Desde BNP Paribas AM consideran que el actual conflicto en Ucrania no hace más que subrayar el hecho de que la narrativa del cambio climático se ha convertido en la narrativa de la seguridad climática, por lo que es más importante que nunca hacer más y más rápido para evitar su efecto devastador sobre la vida de la Tierra.
En un informe de mercado publicado esta semana tras el inicio de la crisis, Ulrik Fugmann y Edward Lees, codirectores y gestores senior del Grupo de Estrategias Medioambientales de BNP Paribas AM, señalan que si la amenaza a la vida en la Tierra no fuera suficiente motivo para actuar ante el desafío climático, otra razón para hacerlo son los posibles problemas de seguridad que trae consigo.
Los autores recuerdan en este contexto que en septiembre de 2006 el Centro de Análisis Naval de Estados Unidos convocó a once generales y almirantes retirados del ejército estadounidense de tres y cuatro estrellas para que analizaran las amenazas que podría traer el cambio climático. Tras ocho meses de deliberación llegaron a cuatro conclusiones:
- El cambio climático supone una grave amenaza para la seguridad nacional.
- Actúa como un multiplicador de amenazas para la inestabilidad en algunas de las regiones más volátiles del mundo.
- Aumentará las tensiones incluso en las regiones estables.
- El cambio climático, la seguridad nacional y la dependencia energética conforman un conjunto de problemas globales relacionados entre sí.
La tragedia humana que estamos presenciando en Ucrania, escriben los expertos, está relacionada con el cuarto punto mencionado, el de la dependencia energética. «Europa se ha convertido en rehén del suministro de gas ruso, ya que aproximadamente el 40% del gas que recibe procede de los gasoductos rusos, varios de los cuales atraviesan Ucrania. Además, el precio de los alimentos está registrando máximos históricos, ya que Ucrania es el granero de Europa, si no del mundo. Hoy en día, la región del Mar Negro es un centro fundamental de producción y comercio agrícola a escala mundial, y Ucrania como decíamos uno de los graneros del mundo. Según un artículo reciente del Financial Times, ambos países representan el 29% de las exportaciones mundiales de trigo. También aportan el 25% de las exportaciones mundiales de maíz y el 80% de las de aceite de girasol», señalan Fugmann y Lees.
El riesgo de que se produzcan interrupciones importantes en el suministro de gas y petróleo procedentes de Rusia y las tensiones geopolíticas han provocado que los precios del petróleo superen los 110 dólares el barril y que el gas británico alcance máximos históricos. Todo ello, a su vez, ha provocado un notable aumento de los precios de la electricidad. Como consecuencia, las energías renovables (por ejemplo, la energía solar residencial) y los vehículos eléctricos resultan más competitivos en términos de costes.
Alemania acelera su transición
«En respuesta a la invasión rusa, varios países europeos han abogado por acelerar la transición energética. Alemania, en un movimiento histórico, ha acelerado su transición adelantando en 15 años sus planes para alcanzar el 100% de energías renovables en la generación de electricidad, que ahora prevé para 2035, en línea con Estados Unidos y con el Reino Unido. El gobierno alemán pretende que, ya en 2030, el 80% de la electricidad proceda de las energías renovables», escriben los gestores del fondo BNP Paribas Energy Transition. Además, el nuevo gobierno pretende reducir sustancialmente los plazos de autorización de las instalaciones de energía eólica terrestre, que hasta ahora habían sido un gran obstáculo para el crecimiento de las energías renovables.
Caída en los precios del carbono
A diferencia de los combustibles fósiles, los precios del carbono sufrieron el 1 de marzo de 2022 una de sus mayores caídas en un día desde 2014, del 16,25%. La mayor parte de estos derechos de emisión están en manos de compañías contaminantes que los necesitan para cumplir con el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la UE, o mercado ETS. Si no intervienen otros factores, un aumento de los precios del carbono incentivará también las energías renovables y las empresas menos contaminantes, considera el informe.
Los elevados precios del gas suelen traer consigo un aumento de los precios del carbono, ya que los generadores de electricidad pasan a utilizar carbón, que emite el doble de dióxido de carbono que las plantas de gas y, a su vez, aumenta la demanda de permisos de emisión. Este efecto, sin embargo, resulta menos relevante en las circunstancias actuales, se indica en el texto. «Es más probable que, ante el aumento de los precios del gas y la electricidad, algunos participantes del mercado opten por liquidar sus posiciones en derechos de emisión de carbono para cubrir las pérdidas en otros ámbitos. Además, se teme la destrucción de la demanda industrial, que podría provocar una caída de la demanda».
La posición de EE.UU.
«Difícilmente podremos encontrar más factores catalizadores, es decir más allá de de los existentes para la descarbonización, la descentralización y la digitalización del sistema energético mundial, al menos en los próximos cinco a diez años», destacan Fugmann y Lees.
El discurso de la transición energética ha cambiado de forma notable en las últimas semanas. El mundo ya es consciente de los importantes y numerosos riesgos para la «seguridad climática» y de lo que ello supone para el planeta también en términos geopolíticos. En el actual entorno de aumento de la inflación, la capacidad de la energía verde para reducir los precios de la energía y la electricidad se convierte en un nuevo elemento del debate.
El sol y el viento no cobran por una unidad marginal de energía, el coste de producción de electricidad a partir de la energía eólica y solar se ha reducido mucho y la eficiencia ha aumentado de forma significativa. Sin embargo, desde 1970 hasta hoy, el precio del petróleo se ha multiplicado por treinta. Los combustibles fósiles son más volátiles e impulsan en gran medida los ciclos sucesivos de subidas y caídas de la economía, así como la inflación, mientras que las energías renovables han tenido un efecto desinflacionista a lo largo del tiempo.
En su discurso sobre el Estado de la Unión, Biden señaló que la lucha contra el cambio climático se traducirá en un ahorro de energía para los hogares estadounidenses. Biden entiende que el clima y la seguridad energética son importantes y que las tecnologías que ayuden a la reducción de costes pueden desempeñar un papel importante contra la inflación. «En nuestra opinión, el presidente y el partido demócrata necesitan asegurarse una victoria legislativa antes de las elecciones de mitad de mandato, por lo que esperamos que este mismo año se registren avances en el ámbito de los créditos fiscales para las energías renovables», escriben Fugmann y Lees.
Valoraciones atractivas
La volatilidad de los mercados y los problemas macroeconómicos han ejercido por tanto un fuerte impacto en la temática medioambiental, cuya situación nunca ha sido tan favorable. Las valoraciones se sitúan en niveles que no se veían desde los mínimos registrados durante la fuerte caída de los mercados en marzo de 2020 a causa del COVID-19, y en lo que respecta al rendimiento relativo frente al mercado en general, hay que remontarse a la crisis financiera mundial para encontrar niveles similares.
«Echemos un vistazo a las cifras. El ratio precio-beneficio actual del Nasdaq se sitúa en 31,7 veces, mientras que el de la estrategia del BNP Paribas Energy Transition es de 26,9 veces, y esto a pesar de que las cifras de ingresos y el crecimiento de las ganancias por acción son significativamente superiores», añaden los autores. De hecho, el crecimiento de las ventas a dos años del Nasdaq es del 18%, mientras que el del BNP Paribas Energy Transition se sitúa en 111%. De igual modo, la tasa anual de crecimiento compuesto de las ganancias por acción a tres años del BNP Paribas Energy Transition es del 98%, frente al 25% del índice Nasdaq. «Actualmente, el tema de inversión en materia de impacto medioambiental recibe un fuerte respaldo del nivel de valoraciones», concluyen.