Arnaud-Guilhem Lamy, gestor de renta fija en BNP Paribas AM, ve muestras claras de que el crecimiento económico se está ralentizando. Además, es consciente de que existen algunos “nubarrones potenciales” para este año, como la guerra comercial, la volatilidad en Italia, el Brexit, las elecciones europeas, los comicios en España y Bélgica, o la desaceleración china. Sin embargo, apunta que muchos de ellos son temporales y hace hincapié en que el mercado ya ha valorado todos ellos.
“Todas las previsiones oficiales ya han sido revisadas a la baja y el mercado es aún más pesimista: ha valorado un resultado muy negativo”, señala el gestor en un evento celebrado en la sede de BNP Paribas AM en Madrid. De ahí que, señala, la Reserva Federal estadounidense haya cambiado su estrategia de línea dura a un sesgo más neutral y haya pasado de una política más centrada en la inflación a una enfocada en los precios.
Por ello, se espera que las subidas de tipos sean mucho menos habituales de aquí en adelante. Eso sí: “los inversores deberán tener en cuenta la posibilidad de una inflación y una volatilidad mayores”, apunta Lamy, al destacar que, en ese contexto, hay que comenzar a prestar atención a “la prima de una mayor inflación”.
“Vamos a tener sorpresas positivas este año”, asegura. En ese sentido, hace hincapié en que el crecimiento estadounidense seguirá siendo sólido gracias a la fortaleza del mercado laboral, que puede llevar a mejores salarios y, por ende, a un mayor consumo. En cuanto a Europa, destaca las medidas de estímulo fiscal que se van a implementar en Francia, Italia y Alemania, como también ocurrirá en China. Además, el petróleo sigue siendo más barato que en la segunda mitad de 2018.
Lamy también celebra el hecho de que el Banco Central Europeo (BCE) haya decidido recientemente extender las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO, por sus siglas en inglés) hasta 2021. La que será la tercera edición de esta herramienta monetaria tendrá condiciones, eso sí, algo menos generosas que las anteriores.
“Las acciones de los bancos han tenido un pobre rendimiento durante el año pasado y estamos empezando a ver una reducción de los préstamos. Ésta es una advertencia clara para el BCE, que ha tomado esta medida para inyectar liquidez hasta 2021, con la posibilidad de extenderla hasta 2023”, señala. De esta forma, los bancos podrán financiarse a sí mismos de forma barata y seguir prestando y los tipos quedarán más o menos protegidos durante más tiempo.
Por otro lado, Lamy admite que el año pasado fue “terrible” para el crédito con grado de inversión y señala que no se debió a los fundamentales, que permanecen “muy fuertes”, sino al gran número de salidas que se produjeron, especialmente, a finales de año. Aun así, apunta que está comenzando a haber nuevas entradas, lo que podría cambiar bastante la situación y los spreads todavía son atractivos.
En este contexto, la gestora apuesta por una corta duración en renta fija a través del BNP Paribas Sustainable Bond Euro Short Term (de -1 a 3 años) y el Parvest Enhanced Cash 6 Months. Los dos fondos tienen una exposición a mercados de crédito a corto plazo y son gestionados de forma activa, con “un carry interesante”. “Es muy importante agregar algo de alpha a través de una gestión oportunista”, señala Lamy.
La estrategia es conservadora para ambos y está dividida en dos partes: en la “fundamental”, se encuentran los bonos de corto o medio plazo, mientras que, en la “táctica”, está el carry de la cartera (grado de inversión, high yield…), que busca aportar ese alpha adicional y que puede ocupar del 0 al 30%.
La flexibilidad es otra de las características centrales: no cuentan con ningún índice de referencia, por lo que tienen libertad para apostar por cualquier país o sector en el que identifiquen oportunidades. Además, tienen la posibilidad de ir en corto a través de instrumentos derivados.
Todo ello con los criterios ASG siempre presentes, excluyendo aquellas empresas y países mal valorados en ese sentido, como es el caso de Italia o de sectores como el del tabaco, el alcohol o las armas.
Lamy asegura que 2018 fue un año “muy muy malo en términos de rendimientos”. El BNP Paribas Sustainable Bond Euro Short Term –cuya volatilidad ex ante no puede superar el 1,50%- obtuvo una caída del 2,18%, por debajo de la rentabilidad negativa del 0,37% del índice, aunque ha mostrado signos de recuperación a principios de año: en enero, su rentabilidad fue del 0,27%, superando, esta vez sí, al índice (-0,03%).
Mientras, el Parvest Enhanced Cash 6 Months –de menor duración y una volatilidad ex ante de máximo un 1%, pero con la misma estrategia- tuvo el año pasado una rentabilidad negativa del 2,51%, frente al 0,37% del índice de referencia. Pero también mejoró en enero, cuando registró un 0,56% (frente al 0,03% del índice).