La regulación como impulsora de la inversión en empresas de tamaño mediano y pequeño: eso es lo que defendió Antonio Zoido, presidente de BME, en la apertura del 15º Foro Medcap, que se celebra desde hoy y hasta el jueves 30 de mayo, en el Palacio de la Bolsa de Madrid. Así, el presidente hizo mención al impacto negativo que puede tener MiFID II en su financiación, y también a los efectos del potencial gravamen a las transacciones financieras.
“Uno de los efectos negativos de la plena implementación de MiFID II es la retirada de la cobertura de análisis de algunas de las empresas de menor tamaño, un factor altamente determinante para la negociación de los valores”, explicó sobre el primer impacto.
Para contrarrestar este efecto adverso, recordó que BME se ha unido a Instituto Español de Analistas Financieros para poner en marcha “Lighthouse”, una especie de servicio de análisis independiente para valores huérfanos de cobertura. “Con esta iniciativa se pretende paliar ligeramente algunas de las externalidades negativas generadas por una regulación que, en ocasiones como ésta no parece ponderar con equilibrio los beneficios netos que se obtienen de su aplicación”, explicó.
Sobre el segundo, criticó que la pretensión del Gobierno de gravar con un impuesto especial las transacciones realizadas sobre acciones de empresas cotizadas de un determinado tamaño “no deja de ser claramente un disparo en contra de los objetivos de la Unión de Mercados de Capitales, de la integración europea, del cambio de modelo a financiación vía mercados y, en definitiva, contra el proceso de crecimiento e innovación de las empresas cotizadas”.
Ante estos peligros, destacó que “sería muy positivo que la regulación favoreciese vehículos de inversión colectiva de carácter privado o público-privados que incentivaran la participación de capitales organizados en empresas pequeñas y medianas presentes en los mercados. Un ejercicio de transparencia y arrastre que, como está ocurriendo en Italia, suma interés y más inversores a esas compañías que la CMU identifica como determinantes para sellar un futuro más sólido y estable de crecimiento económico para Europa”.
Gran crecimiento y transformación
En la inauguración del Foro Medcap, en el que explicó que la bolsa española cuenta con más de 200 cotizadas de menor tamaño con 850.000 millones de capitalización (un crecimiento notable desde que en 2005 se inició el foro), habló de la gran transformación del sector: “Renovación e importantes procesos de financiación empresarial acometidos por las empresas dan una idea de la potencia transformadora y de crecimiento que ofrecen los mercados de valores, incluso cuando la economía atraviesa dificultades. Si descontamos de estas cifras a las 35 empresas del Ibex, encontramos que hace 15 años la bolsa española tenía 165 empresas de mediana y pequeña capitalización y a día de hoy son 225. Entonces representaban poco más del 11% de la capitalización de las 200 cotizadas en aquel momento, y hoy son 225 empresas que suman el 30%”, lo que demuestra que “la cotización bursátil promueve procesos de crecimiento empresarial más rápidos que otras alternativas y muy positivos para transformar la base económica de los países”.
Y recordó el crecimiento de la financiación bursátil como objetivo europeo: “La Comisión Europea identificó hace años un déficit de tamaño medio de la empresa europea que actúa de freno para la modernización, la competitividad y el impulso de la economía de la zona. En el caso de España, esta desventaja es mayor por la excesiva atomización del sector empresarial. En el marco del proyecto de Unión de los Mercados de Capitales (CMU) uno de los objetivos centrales es promover el tamaño empresarial como medio para asegurar en el futuro un crecimiento económico más sólido, de más empleo y más estable. Y, en este sentido, la CMU apuesta por avanzar hacia un modelo de financiación empresarial de tipo anglosajón, donde el volumen canalizado a través de las fórmulas de financiación basadas en los mercados de capitales es superior a los importes provenientes de la banca”, dice.
Hacia un modelo anglosajón
“Con esta orientación, Europa está reconociendo expresamente que la diversificación de fuentes de financiación para las empresas fortalece las bases del crecimiento económico e, implícitamente, que la presencia de las empresas en los mercados de valores acelera la consecución de mayor tamaño empresarial, refuerza el empleo y mejora la productividad”. E indicó que en España, tanto el MAB como el MARF han contribuido “a la corrección de un desequilibrio estructural de nuestra economía: la excesiva dependencia de la financiación bancaria de las empresas”.
Según los últimos datos de BME, España avanza hacia el modelo anglosajón, con un porcentaje de financiación vía mercado que hoy se acerca al 40% del total, diez puntos por encima de lo que representaban antes del estallido de la crisis. “En la actualidad, cerca de un 46% del capital las cotizadas españolas está en manos de inversores extranjeros, mientras que el promedio de participación de estos en el conjunto de empresas no cotizadas no supera el 25%”. En el foro, indicó, el porcentaje de inversores internacionales alcanza el 30%.
Sobre el MAB, destacó el potencial de las socimis, muy activas: ya hay 67 sociedades de este tipo negociadas en el MAB, un 37% más que hace un año.
Zoido cerró su intervención agradeciendo el apoyo del patrocinador principal del Foro, Deloitte, y de los patrocinadores Banco Sabadell, Renta 4 Banco, GVC Gaesco Beka, Salesforce, Axesor Rating, Llorente y Cuenca (LLYC), Morningstar, Mabia y World Television (WTV).