En 2017, la renta variable será un mejor lugar que la renta fija para los inversores. Así lo defendió Daniel Morris, estratega de inversiones senior de BNP Paribas Investment Partners, en una reciente presentación con clientes en Madrid.
A nivel macroeconómico, la pregunta clave para el próximo año, dice el experto, es si Estados Unidos será motor de la economía global, es decir, si podrá “salvar al mundo”. En su análisis, Morris destaca el fin del bloqueo político que el país sufría con Obama (que pudo hacer poco en su legislatura al tener el Congreso en contra): ahora, con Trump en la Casa Blanca y los republicanos en el Congreso, la situación podría cambiar, facilitando la toma de decisiones. Otros factores a favor son los cambios que podría haber en el sector energético gracias a Trump, el impulso del sector inmobiliario y los buenos indicadores de empleo y salariales.
Según Morris, aunque la subida salarial es contenida en términos reales -debido a la subida de la inflación-, es mayor al crecimiento de la productividad, y eso podría suponer un riesgo para los beneficios corporativos en el país y, por tanto, para las bolsas. Además, señala que si la inversión no repunta con más fuerza, los estímulos fiscales de Trump podrían simplemente generar más inflación.
Todo ello podría hacer que la Fed subiera los tipos más y más pronto de lo que los inversores anticipan, advierte. El experto, que cree que con Trump el crecimiento de EE.UU. pasará del 1,6% este año al 2,2% el próximo, considera así que las barreras comerciales y las subidas de tipos de la Reserva Federal podrían ser los principales riesgos macroeconómicos para 2017.
Sobre Europa, el crecimiento esperado para este año es del 1,3%, con los países con mercados laborales más flexibles mostrando mejores resultados. Sobre el BCE, Morris reconoce que está aún bastante por detrás de otros bancos centrales… y quizá las actuaciones llegan “demasiado tarde”, puesto que no está claro cuál será el impacto de sus medidas en la economía real. Además, el experto se pregunta cómo de importante será el TLTRO II si las compañías no quieren o necesitan préstamos. Otros focos de duda llegan de países no core, de los préstamos bancarios en la eurozona (crecen, pero aún están en niveles muy bajos) y de las condiciones, que en general mejoran pero aún están lejos de generar una expansión del PIB.
En cuanto a emergentes, señala que, con las expectativas sobre próximas subidas de tipos por la Fed (además de la última hace solo unos días) y las preocupaciones sobre las barreras comerciales, las divisas se han depreciado de nuevo pero confía en que este movimiento se dará la vuelta. En parte, apoyado en los fundamentales de algunos de estos mercados. Como ejemplo, el experto señala la fortaleza de China (el nivel de deuda en manos de extranjeros es bajo, el país es un acreedor neto de todo el mundo, sus reservas de divisas extranjeras son muy altas, la ratio de ahorro doméstico es cercana al 50% del PIB….)
Mejor, renta variable
En este contexto, el experto defendió el mayor atractivo de la renta variable: pese a los últimos episodios de ventas en renta fija, “las bolsas resultan aún más atractivas en términos de valoración”. En opinión de Morris, “a menos que el QE dure para siempre, es probable que la renta variable bata en rentabilidad a la deuda”. De hecho, el riesgo se mueve desde las bolsas hacia la renta fija y la incertidumbre sobre las rentabilidades persistirá, defiende el experto.
Con todo, las valoraciones bursátiles están por encima de sus medias históricas: en términos de precio sobre beneficios, la mayoría de los países desarrollados están en esa situación, y Latinoamérica también presenta altos múltiplos. Así, Morris advierte de que hemos de esperar retornos más bajos: los actuales múltiplos en EE.UU. sugieren retornos en los próximos siete años de en torno al 3% en términos reales.
¿Vuelta al value?
Aun así, no todo está igual de caro: los valores más defensivos, con características cercanas a los bonos (los llamados bond-proxies), presentan precios más altos que los de otros segmentos del mercado, que ofrecen valoraciones más atractivas; de ahí que el experto sugiera el atractivo de volver a los sectores más value, los más cíclicos y más castigados en los últimos años.
Por regiones, en EE.UU. Morris defiende que los republicanos serán positivos para las bolsas en el país, aunque no para los valores defensivos, pues el mercado podría sacar partido de unos impuestos más laxos y una menor regulación. El experto además ve valor en valores de mediana capitalización que, al igual que las small caps últimamente, podrían beneficiarse del foco doméstico en las inversiones, la fortaleza del dólar y las preocupaciones comerciales con un Gobierno de Trump. Así, en la gestora están postivos en small y midcaps estadounidenses por estos motivos. Actualmente, prefieren las empresas medianas porque están un poco más olvidadas y presentan mejor valoración.
Aunque las valoraciones en EE.UU. aún son altas, los beneficios corporativos podrían ser más importantes en el futuro, y en este sentido es positivo: Morris espera que los beneficios empresariales se aceleren de forma global… y también en Europa, donde las bolsas se han quedado por detrás de otros mercados, lo que hace augurar una recuperación.
El experto señala que las bolsas emergentes resultan atractivas a largo plazo, aunque el dólar es el riesgo más inmediato. Porque las expectativas para estos mercados “solo pueden subir a partir de este nivel”, dice.
En renta fija: ¿el principio del fin?
En renta fija, Morris se pregunta si es el principio del fin, con las expectativas de inflación subiendo más que el precio del crudo e impulsadas por Trump. “La inflación en EE.UU. lo cambia todo”, dice el experto. En ese mercado, ya se ha empezado ver un impacto en los bonos, aunque la cuestión es cuándo parará: la respuesta depende de la Fed y el BCE, dice. En el actual entorno, los spreads de crédito están ajustados, añade. Por estos motivos, en BNP Paribas IP ven más valor en renta variable de cara a 2017.