El tamaño importa, así como la rentabilidad. No obstante, a la hora de seleccionar superestrellas en los mercados emergentes, el concepto de “foso económico” es importante. En un artículo enmarcado en su campaña ‘Investigator Series’, BNP Paribas Asset Management destaca que esto también conlleva identificar los principales factores que impulsan dicha ventaja competitiva y determinar en qué medida depende la empresa de una dirección superior.
Una empresa superestrella puede generar de forma consistente rentabilidades superiores de su capital invertido y tiene muchas oportunidades para reinvertir ese capital con el tiempo, haciendo crecer su valor económico. Pero, con independencia de su tamaño o del sector en el que opere, para la gestora, el factor determinante es la presencia de un “foso económico”: una ventaja competitiva que protege los aspectos económicos del negocio.
En concreto, la entidad señala que una superestrella podría tener una ventaja estructural que le permita ser el productor de menor coste y batir a sus competidores por precio. Otro foso económico de las superestrellas es “una marca única que cala en el cliente”, lo cual les otorga verdadero poder de fijación de precios. Por último, “en la era del crecimiento tecnológico, el efecto de red es otro foso que puede ser difícil de superar. Esto es evidente en muchas empresas de plataforma, de redes sociales y de comercio electrónico a nivel mundial”, señala.
La calidad de la dirección es importante
En los mercados emergentes, debido al gran número de empresas públicas y de entidades bajo control estatal, la calidad del equipo directivo juega un papel significativo. “Por este motivo, creemos que la presencia de una dirección prudente, que vele de forma responsable por el capital de los accionistas, es un criterio adicional en estas regiones”.
Según BNP Paribas AM, los factores que dan forma a un “foso económico” pueden evolucionar con el tiempo. A no ser que se adapten, las empresas pueden caer de la cima: la rotación de las superestrellas es mayor en los mercados emergentes (en torno al 60%) que en los desarrollados (40%).
Los temas seculares pueden beneficiarlas
Los temas seculares son relevantes a la hora de evaluar si las empresas superestrella pueden mantener sus “fosos económicos”. El auge de la clase media (unido al consiguiente aumento de la renta de los hogares) es una de las tendencias más distintivas en muchos mercados emergentes, “y debería crear oportunidades atractivas para capturar cuota de mercado y ampliar ingresos”.
La demografía puede ser otra característica sostenible, dice la gestora. En África, más de la mitad de la población es menor de 25, lo que está impulsando una revolución de la telefonía móvil, no solo en el ámbito de las comunicaciones, sino también en el de la banca y las redes sociales: la gente está entrando en el mundo digital directamente a través de smartphones, saltándose la compra de ordenadores personales. “Al mismo tiempo, crece la demanda de aplicaciones y búsquedas activadas por voz, algo de lo que se beneficiarán las empresas expertas en tecnología”.
Tendencias como la rápida urbanización, el crecimiento económico y una clase media creciente “están creando un apetito por bienes y servicios de alta gama, desde artículos de lujo hasta vacaciones y alojamiento de calidad”, añade.
Interés local y extranjero
Evidentemente, tales tendencias permitirían a las grandes empresas ya consolidadas -como los gigantes de telecomunicaciones de propiedad estatal- beneficiarse de su posición de fortaleza, “pero las compañías de nueva creación locales también pueden subirse al tren”. Asimismo, multinacionales establecidas con suficiente efectivo para financiar su crecimiento en el extranjero y capacidad para adaptarse a las necesidades locales pueden aprovechar la oportunidad.
Las empresas de mercados emergentes han utilizado marcas locales populares para ampliar su presencia en los mercados desarrollados, mientras que otras han transformado su poder de ingeniería local y su capacidad de producir de forma barata “para reforzar su posición regional y luego hacerse con una cuota creciente del mercado global”, destaca la gestora. Algunos ejemplos son aviones regionales (Brasil), cemento (México), equipamiento de telecomunicaciones (China), productos farmacéuticos y servicios de TI (India).
¿Encaja el “superestrellato” con un estilo de inversión concentrado en el crecimiento?
Según BNP Paribas AM, las empresas superestrella son capaces de reinvertir rentabilidades superiores en nuevas oportunidades, por lo que tienden a clasificarse en la categoría de crecimiento, lo cual atrae a muchos inversores. “No obstante, la capacidad de valorarlas y de invertir en ellas a un precio atractivo es crucial para la rentabilidad a largo plazo”, advierte.
A su juicio, las valoraciones de mercados emergentes suelen mostrar un descuento respecto a sus homólogas desarrolladas, “debido a temores macroeconómicos, políticos o geopolíticos”. Evaluar tanto los riesgos y preocupaciones como el “foso económico” (a nivel de sus fundamentales y de su sostenibilidad) suele requerir conocimientos locales. Al mismo tiempo, determinar la relevancia de una tendencia requiere ideas sectoriales a nivel global. Todo inversor que considere a las superestrellas de mercados emergentes debería “asegurarse de tener acceso a ambos”, sentencia la entidad.