Los resultados de la reciente conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático fueron mixtos: se dieron pasos en la buena dirección y también hubo decepción porque las metas para frenar el calentamiento global siguen estando lejos del alcance. Edward Lees y Ulrik Fugmann, codirectores y gestores senior del Grupo de Estrategias Medioambientales de BNP Paribas AM, subrayan en un análisis de la gestora cuáles son los sectores más prometedores de inversión tras la COP26 y por qué.
Entre los elementos positivos de la reunión, Lees y Fugmann destacaron el acuerdo de cooperación entre China y EE.UU., sobre todo al cierre de un año en el que la tensión entre ambos países fue una de las fuentes incertidumbre en los mercados, así como los problemas en las cadenas de suministro.
Asimismo, el acuerdo para reducir las emisiones de metano entre EE.UU. y Europa y otro menos mencionado: el reconocimiento del papel de los ecosistemas marinos como sumideros de CO2. Desde el punto de vista de la protección de la naturaleza, al analizar el resultado de la cumbre, encontramos 137 países comprometidos con el objetivo de cero emisiones netas y 141 países comprometidos a frenar la deforestación para 2040, señaló Fugmann.
En la parte negativa está el cambio de terminología en el último momento de las negociaciones, con la mención a la reducción del carbón en vez de su erradicación –aunque fue la primera vez en que se mencionó de manera explícita a los combustibles fósiles- y el hecho de que los compromisos manifestados durante la cumbre «aún nos dejan lejos del objetivo de contener el calentamiento global a 1,5 grados centígrados tal como se señalaba en el Acuerdo de París», añadió.
Universo de inversión
«En lo que respecta a los resultados relacionados con nuestro propio universo de inversión, destaca el papel que pueden jugar en la descarbonización tanto los países emergentes como los desarrollados, y que estas medidas no están reñidas con el crecimiento», indicaron los expertos, gestores de los fondos BNP Paribas Energy Transition y BNP Paribas EARTH.
En su opinión es importante que se le dedique una mayor atención al capital natural, ya que consideran que se trata de un factor determinante. «Ahora se reconoce y prioriza la naturaleza como un medio hacia la descarbonización y la detoxificación y se reconocer su papel como sumidero de carbono».
Desde la perspectiva de la inversión, ello implica una mayor atención a la agricultura sostenible y a las tecnologías destinadas a mejorar la calidad del suelo y evitar los pesticidas y los fertilizantes, explicó Fugmann respecto de algunas de las principales temáticas. Pese a sus prometedoras perspectivas, el mercado no ha mostrado suficiente interés por las empresas de estos sectores. «Y lo mismo ocurre, por ejemplo, con las compañías que trabajan en la mejora de la salud de los océanos, tratando de resolver el problema de los plásticos con materiales biodegradables u otras soluciones. Estos son temas tangibles que salen reforzados de la COP26», subrayó.
Asignación inteligente del capital
Lo que se ha hecho evidente es que el sector privado debe colaborar con los gobiernos, más allá del capital que fluye a los grandes proyectos de infraestructura, como pueden ser por ejemplo los grandes parques eólicos offshore. El 50% de las soluciones que se necesitan para cumplir los objetivos del Acuerdo de París se encuentran en una etapa muy inicial y requerirán un gran impulso para llegar a completarse.
«En nuestra opinión, nosotros, como inversores, hemos de asegurarnos de que el capital que entra en el ámbito de la sostenibilidad llega a empresas que están solucionando de manera activa problemas como los relacionados con los residuos, la contaminación, la restauración de los ecosistemas y la transición energética, invirtiendo tanto en el mercado primario (nuevas emisiones) como en el secundario. Pensamos que se trata de una manera de acelerar el impulso hacia un mundo más inclusivo y sostenible», indicaron.
Parte de la solución está en asignar capital a empresas de prácticamente todos los tamaños. Es importante contribuir a la financiación también de las muchas start-ups que están surgiendo, compañías jóvenes e innovadoras que suelen marcar tendencia.
«Por ejemplo, en el área de la transición energética, fuimos de los primeros en invertir en hidrógeno verde, en un momento en el que la inversión en este ámbito entrañaba ciertos riesgos, ya que creemos en la idea de ayudar a las empresas para acelerar el crecimiento», señaló Lees.
Asignación cada vez más ecológica
Al invertir en empresas jóvenes y prometedoras, el objetivo es hacer honor al lema de la gestora: formemos parte de la solución. Estas compañías están demostrando que la sostenibilidad es el camino, y el coste de no formar parte de esta tendencia cada vez es más elevado, como puede verse claramente en el sector de los fabricantes de automóviles. «Creo que hemos pasado el punto crítico en el que cada vez es más difícil pagar el precio de seguir con los motores de combustión y se avanza por el sendero hacia los eléctricos a través de los híbridos», dijo Lees.
Finalmente, como inversores consideran que hay oportunidades en «ambas caras de la moneda», como se observa en la estrategia EARTH, que es un fondo de renta variable long-short. EARTH mantiene posiciones largas en empresas líderes en el ámbito medioambiental que, en opinión de la gestora, van a seguir creciendo a lo largo del tiempo, y las apoyan en todas las geografías y en empresas de todo tipo de capitalización. Pero también adopta posiciones cortas en compañías que no quieren o no pueden abandonar las prácticas no sostenibles.
«Pensamos que se trata de una forma útil de aumentar el coste del capital de estas empresas y, en última instancia, de reciclar el capital desde las compañías no sostenibles hacia las sostenibles», explicaron Fugmann y Lees.
Diversidad de la inversión temática
La inversión temática medioambiental no se limita a la energía limpia. La diversidad de las empresas que se concentran en soluciones medioambientales es enorme. De hecho, las oportunidades que ofrece ya solo la transición energética abarcan multitud de tecnologías e innovaciones en una gran variedad de sectores, como por ejemplo redes inteligentes, transporte alternativo, vehículos eléctricos, eficiencia energética industrial y edificios verdes.
En resumen, se trata de una oportunidad temática muy amplia que seguramente afectará a todos los sectores de actividad en mayor o menor medida. El universo de inversión es suficientemente amplio para generar alfa a través de la selección de valores y mitigar el riesgo mediante una exposición bien diversificada.