Durante la última década, la deuda blended de los mercados emergentes ha pasado de ser casi inexistente a registrar cerca de 100.000 millones de dólares en activos. En los últimos años, en particular, se ha convertido en la forma favorita de los inversores para acceder los mercados emergentes, recibiendo entradas netas positivas, pese a que los universos de deuda local y en moneda fuerte de los emergentes han registrado salidas netas.
Pero, ¿qué constituye exactamente una estrategia ‘blended’ en deuda de mercados emergentes? ¿Cómo deberían esperar los inversores que se comporten estas estrategias? ¿Cuál es el plazo óptimo de asignación estratégica de activos y qué deben los inversores esperar de sus gestores en cuanto a la gestión de riesgos? Investec trata con este artículo de dar respuesta a algunas de estas preguntas fundamentales en un intento por ofrecer una mejor comprensión de este nuevo punto de entrada a la deuda de los mercados emergentes.
Estrategia mixta
Definir en qué consiste una estrategia blended debería ser fácil: cualquier estrategia que combine deuda tanto en moneda local como en moneda fuerte. Sin embargo, la dificultad radica en que la mayoría de fondos ‘puros’ de deuda en moneda local incluyen alguna forma de deuda denominada en dólares (moneda fuerte). Del mismo modo, muchos fondos ‘puros’ en moneda fuerte tienen algún tipo de asignación a deuda local.
“Por lo tanto, además de tener una asignación significativa tanto para deuda en moneda local como en moneda fuerte, podríamos argumentar que uno de los atributos esenciales de una estrategia blended de deuda de mercados emergentes debe ser la capacidad de realizar dinámicamente asignaciones entre las distintas clases de activos con el fin de superar sus respectivos índices de referencia”, explican desde la firma. Sin embargo, muchas de las estrategias combinadas hacen poco o ningún intento por asignar entre distintas clases de activos o superar un índice de referencia mixto.
“Incluso aunque eliminemos todas las estrategias que no cumplen con nuestra definición básica, nuestro análisis revela que no todas las estrategias blended ofrecen un enfoque verdaderamente mixto. Nos encontramos con que estrategias más mixtas tienden a tener un fuerte sesgo hacia la deuda en moneda fuerte y una mayor riesgo”.
Investec cree que este sesgo de la estrategia hacia la deuda en moneda fuerte se debe a una serie de factores. En primer lugar, enumeran, algunos managers podrían no contar con experiencia suficiente en la gestión de deuda en moneda local. En segundo lugar, no todos los managers tienen experiencia y capacidad en abrir cuentas en moneda local, gestionar las liquidaciones y la custodia, así como los impuestos de cada mercado. Finalmente, la firma alude a que algunos managers están adaptando lo que una vez fueron estrategias ‘puras’ de moneda fuerte en enfoques blended más típicos, un proceso que tardará en estar completamente evolucionado.
A medida que los activos y las estrategias blended continúan evolucionando junto con las preferencias y demandas de los clientes, el universo de este tipo de estrategias tenderá a ser más centrado, con un rango similar de índices de referencia y con una asignación de activos más equilibrada.
No en vano, es difícil tratar de determinar cuál es la asignación óptima a largo plazo para las distintas clases de activos que existen en el universo de deuda de los mercados emergentes, entre otras cosas porque en última instancia, esto también dependerá de las preferencias de riesgo de cada inversor. “Lo que podemos hacer, sin embargo, es considerar una serie de factores que, al menos, nos ayudarán a comprender qué debemos esperar de este tipo de asignación de activos”, dice Investec en su artículo.
Usando simulaciones a partir de los datos históricos en combinación con la evaluación de la magnitud y la accesibilidad de cada componente del universo de deuda de los mercados emergenres, una asignación aproximadamente igual entre deuda local y deuda en moneda fuerte, que ofrecen algunas estrategias blended, son razonables. Si bien esto puede significar que la rentabilidad puede disminuir por la cobertura de la deuda en moneda local, históricamente (aunque no recientemente) ésta ha sido compensado un poco por el componente de divisas. Mientras tanto, incluir la deuda corporativa en la asignación de la deuda en moneda fuerte debería servir para amortiguar la volatilidad global.
Se podría argumentar que la solución consiste en aumentar la exposición a la deuda en moneda fuerte (tal y como han hecho muchas estrategias), dado que el componente de deuda en moneda local aumenta la volatilidad y, al menos recientemente, no ha contribuido mucho a la rentabilidad. Sin embargo, Investec cree que este argumento podría estar confiando demasiado en los datos históricos de los últimos años e ignorando el hecho clave de que la deuda en moneda local es una clase de activo mucho más grande que la deuda en moneda fuerte, pero con mucho menos dinero dedicado a ella.
“Además, también creemos que la deuda corporativa en moneda fuerte seguirá creciendo, demostrando atractivo y acceso diversificado a nuevos países y sectores. En última instancia, el perfil de riesgo de cada inversor será diferente y por lo tanto exigirá diferentes asignaciones”.
La gestora recuerda que en su análisis sólo ha considerado esta asignación desde el punto de vista de un inversor basado en el dólar. El análisis podría ser muy diferente para los inversores con otras monedas base. “Sin embargo, una asignación de 50/50 entre la deuda en moneda local y fuerte, con una asignación de al menos un 20% a deuda corporativa nos parece una buena manera de equilibrar la necesidad de optimizar la rentabilidad ajustada al riesgo”, concluye.