temática?
Básicamente, el objetivo de la inversión temática es ofrecer una forma de invertir en activos cuya rentabilidad se ve impactada de forma significativa por un tema subyacente. Tales temas suelen guardar relación con cambios estructurales significativos, como por ejemplo la transición energética, la innovación sanitaria, tendencias de consumo o tecnologías disruptivas. No obstante, la inversión temática es más que una mera narrativa interesante. Su objetivo es identificar aquellos activos cuya rentabilidad se verá más impactada por estos cambios estructurales, de modo que el tema en cuestión se transforme en una oportunidad de inversión.
Aunque la disrupción y la innovación son sin duda elementos clave de la inversión temática, el enfoque no se limita a identificar la próxima empresa de nueva creación en boca de todo el mundo. Es posible definir temas en torno a las distintas fases del ciclo vital de una compañía, en función de la naturaleza del tema en cuestión. Por ejemplo, una industria podría ser objeto de disrupción debido a una ventaja de coste, mientras que otra puede verse impactada por el desarrollo de nuevos productos o servicios.
En última instancia, cualquier cosa capaz de aportar a un grupo de empresas una ventaja respecto a sus homólogos en un sector determinado puede emplearse para plasmar un tema de inversión. No obstante, los factores que juegan un papel importante a la hora de cambiar el equilibrio de fuerzas suelen proceder de las megatendencias que están reconfigurando la sociedad, como por ejemplo la globalización, la digitalización o las tendencias regulatorias.
El aspecto importante a la hora de buscar empresas expuestas a un tema es que estas dediquen una parte significativa de su negocio a actividades relacionadas con dicho tema, y que gran parte de sus ingresos procedan de la venta de productos o servicios relacionados con este.
No es necesario limitarse al largo plazo
La naturaleza de las megatendencias significa que la inversión temática suele concentrarse en horizontes de medio a largo plazo, pero este no tiene por qué ser siempre el caso. Algunos temas podrían completar su ciclo con mayor rapidez y verse descontados por el mercado antes que otros. Por este motivo, es importante evaluar en qué medida un tema representa una oportunidad de inversión actual y atractiva. Por ejemplo, muchos inversores todavía compraban fondos tecnológicos en el año 2000, varios meses después de reventar la burbuja puntocom.
Otros temas que han mostrado fortaleza en el pasado podrían estar alcanzando su madurez (actividades previamente sólidas del siglo XX están siendo sustituidas por tecnologías innovadoras del XXI), con lo que es importante intentar evaluar cuándo un tema de inversión ha llegado a su fin incluso si sus motores siguen siendo relevantes y es posible invertir en ellos. El sector del transporte es un claro ejemplo de tal transición: los vehículos con motor de combustión interna están siendo reemplazados por modelos eléctricos, y la noción del transporte como servicio podría transformar el modo en que utilizamos el coche en el futuro próximo.
Aplicar una estrategia de inversión de tipo bottom-up puede aportar ventajas a los inversores temáticos, al ser más sutil que meramente encontrar oportunidades infravaloradas para mantener en cartera durante plazos de inversión prolongados.
¿Inversión ESG o temática? Esa es la cuestión
Un error habitual es pensar que un fondo ESG (que incorpora factores medioambientales, sociales y de buen gobierno) tiene que ser temático.
No toda la inversión ESG es necesariamente temática. Existe una diferencia entre invertir en empresas que se limitan a adoptar prácticas sostenibles y en compañías que derivan una parte significativa de sus ingresos de productos y servicios relacionados con temas sostenibles. Dicho esto, el deseo de impulsar el cambio en la sociedad ha sido un motivo potente para la inversión temática en los últimos años, consideran desde BNP Paribas AM.
La transición energética es un buen ejemplo de este tipo de inversión temática. El cambio climático es quizá el mayor reto al que se haya enfrentado la humanidad, y ya está teniendo un profundo impacto en los sistemas meteorológicos y en los resultados económicos. Abordar la crisis climática requiere tomar pasos necesarios que crearán inevitablemente oportunidades de inversión.
Invertir en torno a un tema de orientación sostenible significa encontrar empresas bien posicionadas para generar un impacto mensurable y que se benefician de este cambio estructural.
Sin perder de vista los riesgos
La premisa de la inversión temática es que las carteras persiguen rentabilidades excedentes de activos cuya rentabilidad se ve afectada por los cambios estructurales que subyacen a temas relevantes. Aunque tales tendencias afectan de forma significativa a las economías y redefinen los modelos de negocio, creando así potencial de rentabilidades atractivas, es importante reconocer que los factores de riesgo tradicionales también son aplicables.
Concentrarse en un tema específico conducirá a mayores niveles de concentración en dicha área, y con ello a una menor diversificación y un mayor potencial de volatilidad a corto plazo durante fases en las que el tema en cuestión pierda el favor de los inversores. No obstante, una ventaja de la inversión temática es que tiende a evitar empresas susceptibles de verse perjudicadas por la disrupción o el declive, explica la gestora.
Asegurar que una cartera temática tiene un marco adecuado de gestión de riesgos es crucial para que pueda ser capaz de manejar las distintas exposiciones de riesgo de temas y activos, teniendo al mismo tiempo en cuenta sus rentabilidades esperadas y el nivel de aversión al riesgo del inversor final.
Potencial de beneficiarse de cambios sociales transformadores
La inversión temática puede proporcionar al inversor una forma de sacar partido a los inmensos cambios que van a transformar nuestras sociedades, economías y modo de vida en las próximas décadas. Como con cualquier cambio de gran calado, surgirán nuevos campeones de cada tendencia, los cuales deberían beneficiarse con un impacto desproporcionado de la creación de valor.
Pero esto implica que también habrá perdedores, subraya la gestora: las empresas expuestas que sean incapaces o se nieguen a adaptarse, se quedarán atrás. En este contexto, la capacidad de distinguir entre unos y otros será crucial para el verdadero éxito de cualquier estrategia de inversión.
En BNP Paribas Asset Management señalan que sus estrategias de inversión temáticas están posicionadas para sacar partido a las megatendencias que están dando forma al futuro. Su planteamiento investigador, unido a la determinación para considerar todos los ángulos, aporta una profunda comprensión de estos nuevos ecosistemas y modelos de negocio. Cubriendo un abanico de tendencias (desde la transición energética y la sostenibilidad medioambiental hasta la igualdad y el crecimiento inclusivo, la salud y el bienestar, pasando por la tecnología), la gestora trata de proporcionar soluciones de inversión temática sostenibles para un mundo en evolución.
Puede leer el informe completo sobre «Asignación a temáticos» en el siguiente enlace (en inglés).
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