El trabajo de Olivier Rudigoz, gestor senior del equipo de renta variable europea de BNP Paribas Investment Partners, poco tiene que ver con interpretar la evolución o tratar de prever la dirección de los mercados. Tampoco con adivinar los movimientos cortoplacistas de los diferentes valores. Su método, que aplica a la gestión de 10.000 millones de euros entre fondos de inversión y mandatos, se centra en identificar compañías con ventajas competitivas que pertenezcan a industrias estructuradas y orientadas a la maximización de beneficios de sus firmas integrantes. Escoge esos valores con un horizonte de inversión de largo plazo, de entre tres y cinco años, con una perspectiva fundamental, y siempre de forma consensuada entre todo el equipo (formado por cerca de una veintena de profesionales) para lograr carteras basadas en una fuerte convicción.
Esa piedra filosofal inversora, basada en identificar e invertir en compañías que ofrecen una ventaja competitiva en industrias bien estructuradas y que creen serán premiadas por el mercado, es lo que permite al equipo controlar los riesgos y explicar su rentabilidad. “No basamos los resultados en visiones de mercado, sectoriales, temáticas o de estilos sino en la decisión de inversión en valores individuales que están inmersos en industrias consolidadas”, explica Rudigoz.
Y como ejemplo actual de aplicación de esa filosofía está su apuesta por la banca europea, y en mercados como el español. “Muchos jugadores están saliendo del mercado y eso es muy positivo para los supervivientes”, explicaba en una reciente presentación en Madrid. “Los bancos que se queden serán estructuralmente mejores, operarán en un mejor escenario y serán más rentables”, dice, con respecto a España.
Aunque también ve valor en firmas de telecomunicaciones o utilities europeas, el gestor asegura que es más sencillo encontrar nombres individuales que cumplan sus criterios en el sector financiero europeo, y además presenten atractivas valoraciones. Por eso desde BNP Paribas IP han invertido en él en los últimos doce meses. “Los bancos presentan atractivas valoraciones y están mejor capitalizados, pues han cambiado su modelo”, dice. Santander, ING o Lloyds están entre los diez valores más sobreponderados de su estrategia insignia.
El índice Herfindahl-Hirschman
Para el gestor, la rentabilidad y la capacidad de una empresa de generar beneficios se basa en dos factores: la estructura de su industria y la posición competitiva de la firma dentro de esa industria. Factores que serán premiados por el mercado tarde o temprano, aunque en el momento en el que invierten estén fuera de las modas o distorsionados por el ruido cortoplacista. Para analizar si las compañías están inmersas en industrias bien o mal estructuradas, el equipo utiliza el índice Herfindahl-Hirschman, que determina su grado de fragmentación, algo que se evita porque en una industria poco fragmentada las compañías pueden maximizar sus beneficios. Así, pues, la selección es fruto del análisis de la industria, la compañía y la situación de comparables dentro de esa industria.
Europa, muy barata
El gestor no se olvida del análisis de las valoraciones. Sus cálculos apuntan a que la bolsa europea cotiza con un descuento del 27% frente a su media histórica y del 41% frente al mercado estadounidense. “Durante muchos años se ha evitado el mercado europeo y cuando se empieza a comprar, todos se centran en firmas diversificadas geográficamente y menos locales”, afirma. Pero matiza que no todo está barato y asegura que el valor reside en las compañías con carácter más local, como inmobiliarias, bancos, firmas de telecomunicaciones o utilities.
Otra apuesta en España son los medios, ante la evolución del mercado de la publicidad, que se reparte entre menos jugadores. De ahí que le gusten firmas como Mediaset España.