En otoño del año pasado, BMO Global Asset Management llegó a España, con un equipo liderado por Luis Martín Hoyos y la apertura de oficina en Madrid. El pasado jueves, la entidad organizó una recepción en la Residencia Oficial de Canadá para celebrar esa llegada al mercado nacional, auspiciada por el embajador de Canadá, Jon Allen, y Richard Wilson, CEO de BMO Global Asset Management para la región EMEA.
En el evento, Steven Bell, economista jefe y gestor Global Macro del equipo de BMO Global Asset Management EMEA, ofreció sus perspectivas sobre los mercados y la economía global y mostró su preferencia por la bolsa europea a la estadounidense, aunque augura volatilidad en el horizonte. “Es difícil ser optimista con respecto al mercado de valores estadounidense. Los márgenes de beneficios corporativos alcanzaron máximos en 2014 y han estado cayendo desde entonces, exactamente lo que habíamos esperado. Siguen por encima de las medias históricas así que es probable que veamos mayores caídas (…) Si los márgenes se contraen podríamos acabar con un crecimiento cero en los beneficios”, aseguró. Aunque no espera un mercado bajista, sí augura una alta volatilidad y retornos planos.
Sin embargo, la situación es diferente en Europa: “Aquí el desempleo sigue muy alto, sobre todo en España, lo que causa una gran miseria y es un desastre político y social, pero las perspectivas de beneficios son muy buenas. Europa está posicionado para vivir cinco años de crecimiento por encima de la tendencia, con baja inflación, bajos tipos de interés y un fuerte crecimiento en los beneficios. Europa está en los primeros estadios de un momento dulce en el ciclo de inversión”, indicó. El experto vaticina que, si está en lo cierto, las acciones europeas podrían batir fuertemente al mercado estadounidense.
“El ciclo de inversión funciona bien moviéndose hacia delante pero algunas veces hay bamboleos y tropiezos, lo que ocurrió en Europa en 2011: no debe haber una repetición de ese desastre. Empezó cuando el BCE de Trichet subió tipos no una vez, sino dos”, explicó. El experto recordó cómo las subidas de tipos llevaron a un debilitamiento económico y a un colapso de la confianza que provocaron salidas de capitales y una crisis de crédito, un círculo vicioso de desplome económico. “Al BCE de Mario Draghi le ha costado mucho impulsar la recuperación económica. La política fiscal también ha ayudado. Hemos dejado atrás la era de la austeridad”.
A la hora de invertir en acciones europeas, en la gestora prefieren la calidad, si bien el problema es que a todo el mundo le gusta así que es “difícil encontrar compañías donde la calidad esté poco reconocida”, poniendo como ejemplo a Mediaset España. “Nos gustan algunos nombres españoles pero también nos encantan los bonos españoles. Hemos sobreponderado fuertemente la deuda y comprado el bono a 50 años español recientemente emitido. El país ha sido capaz de emitir 3.000 millones de euros en un bono a 50 años a una rentabilidad menor al 3,5% y la oferta estuvo sobresuscrita, cuando hace apenas un año no había compradores de deuda de vencimientos cortos al doble de rentabilidad. Esto refleja la política de tipos de interés negativos del BCE y el programa de compra. Pero ayuda que el déficit español esté bajando y que el BCE haya desbloqueado el canal del crédito que alimenta directamente a la economía europea incluyendo la española”, dijo.
¿Y el Brexit?
En este contexto positivo, el economista jefe también habló del Brexit, explicando posibles motivos a favor y en contra pero, al centrarse en la economía, aseguró que si Reino Unido abandona la UE, habrá un impacto significativo: “Reino Unido es uno de los mayores receptores de la inversiones directas extranjeras en Europa”, y recordó que la mayoría de organizaciones y economistas coinciden en que será negativo. “Así que si los argumentos económicos están tan claros ¿debería esperar que los británicos votaran para quedarse? Si sé algo de esto es la sabiduría de Sócrates, que dijo que solo sabía de su propia ignorancia. Hay una gran cantidad de análisis en Reino Unido tratando de adivinar el resultado a partir de las encuestas de opinión (…) pero este ejercicio no suele tener éxito. Suelo utilizar las probabilidades de las apuestas para adivinar el resultado de temas políticos, pues al final es donde mucho dinero y talento sitúa sus apuestas y éstas han mostrado un liderazgo consistente por la campaña de la permanencia de alrededor del 70%, pero un 30% de riesgo de Brexit es un gran riesgo”.
Si el resultado del referéndum del día 23 es la ruptura, el mayor impacto estará en las divisas, dice, sobre todo en la libra frente al dólar. En su opinión, el euro también podría debilitarse y los mercados empezarían a plantearse quién es el próximo país en salir. La deuda española e italiana podría verse envuelta en un ataque especulativo, dice, y las próximas elecciones francesas serían un gran tema en los próximos años. Suecia y Dinamarca, ambas en la UE pero no parte del euro, también serían vistas como candidatos para salir. “Las implicaciones serían poderosas y de largo alcance”.
“Así que espero bajos retornos pero mucha volatilidad. La renta variable europea debería hacerlo mejor que la estadounidense. La renta fija española también es atractiva y sus rentabilidades deberían cerrar más el gap con otros países core en Europa una vez las incertidumbres del Brexit y las elecciones generales españolas salgan del camino”, apostilló.